Idea Camp: 50 propuestas culturales por el cambio social
En el espacio cultural Daoíz y Velarde, emplazado en una de las naves del antiguo cuartel militar del barrio madrileño de Pacífico y ahora recuperado para el uso de los vecinos, todo está a punto para recibir a la expedición de idea makers (fabricantes de ideas) que participarán en el Idea Camp 2017. Un evento internacional cuyo planteamiento se asemeja al de las incubadoras de startups pero en formato exprés y dedicado a proyectos culturales que aspiran a tener un impacto transformador de la sociedad.
La iniciativa está impulsada por la European Cultural Foundation (ECF) como parte de las acciones vinculadas a su red de centros de innovación con el objetivo compartido de conectar acciones por el bien común y a la que pertenece la organización cultural española Platoniq. Es este colectivo –responsable de la plataforma de crowdfunding Goteo.org, entre otros proyectos- quien ejerce en esta ocasión de coanfitrión, junto al Ayuntamiento de Madrid, de un encuentro que en años precedentes se ha celebrado en las ciudades de Marsella (Francia) y Botkyka (Suecia).
Los 50 proyectos elegidos de entre más de 600 propuestas recibidas el pasado verano procedentes de 54 países distintos son ideas en su mayoría en fase semilla que aportan una respuesta crítica y creativa a una situación de máxima actualidad como es la de 'Las comunidades en movimiento'. Esta es la temática elegida para esta convocatoria 2017, en referencia a la cuestión de las fronteras, no sólo físicas y externas, sino también a nivel local.
“Vivimos en un mundo de comunidades en movimiento, muchas tienen que ver con fronteras físicas y por eso hay muchos proyectos con este enfoque de inmigración pero no todos. Hay también fronteras entre las instituciones y los movimientos ciudadanos que quieren de alguna manera cambiar la forma en que se hacen políticas públicas en sus municipios; e incluso en el ámbito digital: barreras de acceso y brechas de comunicación”, explica Carmen Lozano, responsable de proyectos de Platoniq y al frente de la organización del Idea Camp de Madrid.
Esta aproximación panorámica a la cuestión de las 'comunidades en movimiento' ha generado entre los participantes respuestas desde muy diversas perspectivas tecnológicas y sociales, como por ejemplo el uso de tecnología de realidad virtual social para ponerse en la piel de los refugiados que llegan a Europa, experiencias culinarias multiculturales como agente de integración local o la creación de una guía educativa en derechos culturales. Todas ellas planteadas en código abierto para poder ser replicables y adaptables en cualquier ámbito, tanto local como global.
La cultura también necesita inversión I+D
Los participantes tienen tres días para definir la sostenibilidad y posibilidades de impacto real en la comunidad de sus proyectos y contarán con la ayuda de un equipo seleccionado de facilitadores técnicos y mentores (los idea feeders). De entre todas las candidaturas la fundación con sede en Ámsterdam concederá hasta un total de 25 becas dotadas de 10.000 euros cada una para investigar y desarrollar su proyecto durante un año.
“Apostar por ideas embrionarias, proyectos que no han sido testados pero que parece que pueden llegar a tener un impacto transformador, permitir que durante un año puedan investigar si son viables o no, puedan establecer redes, es lo básico para que más adelante un proyecto pueda ser sostenible”, apunta Lozano. Y sin embargo, no es lo más habitual en el entorno de la cultura.
La apuesta de la ECF con este tipo de ayudas es poner en valor la capacidad de la cultura para impactar en la sociedad y lograr cambios ante problemáticas o cuestiones que afectan a la ciudadanía en su día a día. Y en este sentido Lozano reivindica que se “deje de aislar la cultura del resto de ámbitos que afectan a la gestión de las ciudades, como si la cultura no fuera política, comunicación, educación o urbanismo”.
Por ello, y aprovechando la presencia de tantos agitadores culturales en la capital, una decena de responsables de políticas culturales de municipios europeos como Nápoles, Atenas, Varsovia, Chisinau y españoles como Barcelona, Coruña y la propia Madrid, han sido invitados a participar en el encuentro 'Innnovative City Developement' para poner en común sus experiencias en la aplicación de métodos de participación ciudadana en sus políticas públicas.
Idea Camp: una comunidad de aprendizaje
Idea Camp no se plantea como un evento puntual, sino “como parte del proceso de desarrollo de una comunidad de aprendizaje”, que viene trabajando de atrás en una plataforma digital, el RoadBook, donde todos los seleccionados han planteado sus proyectos y pueden interactuar entre ellos. Así, con esta tercera edición, la red de idea makers culturales de la ECF se ampliará hasta un total de 150 pensadores y agentes de innovación social.
Adicionalmente, el programa de actividades diseñado por Platoniq busca conseguir la mayor interacción posible entre los visitantes y la ciudad de Madrid. “En ocasiones anteriores observamos que el encuentro tenía un 'efecto paracaídas', llegaban, se encerraban a trabajar durante días y se marchaban, sin dejar prácticamente huella en la ciudad de acogida”, explica Lozano.
Para que este encuentro sea lo más orgánico posible, los visitantes tendrán oportunidad de reunirse con una docena de colectivos del tejido cultural de Madrid activos en el plano de urbanismo o políticas culturales con proyectos de colaboración entre agentes ciudadanos e instituciones y que “rompen con ese mito de que las cosas sólo pasan o desde la ciudadanía o desde la instituciones, porque sí se puede construir juntos”, apunta la responsable de proyectos de Platoniq.
'Civic makers': el auge de la ciudadanía DIY
Habitualmente el movimiento maker, aquel que reivindica la creación de objetos a través de métodos artesanales mediante tecnología de última generación como la impresión 3D o el corte láser, se asocia a productos tangibles y materiales. Sin embargo, desde Platoniq acuñan ya el concepto de civic maker para referirse a “todas las personas que hacen ciudadanía”.
“Todos somos capaces de generar ciudadanía, esto es: vivir en sociedad, construir entornos mejores con quienes nos rodean, virar desde el individualismo hacía una percepción colectiva. Y aunque mucha gente no lo sepa ya son parte de alguna comunidad: de la de vecinos de su edificio, la asociación de madres y padres del colegio, está en un huerto urbano... Al final, le pongas el nombre que le pongas, civic maker es hacer en y para la comunidad”, explica la organización.
En este sentido, y siguiendo con la influencia de las dinámicas del movimiento maker –basado en la filosofía DIY ('Hazlo Tú Mismo')- sobre esta alternativa de transformación social, el modelo de desarrollo que propone Idea Camp pone de manifiesto una tendencia cada vez más visible a lo que podría denominarse como 'ciudadanía DIY' “pero también hacerla con otros, involucrando al de al lado y promoviendo que nuestras comunidades sean agentes de cambio”.