Conseguir el Bono Cultural Joven: “Las doce pruebas de Heracles y de Astérix juntas”

Elena Cabrera

3 de agosto de 2022 22:14 h

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El Ministerio de Cultura calcula que cerca de 500.000 jóvenes podrán beneficiarse del Bono Cultural Joven. Son todos los nacidos en el año 2004. El 25 de julio se abrió el plazo, que solo estará activo hasta el 15 de octubre, pero el Ministerio no ha proporcionado el dato de solicitudes en los primeros diez días. No obstante, las dificultades del proceso se han hecho evidentes y Cultura ya ha tenido que explicar algunos de los fallos de este sistema, señalando que se solucionarán “en breve”.

Los principales problemas que están dando a conocer los usuarios tienen que ver con el proceso informático para identificarse de manera segura y con el requerimiento del certificado digital —que no es obligatorio pero es la opción más sencilla—, el cual no se concede a los menores de edad. Pero el Bono Cultural Joven lo pueden pedir los que cumplen la mayoría de edad a lo largo de todo el 2022, por lo que un porcentaje de los beneficiarios tienen que identificarse de otra manera, y eso es algo que no estaba explicado en la web.

Problema 1: Hay que tener ordenador, no vale la tablet o el móvil

El sistema para solicitar el Bono requiere una autenticación que no es sencilla y que exige de un ordenador —no vale solo el móvil— y unos trámites que hay que hacer, una parte de ellos en persona. Los jóvenes están acostumbrados a utilizar el teléfono móvil pero muchos no están familiarizados con los programas y requerimientos que se precisan en un ordenador personal para este proceso y otros similares como son los trámites con Hacienda o la Seguridad Social. “Sistemas informáticos de los 90 para chavales de hoy”, opina Patricia Costa, madre de un hijo beneficiario que ha pasado dos días intentando activarlo, sin éxito. “Mi hijo no tiene ordenador, está utilizando el de su abuela”, señala.

“¿Qué ocurre con quienes no tienen acceso a todos estos recursos informáticos? ¿O quienes no tienen un nivel de conocimientos de español o de informática que les permita seguir los pasos?”, se pregunta esta madre, que apunta que al final se puede incurrir en “discriminación”. “Las doce pruebas de Heracles y de Astérix juntas para conseguir el Bono Cultural” es como, con ironía, ha titulado Costa el email que ha mandado a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre para solicitar asistencia en un proceso en el que ha quedado encallada.

Además, hay que saber cómo configurar el navegador para que no bloquee cookies ni ventanas emergentes. Según la última encuesta del INE sobre habilidades tecnológicas, tan solo el 10% de la población se enfrentó al envío de un formulario ante la Administración electrónica en 2021. De ellos, un 37% no completó el trámite al carecer de firma digital o tener problemas con el certificado.

Problema 2: Las vacaciones

Puede parecer un asunto nimio pero lo cierto es que el periodo de solicitud ha caído en un mal momento: vacaciones, viajes, la cabeza en otro sitio. Cuando comience el curso escolar, tendrán apenas un mes para hacer el registro o perderán el Bono.

Muchos de los jóvenes entrevistados se lamentan de no haber podido hacer el trámite antes y haber podido canjear parte del Bono en las entradas de festivales. “Juraría que este proceso no lleva un día”, dice Núria, de A Coruña. “Me parece un caos”, añade. Ella no esperaba tropezarse con dos requerimientos de autenticación, tener problemas añadidos al ser menor de edad y ni que tuviera que desplazarse para conseguirlo.

Problema 3: Los menores no pueden tener Certificado Electrónico

Es algo que no se había advertido previamente en un recurso que pueden solicitar jóvenes tanto de 17 como de 18 años. Los de 17 tienen que pedir la Cl@ve permanente, un sistema propio de autenticación creado por la Administración española. Para darse de alta en Cl@ve hay que ir a una oficina de manera presencial o concertar una cita por videollamada, de lunes a viernes, solo por la mañana, que es lo que hizo Sergio, de Valencia: “Después de una hora de espera en la aplicación a través de una videollamada con un asistente, conseguí la Cl@ve”. Sergio pensaba que con eso era suficiente, pero el verdadero problema vino después.

Problema 4: La AutoFirma, una invitada inesperada

La información del Ministerio habla de la Cl@ve PIN, del Certificado digital, del DNI electrónico… pero no de AutoFirma, un software que da muchos problemas a la ciudadanía en su relación con la Administración.

AutoFirma es un “cliente de firma electrónica” propio de la Administración Pública, es decir, un software extra, además del certificado, que se ha impuesto como obligatorio en casi todas las relaciones electrónicas con la Administración para firmar documentos. Instalarlo en Windows o MacOS es más sencillo. En cambio, el manual para su instalación en Linux tiene 27 páginas y advierte al comienzo de que “incluye un paso de vital importancia para la compatibilidad del aplicativo con los despliegues del MiniApplet para su uso en trámites web”, una advertencia lejos de ser transparente para usuarios básicos. Para los usuarios de mac, en la web hay un aviso de diez líneas sobre problemas que surgen en la instalación con los permisos.

“Después de utilizar Cl@ve, te obligan a utilizar AutoFirma con el Certificado digital, que hay que pedir a través de la página de la FNMT. Y después de seguir los pasos de la página, te manda a una oficina para poder conseguir el certificado, para lo que hay que pedir cita y, al llamar, te dicen que no hay disponibles”, explica Sergio sobre su proceso.

Problema 5: El ‘bucle’ de la AutoFirma

Lucía, de Valencia, no cumple los 18 hasta diciembre. Consiguió la Cl@ve de manera presencial pero se dio de bruces con el paso de la AutoFirma, que no esperaba. “Para usar AutoFirma, solo me da opción a firmar con el Certificado digital. Y yo, al ser menor, no puedo tener Certificado digital. Entonces no sé qué se supone que tengo que hacer”, dice, riéndose. Ha enviado un correo para pedir ayuda pero no ha obtenido respuesta.

Lucía no es la única en caer en el bucle de la AutoFirma. Andrea Iglesias, de A Coruña, había hecho los deberes para solicitar el Bono en el minuto uno. Antes de que se abriera el plazo, se informó sobre los requisitos. Consultó en internet sobre las tres opciones de autenticación (Cl@ve, DNI electrónico o el Certificado de persona física) y vio que, siendo menor de edad, su opción era la primera de ellas. Pidió cita presencial y acudió con uno de sus tutores legales para poder activarla. Una vez hecho eso, esperó hasta el día de la puesta de largo del Bono Cultural, el 25 de julio a las doce de la noche. Pero en su pantalla apareció el mensaje “muy pronto estará disponible”. “Me fui a dormir sin saber a qué hora abría el plazo y al levantarme volví a intentarlo”. Entonces sí, comenzó el proceso. “Pero la página no tardó muchos minutos en caerse, me imagino que por la gran cantidad de adolescentes que había intentando conseguir el Bono. Al llegar a la página en la que te piden la Cl@ve, se quedaba colgado y estuvo así todo el día”, recuerda. “No fue hasta uno o dos días después que conseguí introducir la Cl@ve e identificarme y por fin llegué al último paso que es firmar”. Lucía estaba decidida a conseguirlo, se había descargado AutoFirma. “Pero a la hora de utilizarla me pedía un Certificado que no tengo, busqué información y encontré que el que serviría es el 'certificado de persona física', que no puedo solicitar siendo menor. Por eso ahora llevo ya días atascada en ese último paso esperando a que habiliten otra forma para completarlo”, explica.

Problema 6: “Vaya, algo salió mal”

Tras conseguir pasar esas “pruebas de Heracles” y obtener la firma electrónica, Patricia Costa relata que al regresar a la web del Bono Cultural y darle al botón para continuar con el proceso, este lleva a una página que dice “vaya, algo salió mal, inténtalo más tarde”. Así ha hecho, sin éxito. “¡No es posible continuar! La página web se bloquea”, explica.

Isabel, de Valladolid, refiere el mismo error. “No solo yo tengo complicaciones para solicitarlo, todos mis amigos, hasta 10 personas que conozco, tampoco pueden hacerlo porque al intentar firmar te pone todo el rato trabas para terminar, por mucho que vuelvas a reintentar el resultado es el mismo: ‘Vaya, algo salió mal’”.

Problema 7: Que te pille fuera de España

Es el caso de María, que ya ha cumplido los 18 y no va a volver a España hasta diciembre. El plazo de solicitud acaba el 15 de octubre y no cree que vaya a poder solicitar el Bono debido a las dificultades que le han surgido. Ella fue de las que lo intentaron el primer día. Ya tenía la Cl@ve pero no esperaba el escollo de la AutoFirma. “Estuve ese día y al siguiente investigando y nada… no había información”. Lo dejó pasar unas semanas y volvió a informarse, entonces descubrió que para obtener el Certificado necesitaba solicitarlo en persona. “No me parece bien que no hayan dado toda la información desde el primer momento, básicamente te tienes que buscar la vida para saberlo”, reclama. María quería utilizar los 400 euros para ir a museos, teatros y otros lugares que hasta ahora no se podía permitir, y también para adquirir libros.

Problema 8: Subir documentos cuando la solicitud la hace un tutor

Una manera, no demasiado publicitada, de pedir el Bono sin Certificado digital es que lo haga un representante legal del menor que sí tenga Certificado digital. Pero también da problemas.

Esa es la vía que escogió Álex Fernández, de La Roca del Vallès, en Barcelona. “Al clicar que un representante solicitaba el Bono, tuve que adjuntar el Libro de Familia y en teoría con eso ya bastaba, pero en mi caso no ha sido así. Una vez adjuntado, me tocaba firmar el documento, pero no me salía ninguna firma y el programa de AutoFirma me daba un error que decía que no había firma, aunque la verdad todo muy mal explicado”, cuenta y añade que mandó un correo para intentar solucionarlo pero no ha tenido todavía respuesta. “El método para pedir la AutoFirma no es nada eficiente y es muy rebuscado, esto dificulta mucho a los jóvenes a pedir el Bono, cosa que no entiendo, exigen documentación difícil de conseguir y cosas online como una firma con programas especiales raros”, resume Álex, que está deseando gastar la ayuda en discos y conciertos.

Problema 9: Mensajes en inglés

“Se trata de problemas técnicos que a lo mejor esconden una necesidad muy grande de ofrecer antes de tiempo un producto que en realidad no está acabado”, aventura Patricia Costa. Las costuras asoman en los pasos del proceso, que además de los errores a veces hacen asomar mensajes en inglés en páginas sin diseño, como la que confirma que el registro en la página web del Bono se ha efectuado satisfactoriamente.

Problema 10: ¿Y dónde me lo gasto?

Algunos jóvenes que han conseguido completar el proceso, señalan que la concesión no es automática y que llevan días esperando que el sistema les indique que su solicitud ha sido aprobada.

Mientras tanto, van haciendo planes de en qué se lo gastarán. Andrea tiene una idea general: “Libros, conciertos y teatro”. Isabel también piensa en “conciertos y museos”. Sergio hubiera querido “tenerlo para el verano”, pero se conforma y planea invertirlo en entradas de festivales, algún videojuego, libros, mangas, una suscripción a Amazon Prime o HBO y algún ebook.

El día en el que se abrió la inscripción, Cultura informó de que un total de 2.912 empresas habían solicitado adherirse para ofrecer sus productos y servicios culturales a los jóvenes, ya que estos no podrán gastarse los 400 euros en cualquier lugar, sino en aquellos que participen, como elDiario.es, donde es posible hacerse socio empleando el bono . De esas, 914 habían completado el proceso en esa fecha. Pero en la web en la que se gestiona el Bono, el apartado de empresas adheridas, a día de hoy, muestra el mensaje de que los nombres se visualizarán “próximamente”.