Memecracia, por Delia Rodríguez.-
Cómo funcionan los memes y cómo logran llegar a las primeras páginas de los periódicos supuestamente más serios. Cómo se reproducen y se infiltran en el discurso periodístico. Cómo, en fin, acaban afectando incluso al ecosistema económico que hasta hace poco ha sostenido a los medios. Un libro bien escrito y muy documentado que es de obligada y entretenida lectura, especialmente para los más apegados a la gloriosa historia del diario impreso. (EditorialGestión 2000, Papel: 16,95 €/ Ebook: 9,99 €)).
Maneras de ser periodista, por Julio Camba.-
En cada artículo, una lección de un clásico. Francisco Fuster ha reunido las columnas en las que el periodista más leído en su tiempo desmitifica desde la ironía su trabajo diario: “Yo lo mismo hago un artículo con una noticia de tres líneas que leo en el Daily Telegraph, que con las obras completas de Voltaire. Yo me voy al mar, por ejemplo. No cabe dudad de que el mar es una cosa grande y hermosa. Pues para mí como si fuese un sombrero de paja. Toda su hermosura y su grandeza yo la reduzco rápidamente a una columna escasa de periódico; mando las cuartillas a su destino, y ya se han acabado para mí los encantos del mar, y como los encantos del mar, las mujeres bonitas (…). (Libros del K.O. Papel: 13,90 € / Ebook: 4,99 €)
Meneses, la vida de un reportero.- Una joya y una sorpresa. El trabajo fotográfico de Enrique Meneses, un reportero excepcional, puesto en valor en un libro editado con mimo. La selección de las fotos (por Chema Conesa), la restauración de los negativos y su digitalización (por Juan Manuel Castro Prieto), la maqueta (por Tres Tipos Gráficos), el apoyo de Idealista y los textos de Javier Barrera y de un servidor son el marco para la obra de una vida dedicada al periodismo. De Egipto a Nueva York pasando por Sierra Maestra y los palacios de las monarquías europeas. (La Fábrica,45 €).
Gabo, periodista.-
Un gran trabajo de selección y comentario de la obra periodística del Nobel colombiano. Impulsado por su Fundación, dirigida por Jaime Abello desde Cartagena de Indias, y editado por Héctor Feliciano, reúne textos y fotos rescatados de las hemerotecas que son comentados por algunos de los periodistas más destacados del ámbito iberoamericano: Faciolince, Ronderos, Villoro, Guillermoprieto, Salgar, Caparrós, Fogel, Estefanía… Un merecido homenaje coral que de momento es difícil de conseguir (sólo en edición no venal), pero que está a punto de llegar a las librerías.
Memorias líquidas, por Enric González.-
“No quería trabajar para un tipo que me llamaba ”zombi“ e ”inútil“ por ser periodista y tener más de 50 años”. Aquí tenemos la autobiografía urgente de más de treinta años de oficio de uno de nuestros periodistas más cosmopolita. Barcelona, Madrid, Londres, París, Nueva York, Washington, Roma, Jerusalén y de nuevo Barcelona. Enric sabe mejor que nadie contar una historia. Desde un pesimismo crónico y un descreimiento agónico, que muchas veces es una pose histriónica, nos ilustra sobre los entresijos del diario en castellano más influyente de nuestra época. (Jot Down Books, 23€)
A Sangre y Fuego, por Manuel Chaves Nogales.-
Rescatar a Chaves, el valor de su vida y obra, es casi una obligación para cualquier periodista hoy. La lectura de su libro sobre la Guerra Civil, escrito en París en 1937, nos coloca de golpe ante un personaje singular que murió joven (en Londres, en 1944) y que fue incómodo para todos (ha permanecido ignorado más de sesenta años). Casi todos los libros que se han reeditado merecen la pena, para mí los imprescindibles son: Juan Belmonte, matador de toros; El maestro Juan Martínez que estaba allí; La agonía de Francia; Ifni, la última aventura colonial española. Y para los que quieran saber más sobre Chaves Nogales, Daniel Superviola y Luis Felipe Torrente acaban de presentar un estupendo Libro/documental sobre su vida titulado El hombre que estaba allí.
(Espasa, colección Austral, 10,95€)
Heraldo de Madrid, tinta catalana para la II República española, por Gil Toll.-
Una historia apasionante y también olvidada que nos lleva a una de las épocas más convulsas pero también más interesantes del periodismo español. El cóctel: Un diario histórico en ruinas, unos empresarios catalanes fabricantes de tinta y un equipo de periodistas encabezados por Manuel Fondevila y Manuel Chaves. El resultado: una tirada de medio millón de ejemplares en 1935. El final: En 1939 las tropas triunfantes de Franco ponen su edificio y maquinaria al servicio de la dictadura. (Renacimiento, 24€).
Crónicas negras, desde una región que no cuenta, por sala Negra de El Faro.-
Centroamérica se ha convertido en una de las regiones más violentas del mundo. El crimen organizado, las pandillas y el narcotráfico se enfrentan a unos estados débiles y corruptos. El Salvador, Nicaragua, Honduras y Guatemala son los escenarios de los reportajes que contienen este libro. Un ejemplo del mejor periodismo de investigación en castellano que es posible gracias al impulso de elfaro.net, dirigido por Carlos Dada. Óscar Martínez, Roberto Valencia, Carlos Martínez, José Luis Sanz, Daniel Valencia y Juan Martínez prologados por Jon Lee Anderson, cuentan con crudeza lo que muchos prefieren no ver. (Aguilar. Ebook: 8,99 €)
Una vida póstuma, por Fernando Berguido.-
Una historia personal, muy personal, de un abogado y defensor de los derechos humanos panameño que casi sin buscarlo acabó siendo por dos veces director de La Prensa, el más influyente diario del país centroamericano. Berguido, nacido en 1962, se decide a escribir esta autobiografía en 2011, tras ser diagnosticado de una leucemia y durante su estancia en la Universidad de Harvard como Nieman Fellow. La pelea actual contra la enfermedad se mezcla con los recuerdos de la lucha por la democracia, la libertad de información y contra la corrupción enquistada en el sistema político de su país. (Círculo Editorial yde Lectura. Disponible para Kindle: 7,62 €)
El periodista y el asesino, por Janet Malcolm.-
Y para terminar un clásico que nunca me cansaré de recomendar, sobre todo a los más jóvenes que quieran dedicarse a este apasionante y delicado oficio. Malcolm, reputada reportera norteamericana, indaga de manera inquietante en la frecuente imposibilidad de saber la verdad, ese bien escaso que siempre es el objetivo de todo buen periodista. El arranque del libro es estremecedor: “Todo periodista que no sea tan estúpido o engreído como para no ver la realidad sabe que lo que hace es moralmente indefendible”. Pasen y sigan leyendo. (Gedisa, 15,9 €).