Todavía resuena el grito que lanzaban los alumnos del colegio mayor Elías Ahuja a las jóvenes universitarias de la residencia de enfrente. Cánticos machistas, sexistas y vejatorios que han puesto en evidencia unas conductas con las que hasta ahora se miraba hacia otro lado. La escena, con un edificio encendiendo sus ventanas a la vez mientras decenas de jóvenes gritaban esas barbaridades, ha dado la vuelta por todos los medios y la Fiscalía estudia si es delito de odio. Mientras, políticas como Isabel Díaz Ayuso o Begoña Villacís lo califican como chiquilladas en vez de entender que esas palabras perpetúan una cultura patriarcal que provoca que las mujeres tengan miedo a ir por la calle solas.
Los gritos del Elías Ahuja son la parte más visible, pero no son una excepción. En la Universidad se perpetúan comportamientos machistas y de abusos de poder desde el primer día que se pisan las aulas. Gracias a las novatadas se producen ritos de iniciación “a un universo masculino donde se glorifica el machismo, el mando y la obediencia”, como explica Juan Gautier, director de cine que ha centrado en ese mundo la trama de su película, El aspirante, que narra las primeras 24 horas de dos estudiantes universitarios durante la jornada de novatadas en las residencias. El proyecto nació en 2010 como un vídeo de encargo para reflexionar, precisamente, sobre las masculinidades desde la perspectiva de género. La idea se quedó con él, realizó un corto en 2015 y ahora lo ha adaptado en un largometraje que ha terminado de rodar coincidiendo con la noticia de los cánticos machistas del colegio mayor.
“Bajo la coartada de la tradición y la diversión, jóvenes que forman parte del futuro del país, normalizan lo que estamos viendo ahora. Los vídeos que han salido llevan años colgados en internet”, reflexiona el director que con El aspirante quiere reflexionar sobre ello bajo el paraguas de un thriller psicológico con elementos clásicos del cine juvenil. Un filme que han protagonizado Lucas Nabor (Asedio, Todos Mienten) y Jorge Motos (nominado al Goya a mejor actor revelación por Lucas).
La película muestra que esto no ha sido una anécdota, sino la confirmación de la impunidad con la que se desarrolla desde hace muchos años. Tanto el director como la productora, Andrea Gautier (hermana del realizador), saben de lo que hablan. Su padre fue el director del Colegio Mayor Chaminade, uno de los más populares de Madrid y el primero que prohibió las novatadas. “Hemos vivido la vida colegial muy de cerca, y esto es un tema que es recurrente todos los años. Ahora, con lo del Elías Ahuja se ha hecho viral, pero todos los años se producen este tipo de cosas y de momentos”, dice la productora que cuenta que llevan muchos años con este proyecto que ahora ha adquirido una repercusión que no esperaban.
El enfoque de su película es abordar las novatadas y la vida colegial desde “una perspectiva de género”. Para ello es muy útil fijarse en “estos ritos de paso que están vinculados a un rollo tribal y asociados a lo masculino, lo militar, lo autoritario y lo violento”. En su investigación, se dieron cuenta de que el peso de la tradición era muy fuerte, y que se lleva haciendo tanto tiempo que la única opción es “ponerte serio e intentas parar esto”. El problema está extendido y no solo afecta al mundo universitario. Los propios actores contaron a Juan Gautier que en sus escuelas interpretativas también vivieron esos ritos. “A lo mejor no tan bañados de este rollo machista, pero sí con un carácter violento y autoritario y con la humillación de por medio. Investigando a nivel internacional hemos visto que se da en más residencias y en otros sitios fuera de la universidad”, añade. En todos los sitios se repiten los mismos factores: “Los veteranos mandan, los novatos obedecen y hay humillaciones en un proceso que tienes que pasar para formar parte del grupo y eso conecta mucho con la masculinidad. Desde siempre. Un ambiente muy militar y autoritario que está vinculado a lo violento de lo masculino”.
Los veteranos mandan, los novatos obedecen y hay humillaciones en un proceso que tienes que pasar para formar parte del grupo y eso conecta mucho con la masculinidad
Para Gautier hay gente que está “erróneamente relativizando los vídeos” del Elías Ahuja. “Puede que lo hagan porque ellos en su día lo vivieran, porque no están familiarizados con ello o porque no tienen una perspectiva crítica con eso, porque puede que incluso ellos lo vivieran como algo divertido. Pero al final el aprendizaje que hacen los chavales es que tú llegas a un sitio y hay unos veteranos que te van a mandar y tienes que obedecer y puede haber humillaciones y que al final no pasa nada porque así es el mundo. Al final, en esa edad en la que te estás formando con 18 años, te familiarizas con eso y no quiere decir que lo que vayas a reproducir o que en tu vida privada te vayas a comportar así, pero ya no te va a parecer mal o te va a sonar tan raro”, critica el director.
Andrea Gautier tiene claro que las imágenes que se han hecho virales “lo que conceptualizan es una cosa bastante seria con todos los casos que se han visto de agresiones sexuales en grupo”. Destaca una puesta en escena amenazante, de sombras acechando y cree que no sería positivo que “algo así se normalizara”. Su hermano puntualiza al escucharla que, unos días antes vio cómo un grupo de jóvenes rodeaba a una chica en la calle y varios vecinos bajaron a ayudarla. Por lo que esas conductas siguen ocurriendo e imágenes como las del colegio mayor madrileño deben, al menos, de servir de toque de atención.
Ambos se han sorprendido porque consideraban que el tema de las novatadas había desaparecido. En el proceso de investigación se han dado cuenta de que esa sensación está en el imaginario de la gente y de que, por el contrario, esas prácticas se perpetúan y siguen ocurriendo, aunque la pandemia las paralizó y “es innegable que se va a mejor”. “Simplemente la reacción que ha habido estos días es la prueba de que se va a mejor y que hay otra sensibilidad con estos temas, cosa que antes no había”.