Entrevista

Antonio de la Torre: “Más de un técnico me ha dicho que ojalá se pinche la burbuja de las series”

Javier Zurro

12 de julio de 2022 23:37 h

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Durante años una de las bromas recurrentes en las ceremonias de los Goya era que todas las películas españolas tenían a Antonio de la Torre en su reparto. El actor vivió un momento pletórico y encadenaba estreno tras estreno. Pero también supo parar. Coger distancia y aire y pasar un tiempo pensando cuál sería el siguiente paso. Se lo puede permitir uno de los mejores y más versátiles actores que tiene el cine español.

Ahora, tras dos años de distancia, también provocados por la pandemia, regresa al cine con Entre la vida y la muerte, un thriller de Giordano Gederlini que se estrena este jueves. Un filme rodado en Bélgica y que le ha hecho aprender francés y unas coreografías de acción secas y rudas. Un proyecto que le acerca de nuevo al thriller, aunque con nuevos retos para su carrera. También tiene en cartera La contadora de películas, lo nuevo de Lone Scherfig con guion de Walter Salles, y estará en el próximo proyecto de David Martín de los Santos tras enamorar con La vida era eso. El actor ha regresado como siempre, como un torbellino de energía y ganas que se contagia.

¿Cómo llega a una película rodada en francés y en Bélgica?

Básicamente me mandan el guion y me dijeron que era en francés. Vi que era un thriller y había una parte de mí que decía, joder, otro thriller… Yo tenía mis dudas, había cosas que no me convencían, hacer otro thriller otra vez… Yo estaba en San Sebastián rodando La línea invisible y vinieron a verme el productor y el director, Giordano Gederlini, que habla español, porque es de origen chileno, y se sentó conmigo y vi que podía darle la vuelta a la tortilla. Pensé, qué guay hacer una peli en francés sin saber hablar francés.

¿No sabía nada de francés?

¡Qué va! Bonjour, bonsoir…

Y ça va

Yo creo que ça va ni sabía decirlo. Pero les vi un entusiasmo, muchas ganas y me cuidaron mucho en todos los aspectos. Así que me animé. Yo estaba en una fase… iba a decir en un periodo de reflexión, pero parezco Yolanda Díaz (risas), pero estaba en una fase de parar el carro, de pensar qué haces. Pero dije, mira, te vas a Bruselas y la haces en francés. Íbamos a rodar en marzo y abril de 2020, que no sé si te suena que hubo una pandemia, y después se retomó, pero ahí, como toda la humanidad me planteé que lo mismo se acababa el cine.

¿Cómo fue aprender francés?

Pues tuve un coach y me fui allí e hice inmersión total. Me iba a correr oyendo la RFI, me hinché de ver cine francés… que es curioso, pero veo cine cuando curro, en casa solo veo cine infantil. Pero he quedado muy contento.

¿Pesa la etiqueta de actor de thriller?

Todas las etiquetas acaban pesando. Hay una parte que dice, esto es lo que no quiero, pero en este caso pesaron más los elementos nuevos. 

Hemos pasado de verle en cuatro películas al año a estar dos años sin que estrene ninguna película, ¿ha habido un paro voluntario, ha sido la pandemia?

Las dos cosas. Creo que después de El reino tuve una especie de epifanía, que suena a palabras mayores, pero sí que era un momento de fin de ciclo.

Cuando veo a artistas diciendo que se retiran pienso, ¿a quién coño le importa? No somos tan importantes, ni cuando estamos ni cuando nos retiramos

¿Estaba saturado?

Una mezcla de todo, me dije que no podía ser esto. Es que entras en una rueda de películas, nominaciones… y esto o lo paraba alguien o lo paraba yo, no sé explicártelo.

¿Cuál era el requisito para volver a rodar?

A ver, el titular no es que decidí retirarme, porque yo nunca me he retirado, me parece imprudente eso. Cuando veo a artistas diciendo que se retiran pienso, ¿a quién coño le importa? No somos tan importantes, ni cuando estamos ni cuando nos retiramos.

¿Da miedo parar?

Da miedo cuando miras la cuenta bancaria. Yo, por suerte, tengo un piso en Sevilla, mis hijos van a un colegio público, no tengo coche… a ver, yo tampoco soy Pepe Mujica, a mí me gusta el chóped como a ti, pero tengo una edad que ya no le tengo tanto miedo… cuando estaba empezando sí pensaba qué sería de mi vida, pero ya no soy tan joven ni tan viejo, y creo que a no ser que el mundo cambie me van a seguir saliendo trabajos.

Este año ha habido un miedo a que el cine independiente, en el que usted suele actuar, desaparezca por la nueva Ley Audiovisual, ¿cómo ha vivido toda esta discusión?

Esto es como todo, todos los debates son poliédricos. Las plataformas están bien mientras no se produzcan explotaciones. A mí más de un técnico me ha dicho 'qué ganas tengo de que se pinche la burbuja de las series'. Yo eso lo he escuchado en el fragor de un rodaje. Pero por otro lado está trabajando mucha gente y bienvenido sea el trabajo. La cara oscura es si esto va a ser el mercado ahora. Yo te diría que, para mí, en un mundo ideal, que haya una eclosión del audiovisual y que mantengamos el cine de autor con políticas de Estado, como hace Francia, y que no cambiemos ese 'un' por ese 'dicho' (en referencia al polémico cambio en la Ley Audiovisual). Apostemos por los Alcarràs, por los Manuel Martín Cuenca, por películas en euskera, en galego…

El otro día apareció en un vídeo en la presentación de Sumar, la plataforma de Yolanda Díaz, nunca le ha dado miedo posicionarse políticamente.

Siempre da miedo, no me voy a dar golpes en el pecho ahora. Es que hay tantas batallas por librar, tantas cosas por decir, que me parecería impúdico que me diera golpes en el pecho. Siempre hay cosas sobre las que no te posicionas. Agradezco que me digas que me posiciono, pero siempre pienso que podría hacer más, pero es verdad que creo que ahora mismo no tengo demasiado miedo.

Antes ha mencionado El reino y justo todo el mundo estos días está hablando de los parecidos de la película con la vida real. ¿Cuando la hizo fue consciente de que todo lo que estaban contando era tan real?

Se da la paradoja de que Ferreras y Ana Pastor nos ayudaron con El reino, así que es un tema delicado para mí pronunciarme, sería más fácil hacerlo sobre los audios de Cospedal. Por un lado les tengo un afecto y un reconocimiento, pero es verdad que creo que el periodismo debe hacer una reflexión. Los medios de suscripción estáis consiguiendo, más o menos, una cierta independencia. Pero en general, todos los medios de comunicación tienen una servidumbre. Los medios audiovisuales, quizás por lo que es la televisión o la radio, han entrado en una dinámica del espectáculo. Y en eso sí que entraría mi crítica a esa dinámica. Eduardo Inda no contrastó la información y es una máquina de dar basura. Juan Torres, que es amigo mío, el economista, se fue de un plató porque Inda estaba provocando y no aguantó más. No digo que haya que irse, ese es otro debate, pero lo que quiero decir, y llevo años pensando en esto, porque soy periodista aunque me dedico a ser actor, y me atrevo a opinar, es que la información entra mucho en el cotilleo. El periodismo de hoy está pendiente de conspiraciones, de luchas de poder, de si Podemos se traga a Izquierda Unida, y no se enteran a veces incluso de una ley que lleva aprobada meses. Es un periodismo shakespeariano en vez de hablar de las cosas que importan a la gente, de leyes que importan. 

Le sale la vena periodística.

Sí. De hecho me ponen las pelis inspiradas en hechos reales

¿No se ha planteado escribir o dirigir?

Es que es una movida montar una peli. Es más fácil ser actor, con el curro que también tiene, que no es solo rodar, es toda la preparación, que yo me preparo meses. Ahora con los niños chicos me resulta impensable, quizás más adelante… está feo decirlo, pero creo que se me daría bien dirigir actores. Quizás para colocar la cámara podría asociarme con alguien, pero necesitaría un tiempo que ahora no tengo.