El fenómeno familiar, Modern Family, acaba de romper una lanza por la comunidad ILGTB de la televisión. La serie creada por Christopher Lloyd y Steven Levitan ha presentado al primer personaje transgénero en el inicio de su octava temporada. En el capítulo de la semana pasada, Un día libre de estereotipos, Lily lleva a casa a su amigo Tom, interpretado por el actor trans de 8 años Jackson Millarker.
La hija de Cam y Mitchel, la pareja homosexual de padres más carismática de la pequeña pantalla, empieza a insultar a Tom delante de los adultos, quienes creían que habían educado a la niña en plena tolerancia con cualquier identidad.
No es la primera vez que el show entra de lleno en estos debates sociales, y poco por visibilizados por la cultura popular, para lanzar un mensaje pedagógico disfrazado de comedia. Modern Family se ha convertido en la máquina más efectiva para derribar muchos de los tópicos que reinan en el género familiar de Estados Unidos. Y ahora también ha hecho un hueco en la parrilla para concienciar ante la transfobia, sobre todo entre los más pequeños.
Millarker no es el primer niño trans que aparece en una ficción televisiva. La serie de Amazon Transparent fichó a una niña transgénero para representar a la pequeña Maura en un flashback de la tercera temporada. Un paso más para la victoria del colectivo, que lleva años exigiendo representación real en la industria, no solo en la creación de personajes trans interpretados por actores cis.
Casos como el de La chica danesa ponen de manifiesto lo delicado del asunto. Los productores no parecen comulgar con la necesidad de abrir el mercado a los actores y actrices trans. Las críticas hacia la elección de Eddie Redmayne rescataban la polémica de Jared Letto en Buyers Dallas Club y de Elle Fanning en About Ray. Todavía queda mucho recorrido, por eso desde las organizaciones destacan series como Orange is the new black, que cuenta con la actriz transgénero Laverne Cox desde 2013 entre sus filas.
Lo cierto es que Modern Family se ha apuntado otro tanto en el marcador del respeto y la normalización de las minorías en la cultura. Como dijo la directora del episodio en Instagram, Ryan Case, “es una de las muchas razones por las que amo trabajar en esta serie”.