El lema “Colombia diversa y vital”, con el que el país se presenta como invitado a la 80ª Feria del Libro de Madrid, ha adquirido tintes irónicos en los últimos días. Su embajador en España, Luis Guillermo Plata, encendió los ánimos de su plana literaria cuando declaró en público que la elección de los autores invitados al evento se basó en criterios de calidad por encima de cualquier ideología. Los autores, invitados y no, han interpretado esa supuesta neutralidad como censura por parte del gobierno de Iván Duque, que deja de lado a los críticos con su mandato y favorece a los que considera poco peligrosos. La Feria madrileña arranca este viernes 10 de septiembre con solo 320 casetas y una reducción de aforo al 75%.
El desliz del embajador, que después difundió un comunicado pidiendo disculpas, tuvo lugar el 1 de septiembre. Cuatro días después, el periodista Winston Manrique publicó un artículo en la revista W Magazine acusando al Gobierno colombiano de un sectarismo político que deja un retrato de la literatura colombiana actual incompleto, ya que en la lista faltan nombres relevantes de las letras colombianas como los de Piedad Bonnett, Laura Restrepo, William Ospina, Héctor Abad Faciolince (que sí estará presente en el Hay Festival de Segovia) o Fernando Vallejo, entre otros.
La llama no hizo más que avivarse. Melba Escobar —periodista y escritora de Cali, autora de Cuando éramos felices pero no lo sabíamos (Seix Barral)— renunció a la invitación. Margarita García Robayo, autora de El sonido de las olas (Alfaguara) comunicó a la organización de la feria que no participaría “a menos que la mesa programada tenga como tema de discusión esto mismo: el de la supuesta neutralidad de la literatura”. “De ser así, me gustaría convocar a alguno de los escritores excluidos para enriquecer el debate”, planteó. Aunque la escritora recibió una llamada de disculpas de Luis Guillermo Plata y se intentó articular la mesa que había sugerido, los escritores a los que consultó declinaron asistir porque, según explicó la escritora, “consideraron que ya se habían explicado ampliamente al respecto de este asunto”. Finalmente, García Robayo ha mantenido su posición de no asistir a la feria.
Pero, antes de que las declaraciones del embajador captasen la atención de los medios, los escritores y artistas colombianos residentes en Europa críticos con el Gobierno de Iván Duque ya estaban organizando las protestas. El pasado 20 de agosto, Sico Pérez, escritor colombiano residente en Madrid y perteneciente a la plataforma de escritores críticos UIPA (Unidad Insurrecta para Acción-Arte), procedentes de Colombia y residentes en diversos países de Europa, especialmente España, publicó en el medio online El Comején un artículo para difundir los planes que la plataforma tiene para recibir a Iván Duque en Madrid, donde estará los días 16 y 17 de septiembre.
“La situación actual de derechos humanos en Colombia es alarmante y desalentadora. Desde la firma del acuerdo de paz en 2016, más de 900 líderes y lideresas sociales han sido asesinados en todo el país; y cerca de 1.200 excombatientes que dejaron las armas, porque creyeron en la palabra del Estado que les prometió una digna reincorporación a la sociedad, también han sido asesinados”, denuncia esta asociación en un manifiesto hecho público este jueves y firmado por un centenar de artistas colombianos, al que se han sumado activistas españoles.
La violencia sigue activa en Colombia
La situación política que vive Colombia desde la llegada de Iván Duque a la Presidencia en 2018 se ha agravado, si algo así puede ocurrir en un país que ha vivido décadas de duro enfrentamiento civil con guerrillas, ejército y paramilitares enfrentándose en una guerra que se ha cobrado decenas de miles de vidas. El acuerdo de paz de 2016, promovido por el expresidente Juan Manuel Santos, contó con el rechazo de una importante parte de la sociedad colombiana. Duque, opositor a dicho acuerdo, ganó las elecciones y se hizo con el poder.
El aumento de la violencia provocó ya en 2019 las primeras movilizaciones, mezcladas con otras reivindicaciones de carácter económico y social. Y una huelga general. Unas protestas que se han mantenido en el tiempo, y a las que se ha añadido lo que los opositores al presidente consideran una pésima gestión de la crisis sanitaria, social y económica provocada por el coronavirus. Este 2021 se han vuelto a convocar jornadas de paro nacional y las protestas han llegado hasta España.
En 2020 se desveló un entramado de espionaje a periodistas, políticos y activistas por parte del Ejército colombiano. Este mismo año, el Gobierno de Duque ha rechazado sendas misiones de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para comprobar las denuncias de violaciones de los derechos humanos planteadas por la oposición.
“La represión no se ha detenido, los desaparecidos siguen sin aparecer. Sigue muriendo gente a manos del Ejército. La violencia en el país no ha cesado”, asegura a elDiario.es en conversación telefónica Natalia Munevar, otra de las promotoras de las actividades que, en paralelo a la Feria del Libro, pretenden denunciar en Madrid ese “blanqueamiento” al Gobierno de Duque. El manifiesto, promovido en redes bajo el hashtag #RealismoTrágico, rechaza la presencia del presidente colombiano en Madrid. “La Feria del Libro de Madrid es una ocasión oportuna para que los y las artistas en Europa manifestemos nuestro rotundo rechazo al Gobierno de Iván Duque”, asegura el texto. “No confiamos en un gobierno de extrema derecha que ha mentido al país y la comunidad internacional. La presencia del presidente Iván Duque es una afrenta a quienes defendemos la vida, la palabra y el diálogo. A quienes rechazamos la violencia como solución a cualquier conflicto, a quienes valoramos la diversidad y la riqueza cultural de nuestro país”, añade.
Sico Pérez explica a elDiario.es que no considera que “los escritores que están invitados sean afines al Gobierno”, pero sí que “hay intereses políticos para no invitar a otros. Utilizan la Feria del Libro como una pantalla para lavarse la cara y no enseñar a Europa y a España en particular lo que está pasando allí”. Además, señala que “se ha formado una polémica por su propia ineptitud, ya que ponen a alguien a hacer la delegación de literatura sin conocer la literatura nacional”.“ Los cargos en Colombia están un poco dados al dedillo, a personas que no conocen los temas”, añade.
No es que los escritores que están invitados sean afines al Gobierno sino que hay intereses políticos para no invitar a otros
La UIPA convocó este 9 de septiembre una pinchada en una céntrica plaza madrileña para recoger fondos de cara a las acciones que tienen planeadas, bajo el lema “Realismo trágico”. El próximo día 12 habrá una concentración y el 16, el día en el que Duque visita la feria, una manifestación que llegará hasta la Puerta de Alcalá, a la orilla del parque del Retiro, donde tiene lugar el encuentro literario. Después, la convocatoria se dirigirá al barrio de Lavapiés para contraprogramar al dirigente colombiano con una fiesta en la que participarán algunos de los artistas que encabezan la denuncia. “Creo que el Ayuntamiento, la Comunidad y los organizadores de la Feria, de alguna manera, se han prestado [a la polémica]. Colombia puede ser el país invitado pero Duque viene a presentar dos de sus libros. Después de todas las cosas que escuchamos que están pasando allí y que los mismos observadores de los derechos humanos nos están contando, me parece inaudito que nos prestemos a este juego”, sostiene Pérez.
Pilar Quintana, escritora nacida en Cali en 1972 y ganadora del premio Alfagura 2021 por su novela Los abismos, es una de las estrellas del cartel de la Feria pero ha aclarado en su cuenta de Twitter que no ha sido invitada por el Ministerio de Relaciones Exteriores (conocido como la Cancillería). Es más, ha añadido que se hubiera sido así, habría declinado la invitación.
Una polémica “ajena” a la Feria
La Feria del Libro de Madrid, hasta ahora, se ha mantenido al margen de la polémica, centrada en los preparativos para la inauguración del evento. Miguel Gil, director de la Feria, explica a elDiario.es que su “opinión personal sobre el tema” es que “las listas de este tipo que las embajadas envían a las diferentes ferias” siempre son “un problema”. “Unos porque están, otros porque no están, porque se premia lo literario con respecto al ensayo, porque falta literatura infantil, porque no se tiene en cuenta a los ilustradores… las listas siempre son un problema en general”, añade.
Más allá de las ausencias que se han señalado, Gil está muy satisfecho con la lista de autores y autoras colombianas que participarán en esta octogésima edición. De momento hay 37 confirmados, aunque la nómina no está cerrada. “La conferencia inaugural la da Darío Jaramillo, el gran poeta colombiano actual y uno de los más importantes de América Latina”, expresa. Los autores colombianos con asistencia confirmada son Ángela Becerra, Beatriz Helena Robledo, Dasso Saldívar, Enrique Serrano, Jorge Franco, Juan Esteban Constaín, Juan Luis Mejía y María Mercedes González. “Vamos a tener cuatro mil títulos colombianos distintos, en dos casetas que trae Colombia más la caseta que aporta la Unión de editoriales universitarias españolas, que ha traído 30 editoriales universitarias de Colombia y algunas también de México”, dice. “Desde el punto de vista de la Feria, es un privilegio y un orgullo que estos autores estén en Madrid. Si luego internamente por otro tipo de consideraciones esto puede ser objeto de debates, es un tema completamente ajeno a la Feria. Desde luego nosotros somos totalmente ajenos a esta polémica”, añade.
No hay neutralidad, todo es política
El escritor y periodista español Eduardo Bravo estará en la Feria firmando su último libro Historias raras del siglo XX (Clave intelectual). Bravo reflexiona sobre si tal cosa como la neutralidad en la cultura pueda existir. “Aun a riesgo de que algún filósofo me corrija, personalmente creo que todo es política. Eso incluye la cultura en general y, en particular, la literatura como acto de creación y las lecturas que elige cada uno. La vida es política y aquellos que se empeñan en decir que hay que mantener la política fuera de eventos como la Feria del Libro son los primeros que están protagonizando un acto político, solo que acorde a sus convicciones, que siempre hace que resulte menos llamativo y, salvo que se sea un cínico, incluso puede pasar inadvertido al que hace la petición”.
Me parece nefasto que un evento literario esté mediado por intereses políticos que dejan al margen a la mejor literatura de un país
Respecto del debate sobre la elección de escritores colombianos, Bravo opina que “cuando el embajador colombiano pide que no se politice la Feria, lo que está haciendo, justamente, es politizarla desde el momento en que está expresando el deseo del Gobierno del país al que representa sobre lo que pueden o no pueden hacer y decir los autores colombianos, tanto los que han sido invitados a Madrid como los que se han quedado en Colombia”. “Aunque la selección de autores se haya hecho con los criterios de calidad literaria más pretendidamente objetivos, es ingenuo pensar que el canon literario no está contaminado de prejuicios, alianzas, intereses y, cómo no, criterios políticos”, añade.
La poeta, ensayista y editora Luna Miguel también estará en la Feria presentando y firmando su séptimo poemario Poesía masculina (La Bella Varsovia). En 2019 publicó el libro El coloquio de las perras (Capitán Swing), un ensayo en el que recupera a 12 escritoras de América Latina a reivindicar, lo que la llevó a sumergirse en su universo literario. “Me parece nefasto que un evento literario esté mediado por intereses políticos que dejan a la mejor literatura que se está produciendo en un país completamente al margen”, explica. “Si ya es tan, pero tan difícil que en España nos interesemos por las grandes letras de nuestros compañeros en América Latina, el hecho de dejar fuera a tantas buenas y potentes voces hará que nuevamente aquí nos sigan siendo ajenas, desconocidas, inexistentes. Me da mucha pena”.