Criptología, códigos, espías, sueños y literatura conforman el “El don”, la novela del escritor chino Mai Jia, que le ha convertido en todo un fenómeno en su país y que ahora comienza en España su proyección por el mundo. “En China hay más dosis de libertad que lo que se piensa desde fuera”, dice.
Y es que, a pesar de haberla escrito con mucha cautela, según explica a Efe el autor, “esta novela hace 30 años seguro que no se hubiera publicado en China”, añade.
“El don” desde que salió en China en 2002 fue un éxito inmediato y le hizo ganar a Jia once premios literarios; además fue llevada al cine y a la televisión. Una recompensa para los once años que le llevó escribirla a su autor.
Publicada en España y América Latina por Destino, “El don” ha vendido hasta el momento cinco millones de ejemplares en papel y diez en formato digital de los cinco títulos que componen el total de la narrativa de Mai Jai (Fuyang, 1964), una voz que dice sentirse deudora de García Márquez y Borges.
“Gabriel García Márquez es mi héroe pero es un producto de lujo e imposible llegar a su altura. Es inimitable; y mi otro héroe, Borges, del que he aprendido muchísimo, me parece algo más accesible en el terreno de los cuentos. De ahí que mi novela comience su periplo internacional por España y para América Latina, tiene mucho sentido”, subraya el escritor.
Mai Jia narra en “El don” en clave de “thriller literario”, la historia del joven chino Rong Jinzhen un chico singular, educado en el extranjero en la China de los años 20.
El joven visionario, que tiene un don especial para las matemáticas, se convierte en uno de los descifradores de mensajes en clave más importante del mundo y “atrapado por las grietas de un sistema terrorífico” es captado para el departamento de criptografía del servicio secreto chino.
Una historia que le inspiró al autor su propia vida y experiencia, ya que en 1981 se alistó en el ejército y cursó telecomunicaciones en la Academia de Ingenieros, donde se especializó en descodificación, mensajes y criptografía.
“Es verdad que tengo experiencia y conocimiento en el tema, pero este libro es mezcla de experiencia y de mi esfuerzo por hacer una obra creativa -argumenta-, porque en China se publican entre 4.000 y 5.000 novelas cada año pero de todas ellas muy pocas quedan en el recuerdo”.
“Lo importante para un escritor es inventar algo nuevo y tanto García Márquez como Borges supieron crear una nueva novela, ese es mi objetivo”, matiza.
“Cuando comencé a escribir esta novela sobre espías pensaba que me iba a causar algún problema -recalca- y que la censura y su foco podrían estar ahí, pero fue un desafío muy estimulante y superarlo y que se publicase fue todo un éxito”.
Y ante la pregunta de si hay libertad de expresión en China, Mai Jai explica que la libertad “es un concepto relativo”. “En la literatura yo no busco la libertad total. Es un lujo imposible y en cualquier país por alguna u otra forma, por los lectores, los gobiernos o los factores económicos, el escritor está condicionado”.
“Yo como escritor no puedo aspirar a la libertad total, creo que si hay algo positivo es que mi novela está hoy publicada y hace treinta años en China sería imposible”, recalca este autor, para el que la literatura dice es “superior a la política”.
“Admiro mucho a Ai Weiwei (el artista chino perseguido por sus críticas al gobierno Chino) pero sus gestos políticos, su actitud, para mi, excede a la del artista”.
Y en cuanto a las críticas recibidas por el escritor chino Mo Yan, por su tibieza con el régimen chino cuando recibió el premio Nobel de Literaturas, a Mai Jai le parecen injustas.
“Cada persona es diferente. A él se le criticó por no decir nada pero hay que leer su obra para entenderlo y entender su criterio en vez de criticarlo”, concluye Mai Jia que está pensando cambiar de país por un tiempo para dejar un poco de lado el tema de los códigos y espías. “Estoy pensando en pasar una temporada en Estados Unidos o en España” porque en mi país me cuesta centrarme en mi trabajo“, y eso lo dice porque ya no es fácil ser una estrella.