Una ardilla robó una cámara y esto fue lo que pasó

La GoPro no tiene pantalla y no tiene foco porque no le hace falta. Tiene un ángulo tan ancho que registra todo y enfoca todo. Ofrece máxima capacidad en el tamaño mínimo, un perfil que ha explotado entre los amantes del deporte de riesgo, buceadores, espeleólogos y estrellas del vídeo amateur en primera persona como Casey Neistat. También se ha convertido en una herramienta irresistible para cirujanos, cocineros y hasta químicos, para compartir su trabajo en la red social.

Es tan fácil de usar, tan sencilla, que hasta un niño puede usarla. O una ardilla, como descubrió con asombro este youtuber ayer en el bosque.

Esta traviesa -y talentosa- ardilla no es el primer animal que lleva una cámara colgada del cuello. Hay un largo historial de pájarosgatos y otros peludos aventureros. Ni siquiera es la primera ardilla que se agencia una sin permiso del portador. 

Pero sí es la primera que hace con ella una pequeña obra de arte, con sus toques de Terrence Malick. Por no mencionar que su maniobra de aproximación parece sacada de una animación de la Warner. Delante y detrás de la cámara, podemos afirmar que ha nacido una estrella.