El parque del Retiro, los libros, las casetas, la inauguración de las autoridades, las firmas, el calor y la lluvia son la superficie que aparece en cualquier crónica sobre la Feria del Libro de Madrid. Después está la trastienda. Quién gestiona, cuánto dinero, por qué hay unos libreros y editores y no otros. A dónde va el dinero. Nunca nada es baladí en un evento con el que muchas autoridades suelen llenarse la boca a pesar de que este año lleguen tarde para las elecciones. La Feria comenzará el próximo 29 de mayo su edición 74, y estará en el Paseo de Coches hasta el 14 de junio. Esta es una guía para conocer qué hay ahí dentro, más allá de los libros.
1- Quién gestiona la Feria
El titular de la Feria es el Gremio de Libreros de Madrid. Presidido por Pilar Gallego, funciona como un organismo autónomo con respecto a las instituciones. Comienzan a trabajar en ella desde el mes de enero con las solicitudes de casetas por parte de editores y libreros. Actualizan el reglamento y disponen del presupuesto para la organización de las actividades que se vayan a llevar a cabo.
2- Cuánto cuesta la Feria
El coste de la Feria está en torno al millón de euros. Este es el presupuesto que se maneja este año, muy parecido al del año pasado. La cifra sale de la aportación de varios patrocinadores, siendo el más importante el Banco Sabadell, con 50.000 euros, y la Comunidad de Madrid, con 30.000 euros. A ello se suma lo que pagan los expositores –editores y libreros- por cada caseta. La cuantía de estas varía, ya que va desde los 1.485 euros para las librerías asociadas al gremio (cuatro metros cuadrados), a los 2.170 para los editores de la Comunidad de Madrid (cuatro metros), 3.943 euros para los editores de fuera de la región (cuatro metros) o 3.971 euros que pagan los organismos e instituciones públicas (tres metros cuadrados), según los datos de 2014.
Estas cifras también determinan que los grandes sellos y cadenas de librerías puedan optar a más metros que las más modestas, además de que los estatutos permiten tener más casetas a los grupos editoriales y grandes establecimientos.
Este dinero, según explica Pilar Gallego, se utiliza para pagar el montaje de las casetas, las bolsas de plástico de los libros, el servicio de megafonía, seguridad y el de limpieza. Para este último se contrata a la empresa del ayuntamiento. El consistorio participa como patrocinador, pero no aporta ninguna cantidad económica, solamente cede el espacio público de El Retiro. “Y no se tiene previsto acudir a otro lugar, ya que la Feria de Madrid no sería lo mismo”, ratifica Gallego, ante los rumores que durante años han colocado la Feria en los pabellones de Ifema.
No hay un número establecido de trabajadores durante la Feria aunque si se contabilizan entre editoriales, librerías, personal propio para los puestos de información y reparto de bolsas, además del personal externo de limpieza, megafonía, seguridad –contratada a Prosegur- y la hostelería pueden suponer más de 3.000 personas.
3- ¿Quién puede estar en la Feria? Agremiados y con catálogo consolidado
En la Feria no están todos los libreros ni editores que deseen estar. Hay unos estatutos que fijan determinados límites y exigen condiciones. Para empezar, hay que pertenecer al Gremio de Libreros de Madrid –y pagar las cuotas correspondientes- a la Asociación de Editores de Madrid, a la Federación del Gremio de Editores (FGEE).
Además, para poder optar a una caseta, un editor individual tiene que tener al menos 131 títulos vivos en el catálogo, en el caso de las casetas de tres metros, o bien 276 títulos vivos para las de cuatro metros. Esta es la razón por la cual en muchas ocasiones varias editoriales comparten stand. Además, la cifra mínima de títulos no ha dejado de subir en los últimos años.
“Sí, lo hemos subido porque con la crisis aparecieron muchas editoriales pequeñas y lo que no podemos hacer es alargar el espacio hasta el infinito. Ni tampoco que se vean casetas muy vacías. Por eso lo que pueden hacer es agruparse o bien llegar a un acuerdo con una librería para que vendan sus libros en exclusiva”, explica Gallego.
Este año habrá 471 expositores en 368 casetas, algo menos que el año pasado cuando la cifra entre libreros y editores llegó a 508. “En realidad, todas las solicitudes han entrado. Lo que ha ocurrido es que hay editoriales pequeñitas que han cerrado y librerías también”, indica la presidenta de los libreros. Una librería madrileña que estará presente por primera vez, a pesar de llevar varios años abierta, es Tipos Infames que, además, tienen previsto llevar solamente fondo de armario y no novedades.
4- Cómo se adjudican las casetas: un sistema que prima títulos y novedades
Una vez que se han cumplido con todos los requisitos llega el momento de la adjudicación, que se hace por un sistema de puntuación en el que prima el número de títulos que se tengan –cuantos más, mejor-, el número de novedades, que el registro esté en la Comunidad de Madrid y el precio de los libros. A partir de ahí se establece un orden de preferencia hasta que se acaban las casetas “y el espacio”, admite Gallego. Los números que se otorgan, y con ello la localización, son por sorteo.
5- Quiénes quedan excluidos: cerrazón al digital
Más allá del número de títulos, los estatutos indican varias exclusiones de la Feria. Una de ellas es para todos aquellos que editen, distribuyan o vendan exclusivamente libros digitales. La Feria nunca fue para los ebooks ni lo sigue siendo, pese a que sí se cuenta con el patrocinio de Samsung y sus dispositivos. “La Feria es para pasear”, mantiene Gallego, “y no para ficheros electrónicos”. Además, otro de los estatutos del reglamento indica que se tienen que haber publicado obras nuevas en papel en los últimos dos años.
Fuera del Paseo de coches quedan también librerías o editoriales que no cuenten con las licencias precisas en sus locales, aquellos que no apliquen la Ley del Precio Fijo y los que se dediquen únicamente a la autoedición.
6- Qué actividades se organizan: homenajes y lectura nocturna
Para este año se han programado varios homenajes, entre ellos, a Teresa de Ávila, Carmen Martín Gaite y Ana María Matute. El pregón de inauguración correrá a cargo de Dolores Redondo, autora de la Trilogía del Baztán y última gran bestseller, con permiso de María Dueñas. Un guiño mediático para empezar atraer visitantes desde los primeros minutos.
Pese a que la mayoría de las actividades son muy parecidas a las de los últimos años –esta vez será la literatura de Europa central la homenajeada-, hay varias propuestas imaginativas, como Leer bajo la luna, el miércoles 3 de junio, durante la cual se leerán en horario nocturno cuentos de Sherezade y habrá música y pasacalles por la zona de la Feria hasta las 22.30. “Y no se pudo ampliar más porque el parque tiene que estar cerrado a las once de la noche”, señala Pilar Gallego. También habrá espacio para la moda de la gastronomía con las aportaciones de Mikel Iturriaga, El Comidista, y Mercedes Cebrián. Y lo que no deja de ser curioso después de años enfrentados y con demandas de por medio: Amazon tendrá una mesa para explicar en qué consiste su servicio de autoedición KDP.
7- El lugar de Madrid frente a otras Ferias
Con sus 471 expositores, es la Feria más grande de España, pero está lejos de las grandes Ferias internacionales. También por su carácter singular. La FLM no es para profesionales como ocurre, por ejemplo, en Guadalajara (México) y Buenos Aires. Y tampoco está en un recinto cerrado.
En números, tanto la FIL como Buenos Aires están a años luz de Madrid. La primera llega a concitar a 1900 editoriales y la segunda, 4600. Sólo Fráncfort rompe las cifras con 7200 expositores. Las actividades que se manejan superan las cinco centenas y a la feria alemana llegan a acreditarse más de 9.000 periodistas. Ahora bien, tampoco son ferias gratuitas para el visitante. De hecho, sólo entrar un día en los pabellones germanos cuesta 68 euros.