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Mayorga: la RAE no puede permanecer al margen del debate del lenguaje inclusivo

EFE

Madrid —

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El dramaturgo Juan Mayorga tomará posesión el próximo domingo de la silla M de la RAE, una institución que, dice, no puede permanecer al margen del debate que existe en la sociedad sobre el lenguaje inclusivo, ya que es una “conversación” muy importante sobre la que muchas personas piden orientación.

Así lo ha indicado este martes Mayorga (Madrid, 1965) en una entrevista con Efe, en la que ha considerado que en este debate sobre el lenguaje inclusivo “es muy fácil tender, antes de escuchar al otro, a ridiculizar su posición”.

“Ya se ha dicho que la RAE no es policía, sino que es faro y por eso tiene que participar en esta conversación”, ha destacado el director teatral, que ha considerado que él debe tomarse un “tiempo de silencio y escuchar a los académicos que llevan tiempo pensando sobre ello porque es una cuestión importante y compleja”.

Precisamente sobre el silencio versará su discurso en la ceremonia del próximo domingo en la que tomará posesión de su cargo como académico, para el que fue elegido en abril de 2018, ocupando la silla vacante desde el fallecimiento de Carlos Bousoño, el 24 de octubre de 2015.

Y es que el silencio es un fenómeno importante tanto en la vida como en el teatro, ha considerado el dramaturgo: “primero y ante todo, es necesario para escuchar las palabras del otro, lo que es un acto de humanidad, y también necesario para decir las propias palabras”.

La reflexión sobre el silencio que ha realizado Mayorga para el discurso le ha llevado a pensar en su propio teatro y a darse cuenta de cómo, en buena medida, su trabajo ha consistido “en una serie de intentos de construir silencios”.

Entre las obras en las que ha hablado de ello, cita algunas como “Cartas de amor a Stalin”, en la que el silencio supone el enmudecimiento de un artista por su censor; “Hamelín”, o el silencio de los niños ante la palabrería de los adultos; “Himmelweg”, el silencio de una Europa que asistió muda al asesinato de judíos, o el silencio de la mística que aparece en “La lengua en pedazos”.

Pero también es algo necesario en un tiempo en el que “vivimos rodeados y atravesados de ruido y parece que el espacio de silencio es un espacio a invadir: cada vez es más difícil encontrarse con espacios para encontrarse consigo mismo y con los demás y para ambos el silencio es algo necesario”, recalca el director teatral.

El teatro, dice, le ha educado “en la escucha de la palabra y en el examen de lo que escucho; para estar atento a lo que las personas hacen con las palabras y lo que las palabras hacen con las personas, así como a atender fundamentalmente a la palabra en situación y en acción”, una experiencia con la que confía en contribuir a la labor de la Real Academia desde su silla M.

“Los amigos de mi hija pequeña pensaban que me había tocado la M por ser Mayorga y que me iba a ocupar con las palabras con la letra M. Yo les dije que no me parecía justo porque el de la letra M trabaja más que el de otras letras menos frecuentes”, bromea el dramaturgo.

El próximo académico considera que tanto el anterior director de la RAE, Darío Villanueva, como el actual, Santiago Muñoz Machado, han sido capaces de trasladar a la sociedad y al Gobierno la importancia social que tienen los trabajos de la RAE.

Porque, explica, en la Academia de la Lengua, trabajan muchas más personas que los académicos y aunque son menos visibles realizan “trabajos muy importantes de los que se beneficia toda la sociedad española”.

Mayorga, licenciado en Filosofía por la UNED y en Matemáticas por la UAM, es Premio Nacional de Teatro (2007) y Premio Nacional de Literatura Dramática (2013) por una producción de una treintena de títulos.