Muere el director de cine Jaime de Armiñán a los 97 años
Jaime de Armiñán, director de obras fundamentales de la historia del cine español como Mi querida señorita (1972), murió este martes a los 97 años según ha podido confirmar elDiario.es. La capilla ardiente tendrá lugar mañana, jueves 11 de abril, de 10:30 a 20:30 horas en la Sala Manuel de Falla de la sede madrileña de la SGAE. El cineasta fue nominado al Oscar por la que es su obra más conocida, escrita junto a José Luis Borau y que supuso una revolución al tratar, antes incluso de la muerte de Franco, un tema como la transexualidad gracias a un personaje para el recuerdo interpretado por José Luis López Vázquez. El filme ha quedado como un icono para el colectivo y como título fundamental de un momento clave para la cinematografía española, que empezaba a desafiar a régimen y mirar al futuro gracias a la obra de directores como Armiñán, Borau o Saura.
La importancia de Mi querida señorita se deja sentir todavía en nuestros días, y de hecho, Netflix anunciaba hace pocos meses una nueva versión producida por Javier Calvo y Javier Ambrossi, cuyo reparto y realizador todavía no se conocen. Los Javis la describieron como una obra “maravillosa” y explicaron su intención de “rellenar los huecos” que dejaba aquella obra adelantada a su tiempo y que gracias a los avances sociales podrán explicar.
Aunque Mi querida señorita es su obra más conocida, Armiñán es mucho más que un cineasta pegado a un solo título. En su filmografía destacan otras películas importantes como El amor del capitán Brando (1974), Al servicio de la mujer española (1978) o El nido (1980), protagonizada por Héctor Alterio y Ana Torrent y que también fue nominada al Oscar a la Mejor película de habla no inglesa. Su primera derrota en los premios de la Academia de Cine de Hollywood fue frente a otro español, Luis Buñuel, que llevaría la estatuilla a Francia gracias a El discreto encanto de la burguesía. En su segunda intentona, y pese a enfrentarse a Truffaut y Kuroswawa, fue la película soviética Moscú no cree en las lágrimas, de Vladimir Menshov, quien se llevó el galardón.
Armiñán, que compitió hasta en tres ocasiones por el Oso de Oro en la Berlinale, solo logró en toda su carrera un Goya, y fue el honorífico que recibió en 2014. Hasta entonces solo una nominación por el guion adaptado de El palomo cojo. Cuando recibió su estatuilla dejó unas emocionantes palabras sobre cómo entendía él su profesión y su vocación. “Un cineasta nunca se retira. Los que son como yo no podemos jubilarnos porque lo hacemos únicamente cuando nos vamos a la triste fosa”, dijo entonces.
Aunque fue conocido, sobre todo, por su labor como cineasta, también escribió obras de teatro, novelas, guiones para otros cineastas y para televisión (hasta 650 trabajos según la Academia de Cine, entre ellos El día que yo nacía, una de las pocas películas protagonizadas por Isabel Pantoja), además de artículos en diversos periódicos. Descendiente de una familia de intelectuales, donde había periodistas y escritores, parecía claro que Jaime de Armiñán terminaría dedicándose a escribir. De hecho, en una entrevista para la Academia recordaba como una de las figuras fundamentales en su educación y en su futuro a su profesora, y una de las fundadoras del Colegio Estudio, Carmen García del Diestro, quien le enseñó “a escribir de verdad”.
Desde 1956 estuvo casado con Elena Santonja, la actriz, pintora y conocida por todos por ser la presentadora de un programa que también hizo historia en la televisión, Con las manos en la masa. Ambos estuvieron toda la vida juntos hasta el fallecimiento de Santonja en 2016, y tuvieron tres hijos, que también se dedicaron al cine y la televisión. En la pequeña pantalla también trabajo escribiendo un episodio de Primera función o en series como ¿Se puede?, uno de sus últimos trabajos en 2004 y con Lina Morgan como profesional. Fue en la televisión donde dejó otro de sus trabajos más conocidos e importantes, la serie Juncal (1988), protagonizada por su amigo Paco Rabal.
Sin embargo, Armiñán destacaba entre sus guiones favoritos para televisión, además del de Juncal, los de Historias de la frivolidad, escrito junto a Narciso Ibáñez Serrador y con el que ganaron el Gran Premio de Montreux en 1968; y Una gloria nacional, basada en la historia de su propia abuela.
1