Doris Salcedo, Oscar Muñoz, José Antonio Suárez Londoño, Miguel Ángel Rojas o Antonio Caro son seis del centenar de artistas cuya obra está estos días en Madrid en una inédita megaoperación cultural con la que Colombia deja claro que su creatividad es “abundante y diversa” y va muchos más allá de Botero.
Colombia celebra así su presencia como país invitado de honor en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo, Arcomadrid 2015.
Además de su protagonismo dentro de la feria con un pabellón institucional y de diez galerías seleccionadas para ArcoColombia, Bogotá despliega un desembarco artístico sin precedentes en la capital española con medio centenar de actividades, entre las que se enmarcan una veintena de exposiciones individuales o colectivas.
Muestras que abren sus puertas en estos últimos días de invierno y que, en algunos casos, podrán visitarse hasta finales de mayo.
Los lugares elegidos van desde los “templos” del arte madrileño (El Prado, Reina Sofía o Thyssen-Bornemisza) a otros espacios no convencionales del arte contemporáneo pasando por el Instituto Cervantes, la Casa de América, el Conde Duque o Matadero Madrid.
Es un proyecto de “gran nivel”, con una inversión “muy grande por parte del Estado”, con “variedad de propuestas” de artistas de cinco generaciones, desde jóvenes a los que se les da “apoyo” hasta los maestros a los que se les rinde un “reconocimiento merecido”, dijo a Efe la asesora de Artes Visuales del Ministerio de Cultura de Colombia, Carolina Ponce de León.
Tras visitarlas todas, para lo cual se ha habilitado un autobús gratuito durante los días que dura Arcomadrid (del 25 de febrero al 1 de marzo), será “muy difícil decir qué es el arte colombiano”, según Ponce de León, para quien sí que existe un “hilo conductor” por “la historia del país, el conflicto y el poso colonial”.
María Wills y Jaime Cerón son los responsables de este amplio programa paralelo de ArcoColombia, que según explicaron a Efe, han articulado en torno a tres ejes: “Naturaleza, política y arte”, “fotografía y memoria” y “la influencia del dibujo y la gráfica”.
Y transversalmente, según Wills, hay también algunos artistas que han establecido un “dialogo” arquitectónico con los espacios en los que han ubicado sus obras, elaboradas muchas “in situ”.
Dialoga con el espacio Antonio Caro, pionero en el arte conceptual colombiano, que lleva una retrospectiva de su obra al Mercado de San Antón, incluida su icónica obra “Todo está muy caro”.
También lo hace Miguel Ángel Rojas en el Museo Nacional de Artes Decorativas, donde en “Unas de cal, otras de arena” propone un suelo “efímero” hecho con sal, cal, polvo de su región natal y oro.
Un dialogo que también efectúa el prestigioso Oscar Muñoz, quien lleva ocho meses trabajando en los baños abandonados de Tabacalera para montar su muestra “Atracamentos”, con la que da “un paso más allá” en su trayectoria creativa, basada en la imagen y la memoria, y que ahora incluye la palabra escrita, en su vertiente de facilitar el “olvido absoluto” frente a la tradición oral, según Wills.
Y añade que Muñoz y Salcedo (Premio Velázquez de Artes Plásticas 2010), que expone en el Thyssen, abordan el tema de las víctimas y de la memoria desde un punto de vista “muy poético y profundo”.
Y ya en esta fase de búsqueda de la paz se sitúa la muestra colectiva que acoge Casa de América, “Frente al otro: dibujos en el postconflicto” de 12 artistas que han trabajado con “actores de la guerra reinsertados en la sociedad civil”, explicó Wills.
Destaca además la retrospectiva “Muestrario” del dibujante colombiano José Antonio Suárez Londoño, en La Casa Encendida, la “performance” de María José Arjona en Caixa-Forum o los vídeos y las clases magistrales del cineasta Luis Ospina en el Reina Sofía.
Las dos ramas en las que Wills y Cerón cuelgan “Focus Colombia” son sendas exposiciones colectivas de gran calado: “Tejedores de agua: el río en la cultura visual y material contemporánea en Colombia” y “Autorretrato disfrazado de artista”.
En la primera, instalada en Conde Duque, participan 17 artistas, llevó dos años de preparación y se estrenó en 2014 en Nueva York.
En torno a ella, según Cerón, se estructuran “Naturaleza nominal” (Centro de Arte Dos de Mayo), “Desnaturalización” (Casa Lope de Vega) y “La migración de las plantas” (CentroCentro Cibeles).
En cuanto a la segunda, en el Instituto Cervantes, revisa el arte conceptual y la fotografía en Colombia en los años setenta y ochenta.
Una explosión de creatividad en que la que algunos ven un “boom” del arte colombiano.