En Godoy Cruz, una ciudad situada en el norte argentino, las mañanas de los encargados de la biblioteca municipal cambiaron hace unos días cuando, ante la prolongación de la cuarentena en el país por el coronavirus, decidieron empezar a repartir libros a sus vecinos a domicilio.
“Conversando con el equipo de trabajo y con gente del municipio, surgió la idea de hacer un 'delivery' de libros”, explicó en declaraciones telefónicas a Efe el director de la Biblioteca Mediateca Manuel Belgrano, Marcelo Quevedo.
El aislamiento social, preventivo y obligatorio, como lo bautizó el Gobierno, estaba previsto que terminara el pasado 31 de marzo, pero fue ampliado hasta el 12 de abril, por lo que Quevedo y sus compañeros idearon una forma de que los vecinos pudieran continuar pidiendo libros que les ayudaran a pasar el encierro.
Tras varios días organizándose con el resto de los departamentos municipales, implementaron un formulario web para hacerse socio en la página de la biblioteca y lanzaron esta campaña para los alrededor de 190.000 habitantes del departamento de Godoy Cruz.
PEDIDOS POR WHATSAPP Y LIBROS “EN CUARENTENA”
El sistema de entregas es sencillo y tardó apenas un par de días en ponerse en marcha: el usuario de la biblioteca manda un Whatsapp preguntando por el o los libros que desee -pueden pedir hasta cuatro-, el equipo de la biblioteca recibe el pedido, lo prepara y un funcionario del municipio pasa a por los envíos y los lleva a las casas.
Dada la situación sanitaria, se toman una serie de precauciones. Para empezar, un empleado de la biblioteca limpia y desinfecta los libros antes de enviarlos, para que lleguen “lo más limpios posibles”, estos se colocan en una bolsa y el funcionario municipal que entrega los libros lo hace con guantes.
Una vez se devuelven los libros, Quevedo explica que los dejan “en cuarentena” cuatro o cinco días sin que nadie puede pedirlos de nuevo y apartados del resto de la colección para que así se elimine cualquier posible rastro de infección.
135 PRÉSTAMOS EN TRES DÍAS
El miércoles empezaron a realizar sus primeros envíos y a promocionar este nuevo sistema y finalizaron la semana con 135 libros repartidos durante más de una treintena de viajes.
Además, gracias a la campaña, la biblioteca consiguió 55 nuevos socios que podrán pedir libros a partir del lunes.
Uno de los efectos colaterales de este nuevo sistema es que los bibliotecarios vieron cómo su papel de recomendadores literarios era más importante que nunca para sus vecinos, ya que muchas veces el libro que piden ya ha sido retirado por otra persona.
En esos casos, Quevedo destacó que suele recomendar libros de Florencia Bonelli o Viviana Rivero, porque la mayoría de los socios están pidiendo novelas de época y románticas.
El director de la biblioteca señaló que otro de los autores más solicitados era el historiador argentino Felipe Pigna y que también recibieron muchas peticiones de literatura infantil y juvenil, como por ejemplo de la saga Harry Potter.
Quevedo destacó que la idea es “llevar la lectura a los vecinos” de manera gratuita, el mismo objetivo con el que nació la biblioteca hace 53 años aplicado a una situación que sus fundadores seguro que no imaginaron.
Argentina confirmó este sábado 98 nuevos casos de COVID-19, con lo que el número total de contagios ascendió a 1.451, mientras que los fallecidos suman 43.
José Manuel Rodríguez