Tres profesionales especialistas en la lengua española han defendido hoy su “evolución constante” frente a la idea de que el idioma empeora, especialmente por el uso de las nuevas tecnologías.
La responsable del departamento de la RAE “El español al día”, Elena Hernández; la filóloga de la Universidad de Sevilla, Lola Pons; y la periodista Mar Abad han coincidido en esta idea en la sesión de “El sofá del español” con la que ha concluido el congreso “Trabalengua”, organizado por la Fundación San Millán de la Cogolla.
En declaraciones a EFE, las tres han explicado que su intención es debatir sobre esta cuestión con el fin de “intentar eliminar ideas preconcebidas y prejuicios que tiene la sociedad”, ha explicado Pons.
Entre esos prejuicios está “la idea manida y falsa de que el español se está estropeando por el uso de los teléfonos móviles y de la tecnología”, ha asegurado.
Una idea de las que “se oyen comentarios a diario, todos reflexionamos sobre ello”, pero “esa opinión de que el español va a peor está más en la calle que entre los profesionales, que no somos tan poco flexibles al cambio como se piensa”.
Porque, ha incidido la profesora sevillana, “una lengua que no cambia es una lengua que va a morir” y, “por ejemplo, el latín clásico es algo que ya no cambia”.
Reconoce que “cada cual, a la hora de hablar, tiene sus preferencias y sus manías” y “hay expresiones que no nos gustan”, pero “eso no es porque estén mal, sino por algo personal”.
En este contexto sí que ha abogado porque los lingüistas permanezcan “atentos a los cambios” para analizarlos y ha puesto como ejemplo el que “ahora mismo, en el español unos hablantes dicen le quiero y otros lo quiero, y tenemos que ver cómo va a evolucionar esa expresión”.
En esta misma idea, Elena Hernández ha recalcado que “el lenguaje evoluciona y eso de que en el español cualquier tiempo pasado fue mejor no es real” que es un concepto que “se cree de forma común, pero es que los hablantes no especializados son a veces más puristas que los lingüistas”.
La responsable del departamento “El Español al Día” de la Real Academia ha considerado que lo que hay ahora “y en cualquier momento” son “hablantes que dominan muy bien la herramienta (el idioma) y otros que no tanto”, pero eso no supone “que hablemos peor que ayer” sino que “hablamos ligeramente distinto”.
“La lengua está en constante evolución, los usos cambian, unos se van otros surgen y luego hay son hablantes, mejores o peores”, ha repetido.
Pero, incluso, considera que “en función de la situación comunicativa, todas las formas de comunicación son válidas si sirven a las necesidades de los hablantes y de sus interlocutores”.
“Luego”, ha proseguido, “existe la norma, que haberla hayla”, pero “va siempre por detrás, del uso sale la norma, no al revés”.
Así, “lo que se consolide en el idioma perdurará y lo que sea pasajero desaparecerá”, sostiene la periodista Mar Abad, autora del libro “De estraperlo a postureo. Cada generación tiene sus palabras”.
“A veces pensamos que la RAE está siempre imponiendo cómo usar el idioma, pero simplemente, eso es imposible, es una entidad que está por detrás, esperando, para observar, analizar y orientar sobre el uso del español”, ha sostenido.
Ha reconocido que desde las instituciones académicas “hay herramientas que nos dicen cual es el uso correcto del idioma, según la norma”.
Pero defiende que en el uso del lenguaje “todo cabe” el “respetar la norma y el rebelarse contra ella”.
Porque, ha concluido, hay formas de expresión, como el rap, por ejemplo, “en las que no siguen la norma, ni les importa, la cambian porque quieren comunicar algo distinto”.