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Y después de Operación Triunfo... ¿qué?

EFE

Madrid —

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La novena edición de “Operación Triunfo” (OT), marcada por el entusiasmo de sus orígenes, culmina mañana con la elección de su ganador y abre un nuevo capítulo de incertidumbre respecto al futuro profesional de los concursantes en una industria que en el pasado no siempre los recibió con los brazos abiertos.

De los casi 150 participantes que han pasado por el concurso de televisión a lo largo de su historia, apenas una decena ha logrado un hueco entre los artistas con presencia regular en listas o en el circuito del directo, véase David Bisbal y David Bustamante, Manuel Carrasco, Pablo López o Vega.

Amaia, Aitana, Alfred, Ana Guerra y Miriam, los cinco finalistas que aspiran esta vez al triunfo, intentarán seguir los pasos de sus predecesores más exitosos y traducir una parte de la enorme expectación generada en Twitter (herramienta que tras la octava edición no tenía su actual proyección popular) y en la web de RTVE (3,5 millones de visitas).

“Que huyan de la frase: 'Aprovecha el tirón'. Cualquiera de ellos primero debe respirar. La televisión es una montaña rusa. Yo doy gracias por haberlo pasado tan mal y tan bien buscando durante tanto tiempo quién quería ser. Tienen que averiguarlo, ser coherentes y quererse”, declaró a Efe el músico Pablo López, quien esperó cinco años para lanzar su primer álbum tras acabar segundo en 2008.

“Es un gran paso ir con tu propuesta por delante. Hay muy pocos artistas que hoy por hoy se sienten en un despacho, les pongan un puñado de canciones delante y les digan cómo vestir o cortarse el pelo”, opina.

Soraya Arnelas, también clasificada segunda pero en 2005, coincide con él en que “las prisas nunca son buenas” y en que hagan valer su personalidad.

“Lo que toca es ser muy disciplinados y cultivarse. Tienen que rodearse de un buen equipo, porque en la Academia te cuidan mucho, pero la realidad es otra y hay que ser riguroso”, considera la extremeña, que acaba de ponerle sintonía a la Copa del Rey de baloncesto.

Para Óscar García Blesa, autor de la última biografía de Alejandro Sanz y con años de experiencia como parte de la industria discográfica, “algunos sí tienen la necesidad de lanzar el proyecto cuando antes mejor, porque ya casi no nos acordamos del que salió en segundo lugar de la Academia”.

Y es que, según apuntan fuentes de Universal Music, la discográfica que controla actualmente las carreras de los exconcursantes, la intención “a priori” es publicar discos no solo para el ganador o los finalistas, sino también para algunos de los compañeros eliminados antes.

“Todos tienen fans, del primero al último, y gente como Cepeda levanta pasiones, igual que Roi, Raoul o Mireia, que es la más coplera”, destaca Joe Pérez-Orive, director de márketing de la megapromotora Live Nation y férreo jurado de la novena edición. Con él coincide García Blesa: “Cepeda podría dar la sorpresa”.

En la historia de “OT”, además del gafe que parece cernirse sobre el ganador de cada edición, llama la atención que muchos de quienes han hecho carrera son compositores de sus canciones.

“Que tengan una trayectoria más interesante y sólida depende mucho de las canciones. Alfred y Amaia son músicos, pero no parece que hayan desarrollado la faceta de autor, así que habrán de recurrir a un tercero”, subraya García Blesa, convencido de que “en los cajones de las compañías hay temas de calidad y que a los compositores de renombre les interesa este escaparate de OT”.

Pérez-Orive cita a Iván Ferreiro como seguidor del programa, que consiguió que figuras como Rozalén, Alba Reig (de Sweet California) o Alberto Jiménez (de Miss Caffeina) dieran un paso al frente para escribirles temas candidatos a Eurovisión.

A su juicio, los cinco finalistas y Agoney (sexto clasificado) “tienen un claro futuro en la música” en el seno de una multinacional, incluido Alfred, “que es quizás el que tiene más espíritu de una compañía 'indie', aunque ese perfil se lleva también cada vez más dentro de las grandes compañías”.

Todos depositan sus mayores esperanzas en Amaia, la joven navarra de 19 años que ha robado el corazón de la audiencia con su simpatía, su fino oído y su gusto al cantar.

“Ya es artista. Su familia se mueve en la música y yo la veo reacia a aceptar algo que no esté cerca de lo que quiera ser. Es muy transversal y puede gustar a públicos muy diferentes. Se defenderá en canción melódica y podría hacer una carrera interesante en un espacio deshabitado en España que no es el de cantautor ni el 'mainstream'”, subraya García Blesa.

En el caso de Aitana, la benjamina y única que podría disputarle a su amiga Amaia la victoria, la ve enfocada a “un nicho más juvenil y fresco, dentro del universo Demi Lovato, que es un espacio que en España no ha tenido grandes nombres más allá de Malú”.

Resta importancia asimismo a quienes ven en Ana Guerra una de las gargantas más flojas. “Muchos artistas han funcionado muy bien sin grandes voces y ella, que es canaria y tiene el punto tropical, podría funcionar en un mundo más latinero”.

También Soraya tiene ciertas esperanzas en torno a esta concursante, “de las más comerciales gracias a una personalidad desbordante, a su buena imagen y a que se come el escenario”.

Por último, Pérez-Orive destaca de Miriam su “disciplina y madurez, que es un factor muy importante”.

“Ahora queda comprobar su capacidad vocal a largo plazo, porque una cosa es cantar dos canciones en una gala y otra 17 en un concierto entero a lo Lady Gaga”, remacha.