Fue el domingo por la noche en el Colegio Mayor masculino Elías Ahuja, en plena Ciudad Universitaria de Madrid. Un joven empezó a gritar por la ventana a voz en grito consignas machistas: “Putas, salid de vuestras madrigueras como conejas. Sois unas putas ninfómanas, os prometo que vais a follar todas en la capea”. De repente, las voces se multiplicaron, y al grito de “vamos Ahuja” las ventanas de las siete plantas del edificio se abrieron de golpe. Cientos de residentes universitarios empezaron a rugir contra las residentes del Colegio Mayor Santa Mónica, un centro femenino vecino del Elías Ahuja.
Cuatro días después, esta escena se ha hecho viral, ha sido denunciada por prácticamente todo el arco político y ha provocado además la apertura de una investigación por parte de la Fiscalía. Este jueves, en cambio, el ruido y los gritos machistas fueron sustituidos durante buena parte del día por el silencio imperante en ambos colegios.
“No puedo hablar” era la frase que más se repetía entre los pocos estudiantes que se atrevían a salir del Elías Ahuja. Caminaban con prisa hacia la calle donde aún se encontraban los restos de un botellón consumado la noche anterior. Iban en grupo y con la mirada fijada en el suelo para evadir a los periodistas. En las puertas del Santa Mónica la escena se repetía. Las colegialas, asomadas a los balcones del edificio, no querían comentar lo que ocurrió el domingo. “No ha sido nada especial, una broma sin más. Aquí nadie es víctima de nada”, comentó con prisa una joven, que se negó a revelar a este diario su nombre, antes de subirse a un taxi.
Es más, un grupo de colegialas del Santa Mónica difundió una suerte de comunicado a través de las redes sociales justificando lo ocurrido en la “tradición”. Además de apoyar a sus “compañeros” del Elías Ahuja, denuncian que un “vídeo viralizado sin entender el contexto es fácil de malinterpretar”. Consideran, además, que se traslada una imagen de “odio y machismo que está muy alejada de la realidad” pues conocen bien “los principios y valores” de los colegiales, en muchos casos familiares.
“Las chicas del Santa Mónica son nuestras amigas, yo creo que en principio no se lo tomaron mal. Ha sido una broma que se ha salido de madre, pero no refleja la relación que habitualmente tenemos con ellas”, comentó Juan Melo, estudiante de derecho de 20 años, que vive en el Elías Ahuja desde que empezó la carrera. Él aseguró no haber tomado parte al cántico machista, y confesó que desde el domingo el humor entre los colegiales no es de los mejores. “Hay que recordar que hay mucha más gente que vive en el colegio además de los cien que tomaron parte en este acto. No todos nos sentimos representados por lo que pasó”, añadía su compañero Pascual Antillach (20 años), que también vive en el colegio desde hace tres años.
La escena, que fue grabada y se hizo viral en las redes el miércoles, ha sido condenada por la dirección del colegio mayor. “Estas palabras son inaceptables, en ninguna forma reflejan la visión del centro. La relación con nuestras vecinas del Santa Mónica es magnífica”, aseguraba a este diario Manuel García Artiga, el director del colegio mayor masculino.
Indignación en el campus de la Complutense
Pero las medidas correctoras no tardaron en llegar tras la viralización de la grabación de los gritos machistas. El estudiante que dio inicio a la polémica escena fue expulsado del colegio mayor el día después de los hechos aunque, según el reglamento interno, tiene derecho a defenderse de las acusaciones para volver al centro. Además, los más de cien implicados tendrán que pedir públicamente disculpas a las víctimas de los cantos machistas, así como participar en ciclos de conferencias de sensibilización y actividades de voluntariado, según explicó García Artiga.
El asombro y la indignación eran este jueves evidentes entre los estudiantes de la Complutense que no habitan en los dos colegios implicados. “Me parece una aberración. Un acto completamente fuera del contexto en el cual vivimos”, afirmó Naia Unzeta, estudiante de ciencias sociales de 20 años. A pesar de no vivir en la Ciudad Universitaria, se enteró de lo que había pasado cuando el vídeo empezó a viralizarse en las redes sociales. “Este tipo de acciones no pueden ser toleradas en un espacio académico. Sobre todo, porque no reflejan cómo se siente y actúa la mayoría de los estudiantes”, añade María Meco, de 24 años, que asegura que los episodios de acoso y machismo no están a la orden del día en el campus.
La dirección del Elías Ahuja ha puesto en marcha una investigación interna para perseguir a los responsables, que puede acabar con la expulsión de algunas de las personas que tomaron parte en el acoso hacia las colegialas. A pesar de los muchos comentarios que en las redes tildan el episodio de “común” y “recurrente”, la dirección del centro niega que algo similar haya ocurrido en los últimos años. “Esto ha sido un episodio puntual. No tiene nada que ver con las novatadas, ni se puede comparar con eventos que ocurrieron hace veinte años”, explicó este jueves en las puertas del colegio el subdirector, Álvaro Nieto, visiblemente nervioso.
Se refería al texto que escribió en 'El Búho', la revista del colegio mayor, el expresidente del Partido Popular Pablo Casado, que residió en el mismo centro en el año 2000, cuando era estudiante de Derecho. Casado trazó un retrato sarcástico del colegial del Ahuja, el Lupus Ahujus Hispanorum, “que puede representar un auténtico peligro para la integridad de cualquier hembra del reino animal que se halle en periodo de madurez sexual”. Tampoco faltaban los comentarios machistas hacia el sexo opuesto, ya que Casado llamaba a las estudiantes con términos de especies animales como “cerdas”, “zorras” o “gallinas”.
Pese a las declaraciones del subdirector asegurando que los gritos machistas viralizados son algo “puntual”, C.V., un antiguo colegial que vivió cuatro años en el centro en la década de los 2000 y ahora se acerca a la cuarentena –coincidió en alguna fiesta con un Pablo Casado ya de salida– vincula el episodio, “soez y vulgar”, a una cuestión histórica que se remonta a hace medio siglo: “Viene mucho de la represión sexual de aquellos años”. Indica, en ese sentido, que hay una canción, parte del repertorio década tras década, que empieza igual que el vídeo recogido en las redes sociales, con ese 'mónicas: putas', y en la que el protagonista de la oda es un estudiante de entonces, hoy septuagenario. “Es falta de experiencia en la vida. Hoy ya nadie canta esas canciones porque les da vergüenza”, apunta.
“Hay canciones dedicadas a otros colegios, [como el cercano y rival Mendel], siempre con ese lenguaje. Ya no tiene sentido”, opina. “Es ridículo, y con la perspectiva de la edad, cada vez lo ves más estúpido”. Este antiguo estudiante recuerda, al hilo de lo anterior, una jugarreta a la que llamaban “la granja”, y en la que los residentes comenzaban a emitir ladridos, relinchos, balidos y otros sonidos de animales, también desde las ventanas al exterior. Otra era acumular papel higiénico para el “bombardeo” de fachadas y habitaciones del colegio mayor femenino. Esta última práctica se ha ido abandonando. Son “chorradas”, señala.
El antiguo colegial intenta defender que el contenido expresamente ofensivo de los cánticos no se corresponde con la relación real entre hombres y mujeres a ambos lados de la calzada: “Es de mala educación, pero no tiene que ver con el machismo. Somos personas normales las que hemos estado ahí”. Y abunda: “En nuestra época, las del Mónica sabían que era de broma. Y las mayores relaciones interpersonales eran con ellas”. Entre los dos colegios había a veces residentes que eran primos, conocidos del pueblo. “Lo normal es participar juntos en obras de teatro, festivales solidarios y demás… La gente iba a las cafeterías de los otros colegios y nunca había ningún problema”, añade. Sobre la decisión anunciada de expulsar al colegial que lleva la voz cantante en el vídeo, lo considera una maniobra de cara a la galería: “Es absurdo, si todo el mundo participa”.
Condena de los dirigentes políticos
La condena de los principales dirigentes políticos a lo ocurrido el domingo en el Elías Ahuja fue prácticamente unánime. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, escribió un tuit asegurando que no se pueden tolerar comportamientos “que generan odio y atentan contra las mujeres” y pidió este jueves no dar “ni un paso atrás”. Para el mandatario es “especialmente doloroso ver que los protagonistas son personas jóvenes” y reivindicó la necesidad de políticas de igualdad. “¡Basta ya de machismo!”, escribió en Twitter, un mensaje que repitió desde la cumbre europea de Praga.
“Un comportamiento absolutamente intolerable que muestra la necesidad de seguir avanzando frente al machismo. Educar en igualdad y una educación sexual integral es fundamental para evitar sucesos tan lamentables. Las políticas de igualdad no se van a parar”, aseguró, por su parte, la vicepresidenta segunda y coordinadora de Unidas Podemos en el Gobierno, Yolanda Díaz.
El titular de Universidades, Joan Subirats, calificó de “absolutamente lamentables e indignas” las imágenes. “Hemos de seguir trabajando en políticas de igualdad y de lucha contra la violencia de género. Estamos en contacto con la universidad para coordinar la respuesta a hechos que no deberían repetirse”, expresó.
También se pronunció la ministra de Igualdad, Irene Montero, que definía los gritos como “la muestra más evidente de que hace falta educación sexual”. En declaraciones a la prensa en el Congreso, Montero subrayó la importancia de “que desde las instituciones” se deje de legitimar discursos machistas “que niegan la violencia y la igualdad de las mujeres”.
“Repugnante machismo”, dijo, por su parte, en su perfil de Twitter la secretaria general del PP, Cuca Gamarra. “Estos cánticos no tienen cabida ni justificación en la sociedad española”, zanjó. Y el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, calificó de “inadmisible” lo sucedido. “En vez de salir ellas de una madriguera, lo que tienen que hacer es dejar ellos la caverna”, sentenció en un mensaje de Twitter en el que pidió trabajar “en todos los ámbitos para acabar con estas actitudes machistas intolerables”. Incluso la portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio, denunció los cánticos machistas en el colegio mayor Elías Ahuja. “Me parecen una vergüenza. No es admisible. Hay escenas que son vergonzosas”, aseguró, en declaraciones a La Sexta.