'Misericordia', de Alain Guiraudie, logra la Espiga de Oro en una Seminci que también premia el cine español
En dos años Seminci se ha consolidado como el festival español más potente tras San Sebastián. Ha recuperado ese espacio y lo ha hecho logrando una Sección Oficial potente que apuesta por el cine español y consiguiendo que casi todos los cineastas que compiten presenten sus películas, algo fundamental para un certamen. En la segunda edición capitaneada por José Luis Cienfuegos, la apuesta por ese cine más autoral se ha cerrado con la Espiga de Oro para Misericordia, la última película de Alain Guiraudie, el director de El desconocido del lago que aquí entrega un thriller rural en apariencia, pero lleno de homoerotismo, mala leche, humor negro y una reflexión sobre la iglesia, la moralidad y cómo el sexo y el amor pueden ser monedas de cambio en la sociedad actual.
Guiraudie es uno de esos cineastas que nadan a contracorriente de modas, y el jurado le ha premiado no solo con el primer premio, sino también con el del Mejor guion. Misericordia es, además, un pequeño triunfo para el cine español, ya que cuenta con la producción de Albert Serra y su socia Montse Triola a través de su productora Andergraun Films. Se podría decir, de hecho, que es una nueva victoria del cineasta catalán y sus apuestas por películas que se salen de los cánones de la industria. Misericordia estuvo en el pasado festival de Cannes, pero no compitió por ningún premio, ya que solo se pudo ver en la sección de Cannes premiere.
El jurado ha elegido un palmarés en el que no se encuentran filmes premiados en otros certámenes internacionales. Se quedan fuera dos de las favoritas como The brutalist o Vermiglio, ambas con galardón en Venecia, y entran apuestas a las que un premio en Seminci pueden ayudar mucho más en su carrera comercial como ese premio a la Mejor dirección que el jurado entregó a Guan Hu por Black Dog.
Seminci también confirma el gran estado del cine español, que ve cómo varias de sus propuestas de Sección Oficial entran en el palmarés. El original y sorprendente musical sobre la eutanasia de Carlos Marqués-Marcet, Polvo Serán, logra el segundo premio, la Espiga de Plata (ex aequo con Stranger Eyes, de Yeo Siew Hua). Un premio más que merecido para uno de nuestros cineastas más finos y arriesgados que ha realizado una película que no se parece a ninguna, con canciones de María Arnal y coreografías de La Veronal, y un dúo protagonista espectacular, Ángela Molina y Alfredo Castro, que recibieron una mención especial del jurado por sus interpretaciones.
También salió con premio Salve María, el thriller sobre la maternidad de Mar Coll, que muestra como si fuera una película de terror las dudas de una madre arrepentida. Su galardón a la Mejor actriz para Laura Weissmahr es impepinable. Ninguna interpretación en esta Seminci está al nivel de lo que hace esta actriz hipnótica. Este premio debería colocarla en la carrera del Goya a la Mejor actriz revelación; igual que este palmarés debería reivindicar a Polvo Serán y Salve María como dos de los grandes títulos españoles del año. El premio Pilar Miró a la mejor ópera prima española fue para Fin de Fiesta, de Elena Manrique, por su sátira contra los pijos y contra el racismo.
El premio al mejor actor también fue compartido para Jan Gunnar Røise y Thorbjørn Harr, los dos intérpretes de Sex -que acaba de estrenarse en salas españolas-, el filme del noruego Dag Johan Haugerud, que inaugura su trilogía sobre sexo y amor de la que ya se viera la segunda parte, Love, en Venecia. Con su estilo humanista, el cineasta ofrece una reflexión sobre la masculinidad, el género y la identidad a través de las conversaciónes de dos deshollinadores que ven cómo eso que les hace hombres heterosexuales se tambalea tras dos sucesos: el primero tiene sexo con otro hombre, y el segundo sueña con que es una mujer. La interpretación de ambos, sin aspavientos y muy medida, es una de las grandes bazas de un filme que basa casi toda su fuerza en las conversaciones de ambos.
El palmarés de Seminci también reconoce las labores técnicas, y premió el montaje de Telmo Churro y Pedro Filipe Marqués en Grand Tour, la bellísima película de Miguel Gomes con la que el director portugués logró el premio a la Mejor dirección en Cannes; y la fotografía de Gao Weizhe en Black Dog. El cine indie de EEUU, una de las grandes bazas de esta edición, se tuvo que conformar con el premio Fipresci que otorga la crítica internacional para Christmas Eve in Miller's Point, de Tyler Taormina; y el del público para Bob Trevino Likes it, de Tracie Laymon.
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