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Enric Juliana: “En cualquier época hemos venido a estudiar”

Barcelona —
13 de julio de 2020 14:12 h

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Barcelona, 13 jul (EFE).- Mientras otros periodistas copan las librerías con 'best sellers' sobre el 'procés' o la pandemia de coronavirus, Enric Juliana sigue diseccionando la historia con su último libro, “Aquí no hemos venido a estudiar”, un repaso a la España del franquismo de la mano del que fue uno de sus 'maestros'.

“La lección final es que en cualquier época hemos venido a estudiar”. Así resume Juliana, en una entrevista con Efe, el dilema al que se enfrentó el protagonista de la obra, Manuel Moreno Mauricio, antiguo guerrillero comunista, militante del PSUC, la formación referente en Cataluña del Partido Comunista de España, que fue condenado a muerte y encarcelado durante 17 años en Burgos.

“Fue como un maestro para mí. A través de él pude conocer cosas de la historia del país de alguien que había vivido muchas experiencias de orden personal y político”, detalla el autor.

Una crónica que nace de los “paseos socráticos” que un Juliana apenas mayor de edad emprendió durante algunos años guiado por las vivencias de un ya septuagenario Moreno, a quien conoció en Badalona (Barcelona) gracias a su abuelo.

“Cuando salió de la cárcel, su mujer no estaba bien y su hijo enfermó. Tenía una vida muy pautada y sentía necesidad de estar en contacto con otras personas y respirar. Nosotros éramos un grupo de jóvenes que nos reuníamos por las tardes y él sabía donde encontrarnos”, rememora.

De esas tardes, que recordaría diez años atrás al conmemorar el centenario de Moreno para el anuario del Museo de Badalona, surge el libro, que pretende abarcar “toda la evolución del país, desde el fin de la Guerra Civil hasta ahora” a partir de una figura de la que no se ha hablado “lo suficiente”.

Moreno fue un trabajador metalúrgico, hijo de un confitero de Vélez-Rubio (Almería), que decidió emigrar joven a Badalona, al que le interesaba el deporte y la cultura, que se casó con la hija de un pescador y se afilió a la CNT.

Fue un hombre con “mucha iniciativa y notable capacidad para la organización”, al que la Guerra Civil situó en el bando republicano como secretario interventor de la Generalitat en los talleres colectivizados de Badalona y a quien el triunfo del franquismo le obligó a exiliarse en Francia.

El destino lo situó de nuevo en España en 1947 para una “misión suicida”, que consistía en reconstruir la dirección política del maquis de Valencia y Teruel, uno de los grupos armados más beligerante contra el franquismo.

De este cometido terminó en la prisión de Burgos, donde cumplió 17 años de condena tras evitar que lo ejecutaran gracias a la intermediación de Eva Perón, y donde se planteó la dicotomía entre continuar estudiando o volver a pasar a la acción.

Un dilema que recoge el título del libro y que refleja las discusiones entre Moreno y algunos de sus correligionarios, como el vasco Ramo´n Ormaza´bal, que en una reunión del comité del PCE en la prisión exclamó ante sus compan~eros: «¡Aqui´ no hemos venido a estudiar!».

La discusión entre los presos versaba sobre si acelerar la lucha y liderar una oleada de protestas desde el interior del penal para catalizar el fin de un régimen que aparentemente se tambalea, o bien continuar formándose en la clandestinidad gracias a la estructura de las escuelas de prisión.

“La posición de Moreno era que sí habían venido a estudiar”, aclara el periodista, antes de agregar: “Para él, se trataba de un combate y tenía la idea de que la historia iba para largo y a golpes de rabia no se logra nada ni se llega demasiado lejos”.

El de Juliana es un relato que huye de “sentimentalismos” y trata de averiguar “qué es lo que queda de esa época”: “Además de cultivar sentimientos de admiración, incluso conmiseración y sorpresa, quería saber si queda alguna idea útil de cara al futuro”.

Y es que, tal como sostiene el periodista y escritor, “el fondo del libro y la actualidad están muy conectados”: “No es una historia sólo de las cosas que pasaron, sino que tiene componentes del futuro”. Un futuro que augura con “fuertes tensiones” y “nuevas ideas” que “tardarán en fermentar”.

A modo de ejemplo, recuerda que los dos pilares fundamentales del Plan de Estabilización de 1959 fueron el incentivo a la industria y el turismo, la base del crecimiento económico español, los mismos dos sectores de los que más se habla en estos momentos a raíz de la crisis del coronavirus.

Aunque la idea central que subyace en “Aquí no hemos venido a estudiar” (Arpa Editores) sea quizás otra: la de intuir que “algo fuerte y serio está cambiando, pero que es muy difícil saber hacia donde va. Y ahora está pasando esto”, concluye Enric Juliana.

Alba Gil