Duki, el primer rapero en llenar el Bernabéu: “Al preocuparnos por llegar al número uno, estamos matando la música”

Raúl Novoa

6 de junio de 2024 19:58 h

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Cuando Mauro Ezequiel Combarro volvía a su casa escuchando hip-hop después de trabajar como repartidor, probablemente no se imaginaría dónde estaría ahora. De familia humilde, del barrio porteño de Almagro, en Argentina, Duki —el nombre artístico de Mauro— nunca destacó por sus estudios. Tras repetir varias veces curso, tuvo que ponerse a trabajar pronto para ayudar a su madre con las facturas de casa. A él siempre lo motivó la música y, en concreto, el rap. Diez años después de conducir motos entregando paquetes de casa en casa, está a punto de dar su primer concierto en el Santiago Bernabéu ante casi 70.000 personas con un cartel sold out desde hace cuatro meses. Se ha convertido en el máximo exponente de la música urbana en castellano y en el impulsor de toda una escena argentina que ha llegado a un plano internacional. 

“Empezamos tocando pa’ 30 personas y ahora te llenamos lo’ estadio”, canta en su sesión #50 con Bizarrap. Duki cumple su profecía. Pero su éxito no es nuevo ni fugaz: hace poco más de un año llenó dos veces el WiZink Center de Madrid y el Palau Sant Jordi de Barcelona. Venía de una gira por toda Latinoamérica y continuó haciendo lo propio en cinco ciudades de EEUU. En Argentina ya ha tocado en estadios de fútbol como el de Vélez o el del River Plate. Sus actuaciones ante decenas de miles de personas justifican  sus cifras estratosféricas en streaming: 19 millones de oyentes al mes y 7,8 billones de reproducciones en Spotify. Duki cuenta la vida de muchos jóvenes. Su historia es la de un chaval con los problemas de alguien de clase media-baja que vio su refugio en la música. “El primer rapero argentino en haberse pegado que sea de mi barrio. Y no teníamos nada, nos faltaba tanto pero le metí como un warrior”, canta en la misma canción con el superproductor argentino.

Duki llega a la convocatoria de medios previo al concierto seguro de sí mismo. De complexión delgada, tatuajes en la cara, vestido de negro y con su colgante brillante del que cuelga una ‘D’. Unas 100 personas llenan la sala reservada para los medios de comunicación. Antes de empezar, queriendo ser humilde y educado, se presenta: “Soy Duki. Gracias a la gente que está aquí y por todo el amor que me dan”. Lo primero que le preguntan es qué le diría al joven Mauro si lo tuviese delante. “Nada, porque hubiese cambiado el orden de los acontecimientos e igual no estaría aquí”, zanja. Eso sí, “nunca en tu vida te imaginás que vas a tocar en el Bernabéu”, confiesa con su marcado acento argentino. 

Acaba de haber dos conciertos seguidos de Taylor Swift en el Bernabéu. Duki no será el único hispanohablante que actúe en el estadio del Real Madrid este año, pero sí el primer rapero. Hay quien critica que, para lograrlo, su música debe ser mainstream. “Yo no me considero mainstream. Creo que de lo que hablo en mis canciones no habla el resto. Me gusta que mis oyentes se sientan identificados. Sé que hay gente que dice que para tocar en un Bernabéu o en un pabellón argentino parece comercial, pero no tiene que serlo”, responde al planteárselo. ¿Podría llenarlo dos veces, como la norteamericana? Duki agradece cada pregunta que le formulan, pero responde claro: “Con una está bien [risas]. Una cita como esta prefiero hacerla una vez. A veces, cuando los artistas tenemos dos fechas importantes, te ves el primer día del concierto en medio del show acordándote de qué tienes que hacer el día siguiente. Prefiero disfrutarlo como algo especial”. A ‘Duko’ le queda toda una gira europea; tocará también en junio en Milán, Berlín, Londres y París. 

Sus discos son Súper Sangre Joven, Desde el fin del mundo y Antes de Amerí. En ellos mezcla rap, reguetón y trap, con melodías rockeras y hasta acústicas. Su siguiente álbum será Amerí, del que no se conoce fecha. En él ya ha prometido que volverá al rap. Para él, este título corresponde al planeta, que también es un estado de ánimo e implica un viaje que se hace “con la cabeza en el cielo pero los pies en la tierra”. Al preguntarle si saldrá este 2024, Duki esboza una sonrisa, mira hacia abajo y contesta con un “veremos”.

Argentina al cuello

El éxito de la música urbana argentina y el de Duki van de la mano. Uno no se entiende sin el otro. Mientras en España, EEUU, Francia o Puerto Rico ya empezaban a sonar estilos novedosos como el trap en 2015, en Argentina seguían anclados en el rock. Pero llegó el Quinto Escalón, una competición de rap freestyle en Buenos Aires de las que salieron estrellas como Duki. Él fue el primero en ganarla. Incluso ha contado en varias entrevistas cómo el día de la semifinal faltó el trabajo para poder participar. Todo por un sueño. ¿El premio? Grabar su primera canción. No vendo trap, junto a Bizarrap, fue el título que le puso. La canción alcanzó millones de reproducciones en los primeros días. El resto es historia. 

A la espalda lleva la bandera argentina. Los Nicki Nicole, Milo J, Neo Pistea, Ysy-A, Bizarrap o Trueno han estado siempre “bancados” por Duki. Se le considera el rey del trap de su país y siempre que puede, promociona a alguno de sus artistas o incluso hace canciones con los más emergentes. Argentina pedía música urbana y Duki se la dio y la puso en la escena internacional. Todo, bajo el contexto de la música creada en internet. De una juventud que se grababa en estudios caseros para subir canciones a YouTube. “Soy famoso en la tele sin tener apariciones”, canta Duki en Rockstar 2.0. 

Para él es un orgullo llevar su bandera allá donde vaya. “La gente sabe mi historia, como me moví… Si encuentras eso que te moviliza puedes comerte el mundo. Algo que tenemos los argentinos en el mundo es que salimos fuera, y peleamos pase lo que pase”, relata. “Venimos de Argentina, que parece que es el tercer mundo, que tenemos menos posibilidades. Sabemos que siempre afectó; todo llega como cinco años más tarde. Las placas de audio no llegaban. Por eso ir fuera es levantar la bandera y decir: podemos lograr nuestros objetivos. Además, tenemos algo innato, y es que que amamos nuestro país”, finaliza entre risas. Él sabe que viene “de una tierra en crisis”, como canta con el rapero argentino-español Dano en Santo Grial. Al respecto de la situación política de su país, compartió la carta de la cantante Lali Espósito a Milei, en la que se pide no demonizar a la industria cultural ni a los que piensan distinto. 

El ‘Duko’ ha colaborado con artistas españoles como Quevedo, Sticky M.A o C. Tangana. Siempre se ha mostrado fan de la escena española. “En España son samuráis del rap. Conozco a muchísimos raperos y traperos españoles. Creo que ahora hay más unión que antes. La fuerza canaria se nota y llega más lejos. Es algo que faltaba desde hace tiempo. Siempre fueron muy buenos a nivel musical, producción y audiovisual. Todo lo artístico acá en España, está en otro nivel”, elogia al preguntarle. 

La importancia de la salud mental

Antes de este concierto en el Santiago Bernabéu, Duki ya había actuado en dos grandes estadios de fútbol: el de Vélez y el de River Plate a finales de diciembre de 2023. Antes de actuar en el Monumental —el de River— abandonó una rueda de prensa, llorando, tras haberle preguntado qué era lo siguiente. Él contestó diciendo que a veces se siente superado, que cuando no tiene objetivos le es complicado continuar. Incluso en otras entrevistas, confesó: “Me tiene repodrido ser Duki”. Durante el concierto, lo explicó todo. “La tristeza es lo que nos hace fuertes. No es un sentimiento feo. Si estás triste háblalo, cuéntalo, díselo a la gente. Yo soy hombre y lloro desde que nací. Viví triste toda mi vida y gracias a eso me hice fuerte. Si tienen problemas de ansiedad, mentales, intenten salir adelante: la vida es una y es hermosa. Hay gente que lo tiene más difícil que el resto y es la verdad, pero esas cosas te hacen fuerte y si la pelean, el mérito va a ser doble. Eso va a hacerte más fuerte”. Con este discurso se ganó el aplauso de sus fans. 

El argentino aprovechó la rueda de prensa en Madrid para explicar lo sucedido: “Hace un par de meses tuve dos estadios en Argentina. Acercándome a la fecha estaba sintiendo que estaba cumpliendo todas las metas en mi carrera. Con lo cual me dio una depresión linda. Me hizo entender que no importa la magnitud de lo que estás haciendo, sino cuánto te llene y cuánto te gusta”. Pero ya está mejor. “Fue hermoso arrancar el año haciendo festivales en Argentina, donde volví a tener esos nervios por actuar. Me quedé con esa sensación, ese sentimiento, más allá que una meta. Hoy me preparo para el Bernabéu más para disfrutarlo que como una meta”.

Pero, ¿y después del Bernabéu y la gira europea? ¿Ha quemado todo? Duki es un artista de procesos. Su fama ha llegado en varios años y no de forma exponencial, como otros artistas de la actualidad. Él tiene claro lo que quiere: disfrutar. “La gente que tal vez aún no llegó a triunfar, quiere el éxito rápido. Todo el tiempo se fuerzan por conseguir las visualizaciones. El proceso es otro. Es estar encerrado en el estudio 24 horas al día y mejorar. Cuando una canción te gusta, la sacas. La gente está muy desesperada por ser conocida y, a veces, la capacidad de ser famoso, de ser conocido, de tener éxito, no te lleva a nada. Por eso la gente termina por cualquier lado”, lamenta al respecto. ¿La clave? “Es más entender qué es lo que uno disfruta, lo que vos podés darle al mundo. ¿Qué música podés darle a alguien para que llore con eso, para que se inspire con eso? Y no pensar saco este tema porque me voy a pegar y me compro el auto y la cadena y… eso te mata, te come el cerebro”.

Pero para él, la industria musical tiene problemas. “Hubo momentos que venía al estudio pensando si iba a ser número uno en spotify Global. ¿Qué hablamos, hermano? No tiene sentido pensar en tops globales de Spotify. Eso no le da legitimidad a tu música. No es mejor o peor porque esté número uno en Spotify, no es un medidor de eso, es de qué le gusta la gente a nivel masivo, que está bien, pero cuando todos los artistas estamos preocupados por sacar algo y que sea el número uno en Spotify, le sacas la vida a la música”. Esto origina una rueda en la que, dice: “todos los artistas estamos sacando diez temas por semana, matando la música poco a poco, las industrias, las marcas se aprovechan de todo eso y, en dos años, nos vamos a haber fumado la música”. 

Sabe que no es el único. ¿Cuántos artistas hay ahora que sacan un tema y triunfan? “El Quevedo, el Milo, el Thiago, esos chavales son jóvenes y ahora sacan un par de temas y en uno o dos años están tocando en estadios ante miles de personas y tienen millones de views? Y tampoco es fácil para ellos”, comenta. “La mayoría tiene que aguantar presiones, cogen depresiones… Pero yo creo que es eso.. que tienen que disfrutar sobre todo. Si vos querés que te escuchen es porque tienes que dar algo a cambio. Piensa en cómo se va a sentir la persona que te escucha: si va a cantar, si va a bailar, si va a saltar o si la va a disfrutar”. Al acabar, todos los medios presentes aplauden su discurso.

Antes de acabar la rueda de prensa, Duki dejó subir a un fan allí presente para que le diese un regalo. Pero no iba a ser su última sorpresa. Le dijeron a su madre que le hiciese la última pregunta. “¿Te das cuenta qué te distingue y por qué llegaste acá?”, le preguntó Sandra. Duki no pudo evitar emocionarse al ver a su madre, su padre y su hermano en la sala. “Creo que lo que me trajo acá es mi gente”, respondió entre lágrimas. “Yo llego a cualquier lado tranquilo y jamás nadie me faltó al respeto. Sigo siendo la misma persona que era. No sé si soy famoso o no, pero yo le juro que soy la persona más libre del mundo, la gente me trata así, la gente se siente partícipe. Sin ellos no sería nada, mi público sabe que tenemos una relación de amor y es por ello que estoy acá”. “¡Sos auténtico, Mauro! Eso no lo pierdas nunca”. Y sí, Duki es de los hombres que lloran. Lo ha demostrado y eso no le resta valor como artista. Lo hace más humano.