Lesya Ukrainka, la poeta ucraniana que Almeida casi borra del mapa
Este lunes, la víspera del Día Internacional de la Mujer, el Ayuntamiento de Madrid ha estado a punto de sustituir en el callejero a una de las mayores escritoras ucranianas por un hombre. José Luis Martínez Almeida anunció que la rotonda situada frente a la embajada de Ucrania pasaba a llamarse Volodimir Zelensky, como el presidente ucraniano tornado en héroe de guerra.
Para ello habría que retirar la placa de su compatriota Lesya Ukrainka, poeta nacida en 1871 y símbolo de las letras ucranianas que bautizó esta misma plazuela en 2019, durante el mandato de Manuela Carmena.
Minutos después del anuncio, el consistorio daba marcha atrás. Zelensky ya no será la plaza de la embajada de Ucrania, sino una rotonda más cercana a la embajada de Palestina y a la A-2. Por otro lado, la normativa municipal no permite usar el nombre de personas vivas en el callejero “salvo que de manera excepcional así se considere por su extraordinaria relevancia”.
Si el presidente ucraniano encaja en esas “extraordinarias” características es otro debate. Por ahora, Lesya Ukrainka mantiene la placa azul que le adjudicó la Junta de Hortaleza hace cuatro años. Todos los partidos políticos con representación municipal (PP, PSOE, Ahora Madrid y Ciudadanos) respaldaron el acuerdo.
El propio embajador de Ucrania acudió a aquel pleno para defender la iniciativa, propuesta de forma conjunta por su institución. “Todos los ucranianos vamos a valorar muchísimo el gesto”, afirmó en un discurso que resaltó el legado de Ukrainka. También anunció que ese espacio serviría como lugar conmemorativo para los ciudadanos en días señalados, como la celebración de la independencia de la Unión Soviética, informa Diego Casado, de Somos Madrid. Las biografías señalan que Lesya “logró mostrar la belleza de la lengua ucraniana mientras ésta se encontraba subyugada por la rusa”.
Feminista, ecologista y pro-ucraniana
Lesya Ukrainka (1871-1913) nació en Novograd-Volinski, una ciudad al oeste de Kiev. Su ambiente familiar era propicio para el activismo, la creación y la intelectualidad, ya que su madre fue una conocida escritora y feminista, su padre un abogado interesado en la literatura y en el arte, y su tío un popular científico y publicista. Lesya accedió a todo ese conocimiento desde que enfermó de tuberculosis a los diez años y tuvo que estudiar en casa bajo la estricta batuta de su madre. Allí aprendió varios idiomas europeos, eslavos y clásicos, como el alemán, el francés, el búlgaro, el ruso o el griego.
A los 5 años tocaba el piano, a los 8 escribió su primer poema y a los 13 publicó su primera composición lírica. Sus textos trataban de la soledad y la alienación social de los poetas, de sus preocupaciones sociales y comunitarias y especialmente sobre la libertad del pueblo ucraniano. “Fue pionera de una nueva literatura feminista a la vanguardia de las tendencias europeas. Sus obras de teatro, poesía y prosa abordan inquietudes desde el género y la raza hasta el feminismo y el ecologismo”, destaca la Biblioteca Británica.
Ukrainka también escribió cuentos, ensayos periodísticos y traducciones magistrales de obras de Homero, William Shakespeare, Lord Byron, Victor Hugo e Ivan Turgenev. La obra más destacada de literatura ucraniana es El canto del bosque (1912), una fábula dedicada a la inmortal aspiración del alma humana a conseguir los valores ideales. También En la casa del trabajo, en el país de la esclavitud (1906); Casandra (1908); En el campo de sangre (1909) o El abogado Marciano (1911).
Como señala la UNESCO, exploró la etnografía y recopiló datos sobre las tradiciones populares, en especial las melodías populares ucranianas. Grabó 220 canciones, publicó una obra sobre juegos infantiles, varios cuentos de hadas, un estudio (Celebración del solsticio de verano) y la colección Canciones folclóricas para bailar (formada por 54 textos), “que la convirtieron en pionera del campo académico de estudios étnicos en Ucrania”.
Le interesaba la historia contemporánea y viajó por el mundo, pero especialmente por el Caúcaso y Crimea para empaparse de la cultura y del legado de los pueblos eslavos. A los 19 años escribió un libro de texto para sus hermanas titulado Historia antigua de los pueblos del este, que fue publicado tras su muerte en 1918. También participó activamente en la lucha ucraniana contra el zarismo y se unió al movimiento nacional ucraniano, para el que tradujo el Manifiesto Comunista en 1902.
En el poema dramático Casandra (1907), Lesya estableció una comparación entre el destino de Ucrania y la trágica historia de la Troya perdida. En él usó a Casandra como portavoz para animar a sus conciudadanos a deshacerse la apatía y la inercia. También en el poema titulado En las catacumbas (1905), criticaba a la comunidad ucraniana por sus compromisos y pasividad.
Ukrainka volvió a contar los clásicos europeos con voz de mujer. La interpretación del mito de Troya desde el punto de vista de Casandra fue el más famoso, mientras que su obra El convidado de piedra (1912) proponía una versión feminista radical del mito de Don Juan. Además, dejó sin acabar una novela en la que quería describir la psicología de una mujer árabe: Ekbal Hanem.
Mientras creaba, su enfermedad se fue complicando. De niña permaneció con los brazos y las piernas enyesados durante meses y, tras una primera operación sin éxito, uno de sus brazos quedó paralizado para siempre.
Como amo mis horas de trabajo / Cuando todo a su alrededor se calme de repente / Todo está atado por el encanto de la noche / Y yo solo, invencible / Comienzo el servicio solemne / Ante mi altar invisible
“Como Sherezade en Las mil y una noches, que tenía que narrar para seguir viviendo, la escritora ucraniana tiene la necesidad vital de escribir y de crear para sentirse viva en medio de la cruel enfermedad que le atenazaba”, escribe el filólogo José Andrés Alvaro Ocáriz, experto en la escritora ucraniana. Ocáriz publicó en 2020 Lesya Ukrainka, el alma de Ucrania, una biografía y compilación de algunos de sus poemas, y el único texto dedicado a Ukrainka en español. También se tradujo en 1971 su poemario Esperanza. Poesías, que se encuentra descatalogado.
La escritora murió en Georgia a los 42 años y está enterrada en el cementerio de Báikove en Kiev. Antes de fallecer, mientras estaba postrada en la cama, le dictó un último poema inconcluso a su madre. ¡No, no moriré! / ¡Y para siempre viviré! / Pues mi corazón alberga aquello / que ni la muerte ya podrá con ello.
El 25 de febrero de 2021 se celebró su 150 aniversario en Ucrania junto a la UNESCO por sus “valores de paz, tolerancia, igualdad étnica y de género”. Lesya Ukrainka también es la imagen del billete de 200 grivnas, y tanto la URSS como la Ucrania independiente le dedicaron un sello postal. La exprimera ministra Yulia Timoshenko dijo haber inspirado su imagen en ella, luciendo a menudo una trenza enroscada alrededor de la cabeza.
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