El artista Eugenio Merino metió en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo (ARCO) de 2012 a Franco en una nevera de Coca-Cola para reflejar que la imagen del dictador está congelada en la mente de los españoles. Su escultura hiperrealista le costó una denuncia de la Fundación Nacional Francisco Franco por daños contra el honor del caudillo, ahora convertido en musa artística. La demanda fue desestimada por una jueza de Madrid, aunque la fundación pretende recurrir el fallo ante la Audiencia Provincial.
La obra de Merino, 'Always Franco', es solo un ejemplo de la inspiración que las figuras de los dictadores suponen para el arte contemporáneo. Un arte que, en la mayoría de los casos, no está exento de polémica:
Maurizio Cattelan. 'HIM'. En 2001 el artista italiano creó una escultura del dictador Adolf Hitler, de rodillas, con un diminuto cuerpo y las manos entrelazadas. Como si rezase. La obra recorrió todo el mundo desde el Guggenheim de Bilbao hasta el Museo de Arte Contemporáneo de Chicago. La polémica llegó en noviembre del pasado año en Polonia, más concretamente en Varsovia. Para ser más exactos, en un antiguo gueto judío. Una ubicación que varios sectores consideraron una provocación y una falta de sensibilidad con los judíos.
David Cerný. 'Shark' 'Shark'(Tiburón) Atado, desnudo y muerto. El tiburón que el artista checo David Cerný ideó en 2005 no es más que una recreación del dictador iraquí Sadam Hussein, derrocado en 2003 y ejecutado en 2006, flotando en un acuario de formol. Una obra “explosiva”, según el entonces alcalde de la ciudad belga de Middelkerke, donde se prohibió la exhibición de la pieza ante el temor a las reacciones de los radicales, una situación que también se dio en Polonia.
Luca del Baldo. 'Ubu Roi, Cabeza de Gaddafi'. El 20 de octubre de 2011, el líder libio Muamar el Gadafi fue capturado por los insurgentes. Las imágenes de su cadáver ensangrentado dieron la vuelta al mundo. Luca del Baldo, que también ha dibujado los cadáveres de Franco y Mussolini, trasladó la imagen del cuerpo sin vida del dictador, que desprende morbo por los cuatro costados, al lienzo.
Bratsvo. Stalin. En este caso, no se trata de una obra de arte en sí misma, sino de un acto reivindicativo por el que activistas del grupo nacionalista ucraniano Bratsvo construyeron una estatua del antiguo líder de la URSS, Iósif Stalin. La estatua dorada fue colocada en Kiev y posteriormente retirada por las autoridades. Stalin aparece orinando, como un homenaje a la policía secreta rusa, el año pasado, justo dos días antes de la celebración del aniversario de la victoria en la II Guerra Mundial.
Fotografías. 'HIM': Flickr, NAParish; 'Cabeza de Gadaffi': Colección Ubu Roi, de Luca del Baldo.