La escritora Espido Freire cree que “nunca ha habido más demanda de cultura” que ahora, cuando la sociedad afronta una crisis de valores y el final de una era en la que encuentra muchos paralelismos con la época que vivió Teresa de Jesús, a la que dedica su último libro.
“Para vos nací. Un mes con Teresa de Jesús” es el título del ensayo de Espido Freire editado por Ariel cuando se celebra el quinto centenario del nacimiento de “La Santa” y en el que, a modo de diario, la escritora se acerca a esta religiosa, mística, ideóloga, poeta y escritora compartiendo sus pensamientos y episodios vitales más relevantes.
Mientras Teresa de Jesús vivió el final de una época de esplendor pero también de grandes injusticias, corrupción, guerras violentas y conflictos religiosos, “ahora también se acerca el final de una era con guerras internacionales, con un conflicto de religión y una crisis de valores, dice Espido Freire.
Pero, recuerda, al igual que tras esa época de crisis “empezó la época de mayor esplendor intelectual de España, la esperanza es que quizás ahora también haya espacio para una reflexión distinta en lo intelectual, en lo artístico y en lo social”.
Consciente de que existe mucha documentación tanto desde el punto de vista literario como teológico sobre Santa Teresa como para aportar “nada nuevo”, Espido Freire explica en una entrevista con Efe que ha querido poner “la lupa” en los aspectos que más le han sorprendido de esta mujer que, con todas sus contradicciones, sigue siendo un modelo de referencia.
Y, cuando se cumplen 500 años de su nacimiento, quiere resaltar en este personaje “excepcional que no dejaba indiferente a nadie” su labor como reformadora, tan diferente a la imagen a la que ha estado asociada durante “años más oscuros y en mentalidades más rancias”.
En efecto, recuerda Espido Freire, Teresa de Jesús fue una mujer crítica con el poder en la medida que podía serlo en su época una mujer si formación intelectual pero que leyó todo lo que pudo.
“Compleja, inmejorable negociadora, muy tozuda, gran estratega y poseedora de una inteligencia extraordinaria, fue muy consciente de su carisma, que utilizó para mejorar las conventos que fundó y las condiciones de vida de las monjas”, indica.
Creadora de 17 fundaciones desde que cumplió 40 años hasta su muerte, a los 60 años, en 1582, la religiosa, que fundó la orden de las carmelitas descalzas, “se entendería bien con el papa Francisco”, opina la escritora, que considera que, seguramente, “le sacaría dinero para algún convento”.
Con un espíritu de superación a toda prueba, a Espido Freire lo que más le ha sorprendido en su estudio de Teresa de Ávila fue su sentido del humor: “Era una gamberra absoluta que gastaba bromas, aunque en ocasiones tomó malas decisiones en cuestión de amistades porque buscaba reirse”.
En una época en la que es imposible hablar de feminismo, Teresa fue muy consciente de lo que era ser mujer y de que debía obedecer a los varones. Tampoco “perdió nunca el gusto por el coqueteo, aunque fuera intelectual”.
Por ello, en momentos tan “frívolos” como el actual, Espido Freire apuesta por rescatar modelos de la Historia como el de esta mujer, una figura que cree “absolutamente excepcional” y que, al igual que otra Teresa, la de Calcuta, trascendió el mundo de la religión.