Centenares de personas se han congregado este jueves en las calles de la localidad burgalesa de Lerma para saludar a la reina Letizia, quien ha presidido la inauguración en la villa ducal de la nueva edición de la exposición de arte sacro Las Edades del Hombre.
Doña Letizia ha llegado a la iglesia de San Pedro, uno de los tres espacios en los que se ubica la muestra titulada “Angeli”, y allí ha saludado a las autoridades que la esperaban antes de iniciar su recorrido.
El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera; el ministro de Cultura, José Guirao; el presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez; el presidente de la Fundación las Edades del Hombre y obispo de Ávila, José María Gil Tamayo; y el arzobispo de Burgos, Fidel Herráez, han sido algunas de las autoridades que la han acompañado.
En primer lugar ha visitado la muestra que alberga la iglesia de San Pedro, y al salir del templo se ha dirigido a pie al monasterio de la Ascensión, distantes entre sí unos 200 metros.
En la calle que une ambos edificios se habían instalado vallas para garantizar la seguridad y a lo largo de la mañana se han ido agolpando tras ellas centenares de ciudadanos de Lerma que querían saludar a la reina.
Doña Letizia ha respondido a esas muestras de cariño y ha realizado todo el recorrido saludando y dando la mano a quienes querían estrechar la suya.
Al final de la calle y ya en la entrada del monasterio, decenas de colegiales esperaban también la llegada de la reina, y hasta ellos se ha acercado para saludarles también y charlar brevemente con algunos de los niños.
En el interior del monasterio, además de visitar la exposición, ha mantenido un encuentro con las monjas clarisas que viven allí en régimen de clausura.
Ya en el exterior, de nuevo ha recorrido a pie otros doscientos metros hasta la plaza mayor de la localidad por una calle también flanqueada de vallas y donde ha vuelto a responder a los saludos de los ciudadanos que la esperaban entre algunos vivas a la reina.
En medio de ellos, una mujer saharaui ha emitido el grito ululante de alegría característico de este pueblo denominado “zaghareet.”
Con una señora de avanzada edad se ha detenido a conversar en los últimos metros de la calle y ha recogido el bastón de otra persona que había caído al suelo.
Al término de la visita y frente al edificio del Palacio Ducal de Lerma, convertido en parador nacional y con casas cercanas que lucían en sus balcones banderas de España, la reina se ha despedido de las autoridades.
Pero antes de entrar en su vehículo oficial se ha dirigido a los soportales de la plaza para saludar entre aplausos a otro grupo de personas que reclamaba su presencia.
Antes de abandonar Lerma, doña Letizia, fuera ya de su agenda oficial, se ha dirigido al convento de San Blas para mantener un encuentro con las monjas dominicas que lo regentan, también de clausura.