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El artista español Joel Blanco reinterpreta el arte budista chino en Dunhuang

EFE

Dunhuang (China) —

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El artista español Joel Blanco reinterpreta con sus obras el arte budista de las cuevas de Mogao de Dunhuang, en el oeste de China, con representaciones que transcienden el tiempo y el espacio y combinan elementos del arte occidental moderno y local.

A través de doce obras expuestas en la tercera exposición internacional de las Rutas de la Seda que se celebra en Dunhuang, Blanco es un ejemplo de que el intercambio cultural y artístico entre Oriente y Occidente sigue vivo en la ciudad, enclave histórico de las Rutas de la Seda.

“Las cuevas de Mogao son una cosa maravillosa. Una de las más maravillosas del mundo, y uno se queda prendado de esta ciudad”, cuenta a Efe el artista, de 33 años y natural de Galicia, donde empezó a aprender el arte de la pintura desde muy pequeño de la mano de su padre, también pintor.

A los 18 años se mudó a Estados Unidos para estudiar arte y posteriormente se instaló en Suzhou, ciudad natal de su esposa, donde fundó el centro Solonia Art Center. Ahora, trabaja en la apertura de otro centro artístico en Dunhuang.

Entre las obras expuestas en la exposición, figura la colección “Ascensión”, sobre la meditación y la elevación del espíritu, realizada a base de óxido de hierro y de cobre, una técnica experimental con la que busca transmitir el paso del tiempo de las cuevas.

Declaradas por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 1987, las cuevas de Mogao, excavadas entre los siglos IV y XIV, son uno de los tesoros budistas más importantes de China, ya que de las 800 cuevas y santuarios que integran el complejo, un total de 492 están decoradas con pinturas al fresco.

Blanco visitó Dunhuang durante unas vacaciones y se quedó fascinado por las grutas, por lo que intentó comprender y descifrar lo que vio, escuchó y contempló del arte budista.

Con un lenguaje surrealista, cuyo principal referente es Salvador Dalí, Joel creó nuevas imágenes artísticas que transcienden el tiempo y el espacio y combinan los elementos del arte occidental moderno y el del arte propio de Dunhuang.

Otra de las series expuestas es “Las llamas de Dunhuang”, que según Blanco es “un pequeño homenaje al sacrificio y dedicación de los artesanos que excavaron las cuevas”.

En la colección “Los ojos de Dunhuang”, el artista español reinterpreta los elementos que descubrió en estas grutas: “Les di volumen y cambié totalmente el significado. Hemos hecho algo multidimensional”.

También ha creado obras más clásicas dentro de su serie “La Realidad detrás del Símbolo”, en la que incorpora capas dimensionales a las figuras observadas en las cuevas, decoradas por miles de coloridos budas.

Detrás de cada pieza hay 200 horas de trabajo, explicó Blanco, que ahora trabaja en una tesis sobre las cuevas de Mogao para aprender el origen y la historia que esconde esta reliquia artística con el objetivo de utilizarla como base para sus próximas creaciones.

Las obras han atraído el interés de los visitantes, y nada más arrancar esta exposición internacional el artista ya había vendido tres de sus cuadros, con cifras que oscilaban entre los 90.000 y 240.000 yuanes (entre unos 11.300 y 30.000 euros).

“Uno de los compradores ha sido un ministro de Benin”, comenta, aunque el resto han sido adquiridos por coleccionistas de arte chino.