Antonio de la Torre es un periodista que cumplió su sueño de ser actor. El andaluz (Málaga, 1968) es a día de hoy uno de los intérpretes más solicitados del panorama nacional. Tanto que por segundo año consecutivo le han nominado a los Goya en dos categorías: como mejor actor principal por Caníbal, de Manuel Martín Cuenca; y como mejor actor de reparto por La gran familia española, de Daniel Sánchez Arévalo.
De la Torre ya ganó un Goya hace unos años precisamente por una película de Sánchez Arévalo, Azuloscurocasinegro, en la que hacía de un preso. Ahora hace papeles de sastre refinado, atractivo y educado aficionado a la carne humana y que no es consciente de que sus actos son criminales.
Le han nominado en dos categorías distintas, y por segundo año consecutivo. ¿Se lo esperaba?
Creo que se han tenido que traspapelar los documentos del notario. Se han equivocado [risas]. Para nada. Es una gran alegría, una sensación de reconocimiento y de que se respeta tu trabajo. Siempre te queda el regustillo amargo de que había menos películas en competición este año, que había menos donde elegir. También intento disfrutar del buen momento sin perder de vista a gente que lo está pasando mal.
¿Siente que en la academia están prendados de usted?
Qué va. Son compañeros de profesión, y conozco a muchos por haber trabajado con ellos. Simplemente han visto mi trabajo y les ha gustado. Pero también han votado a otros compañeros. No puedo hacer un todo con algo anecdótico.
¿Se imaginó alguna vez que haría de un caníbal?
Jamás. Siempre que me preguntan que qué papel me gustaría hacer no me suelo mojar. Salvo con uno, que lo digo medio en serio, medio en broma, que es el del futbolista Juanito.
¿Por qué?
Es un malagueño universal. Cuando llegué a la facultad de periodismo me llamaban Juanito, pero no por cómo jugaba al fútbol, sino porque era de Málaga y me daba un aire. Y de hecho la primera entrevista que hice fue a Juanito, por un trabajo que me encargaron en una asignatura. Él era una de las grandes estrellas del fútbol nacional, pero era otra época. A ver quién puede hacerle una entrevista a Messi o Ronaldo ahora.
El deporte ha estado presente en su carrera como actor. De hecho, en La gran familia española el fútbol es la temática de fondo.La gran familia española
Sí, pero la película da una visión distinta de lo que ocurre en realidad. El fútbol se ha globalizado, como la economía. Es un signo de los tiempos: es capitalista, se ha mercantilizado... Y luego hay equipos que no pagan a sus jugadores. Hasta hay presidentes condenados por un juez que piden el indulto. Me apasiona el fútbol, pero me genera una contradicción.
Es igual que en mi caso personal: a mí me va bien, pero me siento mal por los compañeros a los que no. Con el fútbol igual, porque está lleno de mierda. El problema es que la gente es antes hincha que ciudadano, como dijo un político. Estamos locos. Se cierran colegios, hospitales, y nos preocupamos por el fútbol... Ahora, esto al poder le viene de puta madre.
¿Cómo ve la situación del país?
Creo que todo está en la batalla de las ideas. Y por eso creo que nuestra generación está perdida, porque hemos acabado todos mal. Tengo la esperanza puesta en mi hija de tres años, para que tenga unos valores en los que no valga el éxito a cualquier precio, que haya cultura del esfuerzo y de la solidaridad, donde se desarrolle la empatía... En definitiva, ver la humanidad como una especie de gran familia. Es la única manera de que esto cambie.
¿Esa crisis de valores afecta al cine? Se les ve como subvencionados que encima cargan contra el Gobierno.
¡Eso es un coñazo! La cultura repercute positivamente en el ámbito económico, por los puestos de trabajo que crea o la promoción de la ciudad donde se rueda. Y esa idea de que solo nos dedicamos a molestar al Gobierno no es verdad. Simplemente, es falso. No hay un seguidismo.
¿Por qué hay que ayudar al cine?
El cine es cultura, y hay que ayudar a la cultura. Apoyarla es apoyar el desarrollo como individuos, permite ser más culto, o que te puedas asociar con otros y crear un pacto de sociedad igualitaria y libre. Es la única manera de formarse y de adquirir conocimiento, desde la cultura y el saber. En una película se cuenta más de una sociedad que en un telediario. Viendo La separación aprendí más de Irán que con cualquier telediario. Porque el cine es contar una historia, y también puede ser entretenida.
El actor
¿En otro país habría tenido Caníbal mejor acogida?Caníbal
No lo sé. Quizá sí. Hay que tener en cuenta que si vemos algo en otro idioma nos suele impactar más, porque lo hacemos desde otra perspectiva. Hay elementos menos reconocibles. En Toronto tuvo una acogida fantástica, y las críticas en general han sido buenas. También es una película de autor, pero creo que tiene un público mucho más amplio del que ha tenido y con respecto a las salas en las que se ha estrenado. Pero está claro que no pretendía ser un blockbuster.
¿Entendía a su personaje aunque fuese un criminal?
En todo momento intenté defender a mi personaje y no juzgarle. Traté de darle la máxima humanidad posible dentro de cómo era. No sé por qué nos atraen, pero también es que lo veo desde la perspectiva del actor. Tenemos cosas buenas y malas, e intento mirar un todo. No diría que hay una cierta moralidad en sus acciones, pero hay momentos en que le entiendes. Todo tiene matices.
¿Volvió a ver El Silencio de los Corderos antes de preparar el personaje?El Silencio de los Corderos
No, para nada. Teníamos clarísimo tanto Manuel (Martín Cuenca, director de Caníbal) como yo que imitar a una bestia como Anthony Hopkins era absurdo. Se trataba de hacer algo diferente. Queríamos hacer un tipo normal que no era consciente de que hacía el mal. Lo hacía y punto. No soy tan idiota como para compararme con alguien con el que sé que voy a perder.
Su otra nominación es por La Gran Familia Española, que ha sido un gran éxito. Daniel Sánchez Arévalo le tiene como uno de sus actores fetiche.La Gran Familia Española
Es un gran director, y tiene todo el mérito de lo que ha pasado con la película. Llevamos varios años trabajando juntos gracias a una amiga común que nos presentó, después de que él hubiese visto una de mis películas. Me ofreció un corto, y ahí empezó todo hasta hacernos íntimos.
¿Está rodando algo en la actualidad?
Ahora mismo no. Estoy a la espera de que me confirmen una película con Jim Loach (hijo de Ken Loach) cuyo rodaje sería en Australia. Pero no puedo contar mucho más.
La gestión del cine
¿Qué le parece la gestión del equipo directivo de la Academia?
La verdad es que no sigo muy de cerca el día a día de la Academia. Pero todo lo que tengo que decir sobre Enrique González Macho es que me parece un hombre honesto, amante del cine, y le tengo un gran afecto y confianza. Además, él siempre ha tenido buenas palabras para mí.
¿Crees que aciertan en su postura sobre Internet?
Es algo complejo. Creo que hay que apostar por Internet, pero hay que ampliar el debate. Primero, son las operadoras las que están facilitando lo que ocurre, porque saben que la gente va a descargar. El problema no es de una estrategia de la academia, sino de una mentalidad global. Yo facilitaría el acceso al cine, por ejemplo. Pero también necesitamos financiación para hacer las películas. Que se haya asumido el pirateo como algo normal parece que dota de legitimidad a las telefónicas. Entiendo que les dé miedo renunciar al viejo modelo, porque el nuevo presenta mucha incertidumbre. Es culpa tanto del sector como de los usuarios.
¿Y cómo se convence a la gente de que no piratee?
Es muy fácil decir “es que tengo derecho a la cultura” o “ha sido siempre así”. Claro, pero es que antes nos pasábamos un CD, y éste podía compartirse 10 o 15 veces. Ahora en Internet esto ocurre millones de veces dándole a un botón. Soy el primero que dice que la cultura tiene que ser universal, pero tenemos que ir a un modelo viable. Soy un ciudadano de izquierdas, creo en la redistribución de la riqueza, en la igualdad de oportunidades, pero no al modo liberal, de que cada uno se lo busque. Defiendo ayudar a los que más lo necesitan y darles herramientas para que puedan crecer.
¿Cómo lograría que la gente tuviese más acceso al cine?
Pues hay que apoyar las fiestas del cine y los descuentos. Y también no olvidar que las grandes productoras, según denuncian, son las que obligan a poner esos precios excesivos en las entradas por el precio al que venden las películas. Tengo la sensación de que a éstas se la pela bastante que se pongan las entradas más baratas o más caras. Creo que se preocupan de su caja y punto.
¿Cree que ganará este año?
Creo que no. Me encantaría, pero tengo las expectativas bajas.
El periodista
¿Se sigue sintiendo periodista?
Totalmente. Piensa que aún me quedan tres años de excedencia en Canal Sur, y sigo siendo periodista de esa casa. He ejercido la profesión muchos años, primero en información general, y luego en el periodismo deportivo. Además, en alguna película que he hecho basada en hechos reales me ha servido mucho el periodista que hay en mí para hurgar en la historia. Entre el periodista y el actor hay un punto común en contar historias y en acercar a la gente una visión del mundo.
¿Qué opina de los que quieren cerrar televisiones públicas?
Son los mismos que quieren usar el dinero público para colocar a su gente y engordar una gestión ineficaz, algo encaminado a lograr que la televisión sea una plataforma para lanzar los mensajes ideados desde el poder, y terminar siendo inviable. Canal 9 se convirtió en un monstruo por su culpa y se la quitaron de en medio. Qué casualidad que el poder gestione muchas que son casi inviables y a la vez hable de privatización. Tenemos un medio público y deficitario, y encima nos gusta privatizar, pues ya tienen la excusa. Es tremendo. Miles de puestos de trabajo destrozados y un atentado contra la democracia por lo bajini.
¿Son las televisiones públicas un gran apoyo para el cine?
Claro. Muchas están detrás de proyectos, y tienen una política hacia la industria cultural que es muy buena para desarrollarla. Y para los que trabajamos en la cultura, también.
¿Le sirvió su formación de periodista para hacer un personaje tan complejo como el de Gordos?Gordos
Tras hacer Azuloscurocasinegro y centrarme más en el cine sentía que me estaba repitiendo. Pensaba que no era tan versátil, que igual no tenía tanto que contar. Y en cuanto Daniel (Sánchez Arévalo) me ofreció el personaje de Gordos, y engordar, pensé que iba a hacer algo diferente. Primero porque mi aspecto no iba a ser el mismo. Iba a andar diferente, por ejemplo.