Ernesto Sevilla: “Los 'chanantes' intentamos ser comerciales pero siempre nos salen 'frikadas'”

Javier Zurro

Málaga —

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El 18 de septiembre de 2005 comienza a emitirse en Telecinco una serie diferente a los formatos a los que el espectador estaba acostumbrado. No eran capítulos largos, ni tramas al uso. Ni siquiera se emitía a las diez de la noche, como el resto de la ficción española. Camera café adaptaba un fenómeno que ya había funcionado en Francia, y desplegó sus tiras cómicas en lo que se conoce como el access prime time. Es decir, el tiempo de calentamiento hasta que llega el programa estrella de la cadena.

La sorpresa fue que estos sketches cómicos de un grupo de trabajadores grabados desde la máquina de café en sus momentos de descanso conquistaron a más de tres millones de espectadores cada día. Una legión de fans que todos los días se sentaban a ver lo que decían Cañizares, Quesada y toda la panda de personajes. En su reparto se encontraba Arturo Valls, que desde que acabó la serie en 2009 barruntaba una posible versión en forma de largometraje. Su experiencia como productor ha hecho que, por fin y tras varias intentonas, el proyecto sea una realidad.

Es curioso que para Camera Café, la película, haya reclutado como director a Ernesto Sevilla, miembro de La hora chanante, fenómeno de culto que coincidió en el tiempo con la serie de Arturo Valls pero que, a priori, no tiene nada que ver. Una vez vista la película, está claro que el universo de ambas creaciones se ha fusionado en un hijo que junta referentes del imaginario de cada una de ellas. Se nota que Sevilla era fan de Camera Café, como él mismo reconoce, pero que su gusto por el humor surrealista y hasta absurdo sigue intacto desde entonces.

Había rodado cortometrajes, capítulos de series... pero Camera Café, la película es su primer largometraje, ¿cómo ha sido la experiencia?

Ha sido muy bonita. La verdad es que tenía muchas ganas de dirigir un largometraje y ha sido como un sueño hecho realidad. Además, he repetido con el equipo de Capítulo 0, que es mi equipo de siempre, así que ha sido un salto controlado, algo bastante fácil y bastante bonito.

Tras ver la película, uno encuentra allí el universo de Ernesto Sevilla más que el de la serie, no sé si eso le hizo decantarse por este proyecto.

Sí. Lo que pasaba con Camera Café es que era un encargo que me parecía que tenía muchas posibilidades. La serie era una tira cómica, una serie de sketches de cinco minutos en los que la cámara no se movía, así que para adaptarlo había muchas posibilidades, porque de una película sobre eso pueden salir muchas películas y todas válidas. Podía haber sido más costumbrista, más clásica, que hubieran hablado de las cosas de la oficina… pero también podíamos optar por tirar por la parte surrealista y absurda, que la serie también la tenia. Creo que la gente no se acuerda, pero en Camera café se le iba mucho la pinza. Es mi universo, pero también el de Camera café. Todos los elementos que salen en la película aparecen en la serie, de ahí lo sacamos casi todo, solo que allí no se veía, los personajes soñaban cosas, hablaban, y aquí se ven.

Entonces es un híbrido de su imaginación y el universo de Camera café.

Sí, es un poco aberración.

Era una serie atípica para un “access prime time” de una cadena generalista. Una tira cómica que mezclaba costumbrismo con la locura.

Sí, en su día fue bastante revolucionaria. Además, yo le diría a la gente que la revisara, porque estaba muy bien escrita. Los guiones eran buenísimos y hacían un tipo de comedia muy diferente. Pensándolo, yo diría que me parecería imposible ahora.

En ese tiempo usted estaba con La hora chanante, que también apostaba por otro humor diferente, arriesgado. Han pasado más de 15 años, ¿ha cambiado mucho el humor?

Sí, el humor cambia mucho, cambia a toda velocidad y ha cambiado muchísimo. No ya en los últimos 15 años, sino en los últimos 5 años, y estamos en una especie de proceso de cambio de cambio de piel, y es verdad que ves episodios de Camera café y había cosas que ahora te rascan un poquito

El humor cambia mucho, cambia a toda velocidad y ha cambiado muchísimo. Estamos en una especie de proceso de cambio, de cambio de piel

¿En la adaptación se ha intentado revisar aquellas cosas que hoy en día no tienen lugar desde el humor?

Nosotros hemos cogido las cosas que más nos interesaban y que más gracia nos hacían de los personajes y hemos dejado cosas de lado, que son las cosas que rascaban un poco, pero tampoco nos hemos esforzado demasiado. Hemos intentado ser fieles a los personajes.

Es una película muy libre, que mezcla géneros, tonos, estilos de humor, con ideas muy locas, ¿les ha extrañado que les dieran luz verde a algo así?

Sí, la verdad que hemos sido los primeros sorprendidos en que nos dejaran hacer todo eso. Ha sido un encargo muy guay. Los productores nos han dado bastante libertad. Arturo es un productor que ha estado bastante encima del proyecto y puso condiciones pero nos dio libertad.

¿Es Arturo Valls quien le llama para que dirija y escriba junto a Raúl Cimas el proyecto?

Sí, fue Arturo el que me llamó. Nosotros somos amigos desde hace años y él ha colaborado en nuestros proyectos siempre. Es como uno más de los 'chanantes'. Este es un proyecto que dio muchas vueltas, que tuvo muchas versiones de guion hasta que finalmente me llamaron. Arturo confió en mí porque es muy fan de nuestras cosas.

Ha mencionado a los ‘chanantes’. Se les sigue conociendo así, ¿es una etiqueta que pesa o al revés?

Yo estoy orgullosísimo de que me digan 'chanante', y de que me digan que mis cosas son demasiado 'chanantes'. No solo no me molesta, al revés, es un piropo cuando lo dicen. Para mí es un orgullo igual que cuando me dicen que algo es demasiado absurdo, eso es guay, el humor absurdo para mí es el humor bueno, esas etiquetas no me molestan.

En la película hay una parte de animación, hay un bucle… son cosas muy 'chanantes'.

Es una cosa que nos sale prácticamente sin darnos cuenta y, aunque intentemos hacer concesiones al 'mainstream', nos salen este tipo de 'frikadas' sin darnos cuenta. Nos esforzamos en ser comerciales, pero nos salen cosas de este tipo, pero eso es un estilo, y tener estilo está bien.

Ahora que están de moda las reuniones y revivir series, ¿cree que sería posible una Hora Chanante nueva o el humor ha cambiado tanto que no tendría cabida?

Yo creo que La hora chanante lo bueno que tenía es que era bastante atemporal, porque no hacíamos un humor pegado a ningún tipo de actualidad ni hacíamos humor político, porque lo nuestro era otra movida. Creo que sí se podría hacer porque hay cosas que siguen funcionando.