Glenn Close se ha alzado con el Globo de Oro a mejor actriz de la categoría dramática por su papel en La buena esposa. Y en su discurso de agradecimiento, la actriz ha puesto el acento feminista a una de las galas menos políticas de los últimos años.
La actriz culmina así una carrera que este año venía dispuesta a romper su maldición: la actriz cuenta con seis nominaciones a los Oscar, pero ningún premio. Un récord de oportunidades no premiadas que comparte con Deborah Kerr y Thelma Ritter. Además, ha sido nominada a cuatro premios Tony -y lo ha ganado tres veces-, catorce premios Emmy -con tres victorias también-, trece Globos de Oro -tres, contando la de esta gala- y ocho Premios del Sindicato de actores -con solo una victoria-. Una colección de nominaciones que no le han hecho justicia a la carrera de una de las mejores actrices de su generación. De eso, justamente, ha hablado en sus premios: de mujeres olvidadas por una industria eminentemente controlada por hombres.
En su discurso, ha recordado a su madre, que toda su vida se mantuvo un paso por detrás de su padre, ejerciendo un rol de esposa muy parecido al que la propia Close interpreta en la película por la que ha ganado el Globo: La buena esposa.
En La buena esposa, Glenn Close interpreta a Joan, la mujer de un exitoso escritor llamado Joe Castleman -Jonathan Pryce-. Durante cuarenta años, Joan ha sacrificando sus sueños y ambiciones para mantener vivo el renombre de su marido. Pero en vísperas de la entrega del Premio Nobel de Literatura a Joe, Joan decide desvelar un secreto que podría cambiarlo todo.