José Sacristán (Chinchón, 1937) está en racha de reconocimientos. Recibió el Premio Nacional de Cine en 2021 y un año después recoge el Goya de Honor por su “pasión, ética y profesionalidad”. Quien ha sido el rostro y la voz del cine español durante las últimas seis décadas, según la Academia, es también el encargado de promocionar la llamada “gala del reencuentro” del cine español que se celebrará en el Palau de Les Arts de València, con todas las medidas sanitarias pertinentes, el próximo 12 de febrero de 2022.
El veterano actor ha protagonizado este jueves un encuentro con la prensa acompañado por el presidente de la Academia, Mariano Barroso, con la intención de preparar el terreno para una 36ª edición de los Goya que será la primera después de la sacudida que supuso la pandemia. “Me siento muy contento, agradecido y feliz porque no hay nada mejor cuando llega un reconocimiento que el que llegue trabajando. La continuidad en el trabajo es la mayor medida del éxito para un actor en nuestro país”, ha considerado el artista al inicio de la charla.
Sacristán fue uno de los fundadores de la Academia y hasta logró que su compañero y amigo, Fernando Fernán Gomez, se hiciera miembro. “Le dije que era un modelo de plataforma colaborativa, siguiendo el modelo de la academia francesa o la inglesa. Firmó y me dió 5.000 pesetas que costaba”, rememora el actor. Poco después llegó la Unión de Actores y el proceso fue parecido: “También fui a Fernando para pedirle 5.000 pesetas. Me las dio y me dijo: ”Toma, pero no fundes nada más'“.
Desde entonces Sacristán ha participado en más de 125 películas y a sus 84 años todavía sigue en activo con la gira de la obra teatral Señora de rojo sobre fondo gris. El anuncio presentado por la Academia, de hecho, hace referencia a los orígenes del actor como agente del Círculo de lectores, yendo puerta por puerta intentando colocar libros en los hogares.
“Todas mis películas estuvieron ahí no solo para ayudarme a vivir, también para alimentar mi ilusión para ser actor. Y lo conseguí gracias a toda la gente que confió en mí desde el principio, con los cuales además de construir mi vida pude dedicarme a lo que me gusta”, considera haciendo alusión a sus orígenes en Chinchón, el pueblo madrileño donde ya desde pequeño aspiraba a convertirse en Tyrone Power.
Echo de menos un cierto nivel parlamentario, no que cada responsable político apele a lo más innoble de su electorado
No obstante, cabe preguntarse si Sacristán se ha visto sobrepasado en algún momento de su larga carrera, ya que la salud mental, especialmente tras casos como el de Verónica Forqué, ha adquirido especial relevancia. Pero el actor responde de forma rotunda: “No”. “Han habido situaciones en las que mis situaciones familiares excedían mis ingresos, como cuando en el siglo pasado nació mi hijo mayor. Pero lo agónico del año 64 duró unos meses”. De hecho, señala que no ve cercana su retirada: “Mientras yo pueda seguir aguantando el tirón con un mínimo de lucidez, ahí seguiremos”.
Y como es habitual en Sacristán, sigue adentrándose a valorar sin tapujos la actualidad tanto política como cultural. “Escucho ecos antiguos en ciertos políticos, pero están ahí porque muchos españoles han deseado que sea así”, afirma el actor, que también ha sido crítico con el papel de la izquierda política en el país. “Echo de menos un cierto nivel parlamentario, no que cada responsable político apele a lo más innoble de su electorado”, apostilla.
La sobria gala de los Goya de 2021, que fue presentada por Antonio Banderas con la taquilla del cine español marcando la cifra más baja en los últimos 20 años, deja paso a una ceremonia que esta vez sí contará con público más allá de la pantalla. Además no será conducida por un único presentador, sino por varias figuras representativas del cine que darán especial protagonismo a Luis García Berlanga, del que se conmemora su centenario. Y que contará, entre otros protagonistas, con José Sacristán.