Iván Zulueta rompió los moldes del cine español en 1979 con Arrebato. Recién empezaba la Transición, con el cine del destape en pleno auge, un director planteaba una obra que dinamitaba cualquier norma o definición. Un filme que presenta al propio cine como un vampiro que devora y consume a su protagonista. En aquella película, el personaje al que daba vida Will More mandaba al de Eusebio Poncela una colección de películas rodadas en Super 8. Eran las imágenes con las que quería captar la vida, con las que se había sentido arrebatado. Las que le habían mordido y convertido.
Aquellas imágenes, que en la película se ven de manera fugaz, formaban parte del legado que Zulueta deja en un almacén tras su muerte en 2009. Allí se quedan una década, custodiadas por su hermano y por Virginia Montenegro, una de sus grandes amigas. Diez años después, la Filmoteca contacta con ellos y empiezan los contactos para adquirir y cuidar ese material. Cuando comienzan a tratar y digitalizar el material, aparecen 80 títulos rodados en súper 8. Muchos son imágenes de antes del rodaje de Arrebato, otras son de sus propios padres, hay trabajos más experimentales… un material histórico para uno de los grandes autores del cine español pese a su corta trayectoria.
Es ahí cuando a Josetxo Cerdán, director de la institución, piensa en el cantante de Los Planetas, Jota. Su idea al frente de la Filmoteca responde a una máxima, preservar los materiales, pero hacerlos relevantes en la actualidad y, sobre todo, accesibles para la gente. Que no sean simplemente café para los muy cafeteros. “Como los cortos no tenían sonido nos pareció buena idea buscar a alguien cuyo universo creativo y artístico enlazase bien con eso”, cuenta en la presentación de este proyecto que ha hecho que Jota ponga banda sonora a estos trabajos inéditos de Zulueta, muchos de los cuales se van a ver por primera vez. “A estos materiales hay que darles vida, no tiene sentido tener todo bajo llave. Este patrimonio es de todos los españoles, lo ha pagado el estado y queremos que se vea por todos”, ha añadido.
Este proyecto musicalizado se ha avanzado en el Cine Doré, donde se ha podido ver un adelanto en forma de dos piezas que adelantan su presentación oficial el próximo 16 y 17 de diciembre, cuando se disfrutará en forma de dos conciertos exclusivos que luego tendrán su traslación en forma de disco -que irá acompañado de las imágenes de Zulueta- y de una gira que tendrá lugar en 2023 y que llevará como apoyo el trabajo gráfico de Javier Aramburu. Un proyecto que recuerda al homenaje que realizó a Enrique Morente junto a Lagartija Nick tras la muerte del cantaor.
Para este trabajo, que Jota ha definido como “un caramelo” al que le fue imposible decir que no, ha sido el propio espíritu de Zulueta el que ha vampirizado al líder de Los Planetas, que ha dejado claro lo que une ambos universos, “la independencia y la libertad creativa”. Además, ha recordado que el propio Zulueta comienza rodando videoclips en TVE y que en su película Un, dos, tres, al escondite inglés, pone en imágenes diferentes canciones de los grupos de la época. Un hilo invisible que vinculaba ambos trabajos y que ahora se ha materializado en un proyecto común.
Las piezas que se han podido ver como avance incluyen el tema Natalia dice, que acompaña al filme, Te veo, un proyecto absolutamente psicodélico en el que Zulueta grabó el proyecto que Juan Berzosa realizó sobre El Greco y que para Josetxo Cerdán es un trabajo lleno “de capas que se iban sumando y generaban un universo maravilloso”.
A estos materiales hay que darles vida, no tiene sentido tener todo bajo llave. Este patrimonio es de todos los españoles, lo ha pagado el estado y queremos que se vea por todos
La otra pieza, mucho más convencional, es la película Cine Álbum Kodak 3, para la que Jota ha compuesto Arrebato (un buen día para Iván), cuyo nombre remite claramente a uno de los temas más míticos de Los Planetas, con la que tiene bastante en común. Aquí la letra describe lo que sucede en un trabajo documental de Zulueta que graba a un grupo de amigos escuchando música y maquillándose de forma despreocupada y lúdica.
Quien los maquilla no es otro que el maquillador de Arrebato, por lo que para Cerdán ese filme se sitúa temporal y espacialmente cerca del rodaje de la obra maestra del director, aunque no supone un making off. Sí que hay imágenes de las bambalinas del filme dentro de todos los materiales con los que Jota ha trabajado para este proyecto que constará de “20 canciones surgidas de 14 o 15 cortos”, aunque no deja nada cerrado. “No sé cuántas terminaré”, asegura y avanza que la semana que viene presentará en plataformas de escucha estos dos primeros temas. Cerdán solo le dio un mandamiento: no tocar las películas de Zulueta. El material fílmico era sagrado, y a él se ha tenido que ajustar el músico para sus composiciones.
Jota se sumergió vampirizado al archivo de Zulueta y descubrió un perfil menos conocido del autor. Trabajos realizados durante tres décadas, de los 60 a los 80 y en su mayoría inéditos. Un archivo que también está compuesto por documentos personales y familiares, pinturas, dibujos y numerosas polaroids con las que Zulueta experimentaba. Un material ingente que han servido de inspiración para el músico, que también ha indagado en los entornos familiares de Zulueta para este trabajo.
Para Josetxo Cerdán este archivo permite acercarse a un perfil poco conocido del autor hasta el momento. Más allá de Arrebato (1979) y su posterior dependencia de las drogas, los materiales recuperados por Filmoteca Española muestran a un cineasta anterior muy vital y alejado de la oscuridad que más tarde adquiriría su figura. Una nueva cara de un director que, cómo recordaba Jota, quién sabe donde hubiera llegado con sus películas si hubiera seguido rodando.