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Los Punsetes: “Los 'talent shows' vendieron el camino rápido hacia la fama, pero son como una hamburguesa del McDonald's”

Los Punsetes son, de izq. a dcha: Jorge García (guitarra), Anntona (guitarra), Luis Fernández (bajo), Chema González (batería) y Ariadna Paniagua (voz).

Francesc Miró

No parece casualidad que el artista vietnamita John Pham sea el encargado de ilustrar el sexto álbum de Los Punsetes. Ni que su título, Aniquilación, contraste de forma contundente con los colores pastel y el acabado alucinado de la risografía.

El único libro de Pham publicado en España, titulado J+K  y editado por Fulgencio Pimentel, era en el fondo un divertidísimo retrato generacional que ofrecía una visión bastante pesimista de la realidad de la juventud occidental. El humor y un diseño 'cuqui' escondían un discurso con ingentes dosis de mala baba y críticas a la precariedad, la falta de expectativas vitales y el vacío.

Exactamente lo mismo pasa con Los Punsetes en su nuevo disco: sonidos entre el pop ochentero y el hit de bar y rocola, se mezclan con alma punk, elaborada instrumentación e incluso rodeos de hardcore. Todo amarrado con letras que no por más pegadizas resultan menos ácidas ni perspicaces.

De la universidad al indie español

Cuatro de los cinco integrantes de Los Punsetes se conocieron en la facultad. Eran compañeros en la licenciatura de Comunicación Audiovisual que estudiaban en la Universidad Complutense de Madrid cuando formaron un grupo cuyo nombre era un homenaje evidente al divulgador científico Eduard Punset, fallecido el pasado mes de mayo.

Los Punsetes lanzaron su primera maqueta en 2004 y volvieron a repetir en 2006. Dos trabajos que sumaban un total de doce temas propios con sonidos influenciados por el pop-rock español de los ochenta. Su primer disco, lanzado en 2008, sale editado por su propio sello y con una licencia Creative Commons que permite una descarga gratuita que pronto lo convierte en uno de los debuts más compartidos y populares del momento, escogido entre los mejores del año por diferentes medios especializados y distribuido por Everlasting Records.

Desde entonces, han publicado cinco álbumes, y han pasado a ser una de las formaciones más importantes del indie actual gracias al recorrido de temas que se convierten en prácticamente himnos generacionales como Arsenal de excusas, Opinión de mierda o Tu puto grupoTu puto grupo. Y también, por qué no decirlo, al empujón sonoro que les proporcionó la producción de El Guincho –coautor y productor de El mal querer de Rosalía entre otros–. 

Sin embargo, el álbum que lanzan ahora, Aniquilación, es el primero que se producen ellos mismos. “Esa sería la diferencia fundamental”, explica a eldiario.es Ariadna Paniagua, voz de Los Punsetes. “No diría que hay una gran desconexión entre lo que hemos hecho antes y lo que estamos haciendo ahora, pero al producirlo nosotros creo que este disco suena más a directo, más orgánico”.

Algo que refrenda Luis Fernández, bajista del grupo. “Yo creo que cambia un poco la dinámica. El Guincho en los anteriores estuvo encima de las canciones, los arreglos... esto ha sido más una cosa del grupo”, explica. “Creo que suena más a local de ensayo, tiene esa pegada porque hay menos manos metidas”.  

“También es la primera vez que lo hacemos del tirón, así que entiendo que eso tiene algo que ver con que suene más parecido a un directo, más natural”, puntualiza Luis. Aniquilación se ha grabado, nada menos, que en los estudios del músico asturiano Paco Loco, uno de los grandes de nuestro país en su terreno, que ha trabajado con Nacho Vegas, Enrique Bunbury, Edwin Moses o Hinds, entre muchos otros.

El resultado suena a concierto, desprendido de los ribetes y formalismos más extravagantes –pero interesantes– de El Guincho. Más desnudo, más claro en su propósito y rotundo en su sonido. Pero, de alguna forma, igual de estimulante y contagioso que sus últimos trabajos.

La 'dramedia' de ser músico en nuestro país

Antes de la publicación de Aniquilación el 4 de octubre, la banda lanzó de adelanto algunos de los temas más singulares de su nuevo trabajo. Entre ellos el hit popero Una persona sospechosa o Idiota, un tema más peliagudo en su discurso y más complejo en lo formal.

“Con Una persona sospechosa pasó algo muy raro en nosotros: estuvimos todos de acuerdo en que era un hit y tenía que ser el primer adelanto”, afirma Ariadna Paniagua. “Al fin y al cabo somos cinco y nos cuesta mucho ponernos de acuerdo. Tenemos distintas influencias y gustos y el consenso es raro”, bromea.

Un tema que reflexiona sobre cómo el error y la metedura de pata es constitutiva de lo humano, y que la imagen impoluta que proyecta la persona en sociedad o en redes suele resultar extrañamente falsa. “Antes la gente era más anónima. Ahora cualquier persona está expuesta, con una foto o un comentario, a que otra a la que no conoces de nada y vive en la otra punta del mundo, te critique o quiera quedar por encima”, reflexiona la cantante de la formación. De ahí que uno se cuide de qué imagen proyecta en Instagram, Twitter y demás formas digitales de compartir experiencia vital.

“De todas formas, yo creo que al componerla Manuel [conocido como Anntona, que ejerce de guitarra y compositor] no estaba pensando tanto en las redes sociales como en esa persona del bar que cuando todos se piden una birra, él se pide una tónica”, replica Luis Fernández. “Pero es cierto que te lo puedes llevar a donde quieras, porque al final de lo que hablamos es del comportamiento humano”, resume.

“En el fondo, es la canción que más claramente cumplía con los canones de estribillo, estrofa, entrada de estribillo...”, insiste el bajista. “Por eso con Idiota queríamos lanzar una canción mucho más rara, mucho más oscura. Ese contraste está en el disco”.

En este segundo tema, de hecho, el grupo vuelve sobre una estrategia ya conocida entre sus fans: recurrir de forma clara y sin remilgos a la autocrítica y la sátira musical. Hablar mal de ellos mismos como estrategia defensiva ante una industria musical en la que el nepotismo y la lucha de egos forma parte inherente del sistema.

Una idea que también capta perspicazmente su último videoclip, Vas hablando mal de mí, dirigido por Nacho Vigalondo. En él vemos a los integrantes ejerciendo de jurado en un talent show  ficticio en el que, más tarde, ellos mismos serán juzgados por periodistas culturales y críticos como Noel Ceballos o Luis J. Menéndez.

“Los talent shows vendieron el camino rápido hacia la fama en esto de la música”, opina el bajista de Los Punsetes. “Pero todo forma parte del mismo circo. Es como las hamburguesas. ¿No? Quiero decir, que un McDonald's es más rápido que hacerte una hamburguesa en tu casa. Pero es obvio que lo que comes no es lo mismo”. 

En este sentido, Los Punsetes son muy conscientes de que su marca, sin flagelarse, lleva asociada casi siempre una crítica a sí mismos y a lo que significa ser popular en nuestro ambiente musical. 

“Yo creo que cuando se ejerce la crítica, se debe empezar por uno mismo”, sostiene Ariadna Paniagua. “Que tú critiques algo, ya sea una actitud o una postura, no significa que estés exento de la misma. No te libras de ser un idiota o una persona sospechosa”, cree la cantante. “Es totalmente necesario desdramatizar el tema de los egos en la música. Nosotros optamos por reírnos de eso y no pasa nada. Pero es que no hay ninguna necesidad de meterse con el otro. No hace falta preguntarse si lo que está haciendo el de enfrente es mejor que lo tuyo. Qué pereza, de verdad”.

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