Scarlett Johansson rechaza participar en una película de Ridley Scott financiada por el príncipe saudí

La actriz norteamericana Scarlett Johansson se negó a participar en una película de Ridley Scott centrada en la fotoperiodista Lynsey Addario, que en el año 2000 ganó el premio Pulitzer por un reportaje que retrataba el conflicto en Pakistán. El motivo, según reconoció la propia Addario en una entrevista en The New York Times, es haber comprobado que el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, se encontraba entre los patrocinadores de la cinta.

“Scarlett Johansson dijo que no”, aseguró la reportera de guerra. “Ella dijo: 'Este tipo está perpetuando la guerra en Yemen y tiene a mujeres en prisión”, agregó. Bin Salmán es uno de los presuntamente implicados en el reciente asesinato de Jamal Khashoggi, un periodista de The Washington Post torturado y descuartizado vivo en la embajada saudí después de escribir de forma crítica sobre el gobierno.

No obstante, Addario sostiene que la intérprete tomó la decisión cuando el príncipe saudí “se convirtió en una de las principales personas que querían financiar la película”, algo que ocurrió “antes del asesinato de Khashoggi”. Ahora, en teoría, no forma parte de los inversores.

Bin Salman, de visita a Hollywood

Según The Guardian, el pasado mes de abril Bin Salman fue hasta Hollywood para encontrarse con varios estudios y estrellas, entre ellas Dwayne Johnson (The Rock), quien publicó en Instagram que fue “un placer” conocerlo.

“No me reuní con él personalmente”, garantizó Addario en la entrevista. Continuó diciendo que “probablemente” la película se vio inmersa en “una enorme campaña de carisma”. “¿Lo quiero asociado a esta película? Obviamente no. Y gracias a Dios que no lo está”, afirmó.

A pesar de que Bin Salman calificó el asesinato de Khashoggi como “un crimen atroz”, de acuerdo con numerosos medios internacionales, entre ellos el diario británico The Guardian, miembros de las fuerzas de seguridad del equipo de Salman se encontraban entre el grupo de 15 personas que acudió a la embajada turca para interrogar al periodista, el mismo encuentro que terminaría implicando su muerte.

De hecho, un consejero del Gobierno turco, según el diario británico, aseguró de manera anónima que Bin Salmán tenía “sangre en sus manos” por la muerte del periodista. “Sin duda, la cooperación actual con el Gobierno turco es única y muchos están intentando usar este doloroso asunto para crear una fractura”, declaró el heredero intentando evitar lo que ya se ha convertido en una ola de indignación mundial que, como se puede comprobar en este caso, ha terminado llegando incluso al séptimo arte.