La Alcaldía de Río de Janeiro ofreció hoy su ayuda, incluso económica, para evitar que Daros Latinoamérica, una de las más importantes colecciones de arte contemporáneo latinoamericano de Europa, cierre la sede que abrió hace dos años en esta ciudad brasileña.
El secretario municipal de Cultura, Marcelo Calerto, se reunió hoy con los directores de la Casa Daros para ofrecer su ayuda y evitar que el único museo con que cuentan los dueños de esa colección en América Latina cierre sus puertas, informaron hoy a Efe voceros de la municipalidad.
“La ayuda que será ofrecida depende de una negociación e incluye recursos económicos”, según la asesoría de prensa de la Alcaldía.
Este martes, se anunció que la última exposición de obras de Daros en Río será clausurada en diciembre próximo, tras la cual la entidad definirá el futuro del edificio del siglo XIX y estilo neoclásico en la que invirtió casi 25 millones de dólares y seis años de restauración para convertirlo en un importante centro cultural y museo.
En la Casa Daros de Río de Janeiro fueron organizadas en los dos últimos años una veintena de exposiciones con parte de los casi 1.200 trabajos de 117 artistas nacidos o que viven en América Latina que pertenecen a Daros Latinoamérica.
Estas obras de arte moderno pertenecen a una colección que Daros, una entidad privada suiza que colecciona arte contemporáneo, comenzó a montar en el año 2000 para completar el importante conjunto que ya tenía de producciones de artistas europeos y estadounidenses.
El director de Casa Daros, Dominik Casanova, afirmó hoy en una rueda de prensa que la decisión de cerrar la sede obedece al alto costo de mantenimiento y a que Daros prefiere usar esos recursos para financiar la organización de exposiciones temporales en diferentes países latinoamericanos y no exclusivamente en Río.
Según Casanova, por ser una entidad privada sin patrocinio, Casa Daros tiene limitaciones financieras, que se agravaron con el aumento del seguro que protege las obras de arte en Brasil y con las dificultades burocráticas para importarlas temporalmente para cada exposición.
Casanova se abstuvo de informar cuál es el costo de mantenimiento de la Casa Daros y admitió la posibilidad de una negociación que permita que una entidad pública ayude a sustentarla.
“Nos gustaría continuar como una plataforma artística y cultural. Estamos abiertos a propuestas de gobiernos e instituciones”, dijo por su parte el presidente del consejo directivo de la Colección Daros Latinoamérica, Christian Verling.
Los dirigentes de Casa Daros, sin embargo, no descartaron la posibilidad de vender la sede de la entidad en Río de Janeiro y admitieron que pretenden cerrar pocos meses antes de los Juegos Olímpicos que esta ciudad organizará en 2016, precisamente para aumentar el atractivo para posibles interesados.
La última exposición prevista por los administradores de Casa Daros en Río de Janeiro, “Ficción y Fantasía”, será inaugurada el 13 de septiembre próximo e incluirá 140 obras de 15 artistas cubanos.
La Casa Daros en el barrio carioca de Botafogo, con casi 12.000 metros cuadrados, cuenta con una biblioteca de arte contemporáneo latinoamericano compuesta por más de 5.000 obras de consulta, entre libros de arte, periódicos y material educativo, y en la que destacan colecciones completas de revistas de arte como Third Next y ArtNexus.
El espacio, inaugurado hace dos años con una exposición de 75 obras de 10 artistas colombianos, igualmente ofrece un auditorio para 100 personas, un restaurante, una cafetería y una tienda.