Las dos caras de la moneda de un hombre

Los hombres mandan. Los niños aprenden de su padre. Los chicos eligen el color azul, son fuertes y seguros de sí mismos. Poseen la ambición por ganar, llevan el dinero a casa, cuidan de su mujer y sus hijos y, por si fuera poco, nunca lloran. Por eso son hombres. Son duros, impermeables, decididos y atentos. “Un tío como Dios manda” debería reunir todas esas características (y alguna más) si quiere, como mínimo, aspirar a ser algo en la vida.

Esos clichés, vistos y oídos innumerables veces en la televisión, las películas y las canciones, cuya labor no se basa más que en ensalzar las bondades de la masculinidad y sus privilegios, son los que Felipe G. Gil y Juan Tello (directores del clip) se han propuesto desterrar en Hombres, un corto de ZEMOS98 para el proyecto 4Mil pasos. Once minutos de conversación entre dos viejos amigos que hace años que no se ven. Por un lado, el triunfador. Por otro, el 'currito', el que vive al día.

Hombres surge en el contexto de una beca que nos conceden a través de 4Mil pasos. En el mundo del fútbol y en el de la danza hay un tema bastante constrictivo que es el del género”, cuenta Felipe a eldiario.es. Desde pequeños somos niños azules o niñas rosas. Pantalones o vestidos. Fútbol o ballet, sudor o dulzura. Y eso es lo que ZEMOS98 intenta desgranar a través de dos personas, a priori opuestas, que se encontrarán (e incluso, intercambiarán) en un punto de inflexión tan infantil como coherente: el cambio de lugar, en el “siéntate aquí”, esto es: la empatía.

Intercambio de papeles

“El tema de la masculinidad es una reflexión muy importante a llevar a cabo en torno al género, pues podíamos contar una historia que de alguna forma abordase esta cuestión”, asegura Felipe. Dos hombres, el uno tan macho; el otro tan introvertido. Uno, triunfador por excelencia, vendedor de pólizas sin escrúpulos, neoliberal, padre de familia y proyector de sueños frustrados en su hijo. Otro, complejo, abierto de mente, cultural, posmoderno. Pero ambos cuentan con un lado oscuro, con un halo no tan encorsetado como a priori pueda parecer.

Entonces, el punto de inflexión, que viene introducido por una frase de Yayo Herrero, activista feminista de Ecologistas en Acción: “Vivimos encarnados en cuerpos que son vulnerables”. Es el neoliberal, encarnado por el actor Fran Torres, quien la pronuncia. “Lo que pretendemos cuando se intercambian los roles es cuestionar todavía más esa identidad binaria de ambos personajes”, dice Felipe.

Es ahí cuando prende la mecha. Hasta entonces, uno habla y el otro escucha. El primero aconseja (o impone) y el segundo asiente con la cabeza. El cambio de perspectiva los reconcilia consigo mismos. “Al final es todo mucho mas complejo. El hombre que se proyecta como seguro de sí mismo y que tiene las ideas claras posee un lado oscuro con inseguridades y vulnerabilidades”, cuenta al otro lado del teléfono el cineasta sevillano. Claro está que no solo hará 'click' la cabeza del 'machote', también el progre capitulará. “El hombre que hoy en día se proyecta como hombre de izquierdas y feminista también tiene un lado oscuro y puede llegar a ser machista, sexista...”, afirma Felipe.

Ciencia ficción

Y al final, la catarsis. Se aprecia el desmorone del hombre duro: “Con un giro de ciencia ficción, confiesa 'que esta embarazado'. Lo dejamos abierto a la imaginación del espectador. Al final lo que queríamos mostrar eran las dos caras de la moneda que pueden tener los dos estereotipos de hombre”, dice Felipe.

Y para llegar a esa conclusión se roza el machismo, el ideal de familia, se pone en duda lo políticamente correcto y se abraza la extremaunción en forma de embarazo. “Lo importante es cuestionar el modelo tradicional”, afirma tajante Felipe. Y aunque en el fútbol 'no haya' homosexuales y en política solo sean 'unos pocos' los que se lucran a costa del resto, en ZEMOS98 creen que nadie se salva. Porque nadie se salva de los clichés, ni dos viejos amigos.