La del Madrid Puro Reggaeton era la crónica de una muerte anunciada. El festival que canceló la Comunidad de Madrid 24 horas antes de su comienzo, y ha dejado a más de 35.000 personas tiradas, ha seguido una trayectoria bastante distinta a la de otros grandes eventos del país.
Los importantes cambios de última hora, incluidas fechas y recintos, las bajas del cartel y las subidas de precios de las entradas han marcado la tónica de la reunión de Daddy Yankee, Natti Natasha, Bad Gyal y otros estandartes del género urbano. De hecho, antes del tirón de orejas de la Comunidad de Madrid, el festival ya había sido denunciado por una plataforma de consumidores.
Nada tiene que ver el evento que nació en 2020 con lo que había preparado la organización para los días 15 y 16 de julio. A pesar de tener la ventaja de acoger uno de los dos únicos conciertos de despedida de Daddy Yankee en Europa, tanto vaivén ha enfadado a los asistentes, que se han organizado contra la organización para exigir una compensación. Algunos denuncian haber perdido hasta 600 euros (300 de entradas y 300 de transporte y alojamiento, siendo estos últimos irrecuperables a no ser que los subsane el festival).
Aunque al Madrid Puro Reggaeton le costó anunciar su cancelación, fuentes de la Delegación del Gobierno en Madrid confirmaban este viernes a elDiario.es que no sabían nada de su celebración. Aseguraban que su última información, procedente de la Comunidad de Madrid, denegaba la solicitud del festival “por ser extemporánea, además de suponer un riesgo tanto para la seguridad como para la movilidad de las personas”, según el Ayuntamiento de la ciudad.
El jueves por la tarde la Comunidad ya había anunciado su negativa, pero el festival no comunicó nada a los asistentes. Tan solo tumbó su página web. Por eso, el viernes a mediodía había gente haciendo cola a pleno sol porque la organización les transmitió sus esperanzas de seguir adelante. La cancelación definitiva llegó a las 13:20 por parte del Madrid Puro Reggaeton, mediante una publicación de Instagram: “Las instituciones han decidido que más de 40.000 personas nos quedemos sin vivir este hito histórico hoy”.
Cambio de localización y denuncia
El Madrid Puro Reggaeton debía abrir sus puertas a las 16:15 del viernes en el estadio Wanda Metropolitano, localización que anunciaron con dos días de antelación, el miércoles de esta semana. Hasta ese momento iba a celebrarse en la Caja Mágica, con aforo para 18.000 personas. “En el anterior recinto teníamos ciertas limitaciones que iban a impedir que disfrutárais de la mejor manera posible”. La bomba la dejaron caer en las redes sociales antes de desvelar que se mudaban al estadio de fútbol del Atlético de Madrid. Y con este traslado llegaron las sorpresas.
La Comunidad de Madrid declaró que el plan de seguridad del festival hacía aguas. El viernes por la mañana el gobierno autonómico emitió un comunicado en el que acusaban a la organización de entregarlo fuera de plazo (tres días antes de la celebración del evento, cuando lo mínimo son 30) y de presentar numerosos errores. Por ejemplo, el servicio de atención de incendios no había recibido la documentación necesaria y el plan de movilidad no estaba adaptado al Wanda, sino que entregaron el de la Caja Mágica. Tampoco pidieron la exención de límites sonoros ni se reunieron con los responsables de seguridad de la Comunidad.
Madrid Puro Reggaeton, por su parte, asegura que había abonado ya la tasa de celebración a la Comunidad de Madrid, correspondiente a unos 30.000 o 40.000 euros. El portavoz del festival acusó a las administraciones madrileñas, la local y la autonómica, de proponerles en el mes de junio que se mudaran al Wanda. La Comunidad de Madrid desmiente esto último, según han confirmado a elDiario.es. Según ha confirmado El Periódico de España, ni siquiera contaban con la autorización para la Caja Mágica y aún así siguieron vendiendo entradas.
Por otro lado, aunque supuestamente llevaban un mes preparando el festival en el Wanda Metropolitano (de competencia local), los asistentes fueron informados del cambio el 12 de julio.
La organización llevaba un mes preparando el festival en el Wanda, pero a los asistentes les informaron dos días antes
La empresa organizadora Con la música a otra parte 2020 AIE, presume de ser una de las mayores promotoras musicales en nuestro país y de celebrar cada año “medio centenar de conciertos, giras y eventos multitudinarios de éxito a los que asisten eventos más de 300.000 personas”.
Aunque se estableció en 2020, como su nombre indica, detrás de ella están dos conocidos hermanos de Cádiz con 30 años de experiencia en eventos, como la organización de las giras de Ricky Martin o Estopa, o del festival Dreambeach en Almería. “Poseemos un historial limpio de incidentes relacionados con la seguridad”, aseguraron en un comunicado remitido a la prensa. Sin embargo, sus deficiencias de comunicación y prevención no son nuevas.
El miércoles se despejó una incógnita sobre el último cambio: la Caja Mágica no les servía porque habían vendido 35.000 entradas gracias al reclamo de la gira final de Daddy Yankee. Pero en el Wanda, solo unas 4.000 personas iban a disfrutar de los conciertos en la zona del campo o la pista frente al escenario. Serían los que compraron el pase “oro” o “platino”, por 110 y 140 euros respectivamente. El resto, a las gradas. El festival pretendía repartir a esas 30.000 personas sin ningún orden prestablecido en el anfiteatro y durante diez horas seguidas de conciertos.
“Estaréis en gradas, pero de pie, con sombra y amplias zonas para moveros libremente”, respondía a los usuarios por redes sociales –privadas, ya que en las públicas bloquearon los comentarios–. Tampoco habían diseñado un nuevo plano que reflejara las zonas de restauración, barras, baños o salidas de emergencia. La Policía Municipal, del Ayuntamiento, y la Comunidad de Madrid encontraron estas razones como suficientes para paralizar el evento, según confirman fuentes de esta última a elDiario.es. Durante todo este tiempo la organización no emitió justificación alguna a los asistentes.
De lo único que informó el Madrid Puro Reggaeton era de que no dejarían introducir comida ni bebida, ni siquiera una botella de agua, lo que les costó una denuncia interpuesta el jueves por parte de la organización de consumidores Facua. “Es una cláusula abusiva que hemos denunciado ante la Comunidad de Madrid, la Oficina de consumo de Madrid y la de Andalucía, ya que la empresa organizadora tiene su sede en Granada”, dijo su presidente, Rubén Sánchez.
Sin embargo, la crisis de consumidores ha dejado el tema del agua y la comida atrás y ha tomado un cariz mayor con la cancelación. Además del reembolso íntegro del dinero de las entradas, los afectados tienen derecho a reclamar daños y perjuicios, “que en este caso sería el pago de los billetes de transporte y alojamientos hoteleros cuyo dinero no vayan a recuperar o de los que sólo puedan recuperar una parte”, informa Facua.
Reajustes de cartel de última hora
El Madrid Puro Reggaeton comenzó su andadura a principios de 2020, cuando anunció que debutaría el 26 de junio de 2020 en el recinto de Ifema con un cartel plagado de referentes de la música latina, incluido Bad Bunny. Las primeras entradas salieron a la venta entonces por un precio de entre 27,5 euros y 35.
Con la pandemia, el festival se canceló y prometió plantear una nueva fecha para cuando se levantaran las restricciones. Ese reajuste cayó el 25 y el 26 de junio de 2021, con un día extra, un cartel totalmente nuevo, en otro recinto [la Caja Mágica], y por un precio muy superior. Las entradas empezaron entonces a rondar los 80 euros.
En abril de este año, de pronto, el festival anunció que cambiaba de nuevo sus fechas sin dar mayor explicación. Se iba a realizar del 15 al 16 de julio. Más tarde confirman que lo hacían para acoger el último concierto de Daddy Yankee en la capital, que anunció su retirada definitiva el pasado mes de marzo. El resto del cartel desapareció y fue confirmando poco a poco presencias antiguas y nuevas. Ya entonces, el festival se enfrentó a una avalancha de críticas en las redes sociales.
Aprovechando el nuevo fichaje estrella, el festival lanzó más abonos vip. De hecho, pusieron en venta reservados con baño propio y sitio para sentarse por un precio de hasta 8.000 euros. También anunciaron a bombo y platillo la instalación de una noria para competir con la estética del Mad Cool. Todo eso había desaparecido del mapa del Wanda Metropolitano estos últimos días. En respuesta, varios grupos de asistentes se organizaron en contra del que califican “Madrid Puro Timo Festival”, llegando a redactar un comunicado con todos los inconvenientes.
Han creado una campaña en Change.org para solicitar una indemnización por los sucesivos cambios de fechas, localización y condiciones de las entradas y amenazan con aparecer el viernes con cartas de reclamación para imponer una demanda conjunta. También denuncian que el festival ha hecho desaparecer del cartel a artistas, como Ptazeta, Jhay Cortez o el Jincho, sin dar mayores explicaciones a los consumidores.
Por ello, han abierto también un perfil de Instagram –MadridReggaetonEnfurecido– para asesorar legalmente a quienes pidan la devolución de las entradas o quieran poner una hoja de reclamaciones.