Pablo Hasél cumple la mitad de su condena en la cárcel: “No me arrepiento, estoy orgulloso de oponer resistencia”

Nando Cruz

14 de febrero de 2024 22:22 h

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El 16 de febrero se cumplen tres años de la entrada en prisión del rapero catalán Pablo Hasél. Desde entonces, su voz apenas ha traspasado los muros de la cárcel de Ponent (Lleida) donde está a punto de completar la mitad de la condena.

Hasél tiene dos condenas que suman dos años y nueve meses de cárcel por enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona en canciones y tuits, a las que se le añadieron otras dos penas de cárcel. Una es por agresión a un periodista y otra por obstrucción a la Justicia y amenazas a un testigo de un juicio en el que se absolvió a varios policías de Lleida acusados de agredir a un activista. Todo ello suma algo más de seis años y dos meses de cárcel. Pablo Rivadulla Duró (su nombre real) no obtendrá la libertad definitiva hasta el 14 de abril de 2027.

Coincidiendo con el tercer aniversario de su encarcelamiento, se ha publicado Open Letter To Pablo Hasél, canción compuesta para recordar al mundo que en España hay un rapero encarcelado por delitos de opinión. La idea fue del pianista Albert Marquès, que meses atrás grabó un disco con Keith LaMar, convicto estadounidense que lleva casi tres décadas en el corredor de la muerte de una prisión de Ohio. Marquès contactó con Hasél a través de la plataforma No Callarem, pero a Hasél no ha podido participar en la grabación. El rapero estadounidense Samuel Omare y el productor Hermes LeBleu han completado la pieza.

La siguiente entrevista, una de las pocas que ha concedido, se ha realizado por escrito. Ese formato sí se le permite, en cambio, por una entrevista reciente con una radio, ha sufrido una sanción. Según explica el Departament de Justícia de la Generalitat, hacer una entrevista con “un medio de comunicación audiovisual” sin autorización previa “se considera un mal uso del derecho a las comunicaciones y es objeto de sanción”.

Siendo sus delitos, principalmente, sus opiniones, ¿a qué le suena la palabra reinserción y en qué sentido percibe que su paso por la cárcel va a reinsertarle?

La ‘reinserción’, en general, es una auténtica farsa, al nivel de ‘la ley es igual para todos’. No ofrecen oportunidades dignas para que los reclusos abandonen la delincuencia y además los primeros que la ejercen son los poderosos que jamás pisan la cárcel. En el caso de los presos políticos como yo, no tenemos que reinsertarnos porque estamos bien insertados defendiendo intereses populares, con una vida íntegra. Los represores llaman ‘reinserción’ a que los luchadores acatemos su orden terriblemente injusto, criminal y putrefacto; para eso se ensañan. Pero un revolucionario solo puede reafirmarse aún más si cabe en estos pozos, viendo más injusticias flagrantes y siendo castigado por pelear por intereses colectivos. Así que no van a lograr su objetivo. No me arrepiento, estoy orgulloso de oponer resistencia.

Los presos políticos que no renegamos de la lucha por la que nos encarcelaron y rechazamos realizar el programa de tratamiento enfocado al arrepentimiento no tenemos beneficios penitenciarios

¿Cuáles cree que son las dinámicas que buscan su reinserción y cuáles cree que están más enfocadas a la represión y el castigo?

Ambas cosas van ligadas. Voy a poner un ejemplo que ilustra bien el timo. Otro preso de mi módulo y yo intentamos estudiar un ciclo y nos pusieron tantas dificultades que tuvimos que dejarlo. A él incluso le recomendaron no estudiar, ¡cuando en teoría han de fomentar el estudio y cobran por ello!

Los presos políticos que no renegamos de la lucha por la que nos encarcelaron y rechazamos realizar el programa de tratamiento enfocado al arrepentimiento no tenemos beneficios penitenciarios. Es decir, que cumplimos la condena hasta el último día. De lo contrario, cumplido un cuarto de la condena hubiera tenido permisos y por la mitad ya estaría fuera. Llevaría tiempo en la calle si me hubiera arrodillado. Pero no luché para luego legitimar la represión y no mantenerme firme ante esta; eso sería una falsa libertad. Una humillación, una traición a la causa y a mí mismo que evidentemente la conciencia hace imposible. Cuando uno dice que está mal la lucha que ha llevado a cabo, aparte de denigrarse, está legitimando que también se castigue a otros que hagan lo mismo. ¿Cómo voy a decir que lo mejor que un ser humano puede hacer, servir al bien común, es erróneo? Precisamente hace falta enaltecer la lucha y más en estos tiempos. Así es como la intención de su castigo fracasa.

La música es una de las herramientas que se utilizan en los centros penitenciarios para hacer más llevadera la vida de los convictos. En algunos centros de Catalunya incluso se ofrecen talleres de rap. ¿Los hay en la prisión de Ponent? ¿Ha participado en algún taller de este u otro tipo?

Aquí no hay talleres de rap. A lo que llaman ‘talleres’ es a la sobreexplotación de los presos que van a coser por una miseria; entre otras cosas, sacos para cadáveres.

En teoría, nuestra condena es la privación de libertad, no de música. Deberíamos tener acceso a la que nos plazca. Es una de las cosas que me ha jodido más porque me gusta mucho escucharla y descubrir cosas nuevas

¿Puede escuchar música grabada en la cárcel? ¿Tiene televisión, reproductor de CD o reproductor de mp3? ¿Cómo obtiene la música y qué tipo de músicas escucha? ¿Me puede poner ejemplos de discos, artistas o canciones que le hayan acompañado a lo largo de estos meses?

He escuchado canciones de flamenco o de rap de presos que las han grabado aquí. Tengo televisión y reproductor de mp3. Conseguir la música que uno quiere ha sido muy difícil durante muchísimo tiempo. Ahora hay alguna facilidad más en informática, pero lógicamente no toda la que quisiéramos.

En teoría, nuestra condena es la privación de libertad, no de música. Deberíamos tener acceso a la que nos plazca. Es una de las cosas que me ha jodido más porque me gusta mucho escucharla, descubrir cosas nuevas, etc. Escucho canciones de multitud de géneros y últimamente ando muy centrado en las bandas sonoras de películas. Me apasionan y además me inspiran para escribir. Una de mis favoritas es la de El último samurái, de Hans Zimmer.

Por poner ejemplos de algunas de las canciones que más he escuchado aquí: A Change Is Gonna Come, de Sam Cooke. Es muy esperanzadora y me anima. Behind The Enemy Lines de Dead Prez habla de la cárcel, de los presos políticos y es uno de los grupos que más me marcó para hacer rap revolucionario. Poema Dels Oprimits, de Ken Zazpi, habla de lucha y represión. Y Vientos de octubre de RPG-7. También he quemado mucho las canciones revolucionarias irlandesas o las de Grup Yorum, un grupo comunista turco con miembros encarcelados.

¿Me puede resumir su régimen de visitas y contactos con el exterior ya sea físico, por teléfono, correo electrónico...?

Dos visitas semanales de media hora en locutorios a través de un cristal. Un vis a vis al mes con mi compañera de cuatro horas y 25 llamadas semanales de ocho minutos cada una. Antes había menos llamadas y no las han subido únicamente por las reiteradas quejas, sino porque suponen un gran negocio. Cada llamada cuesta un euro y los fines de semana o en según que horarios, dos. No tenemos acceso a correo electrónico. Esas son las comunicaciones a las que tenemos derecho todos los presos, además de las de abogados, excepto cuando hay sanciones graves. Hay presos que reciben algún vis a vis extra por realizar algunos trabajos no remunerados.

Solicité grabar música porque todos los presos que quieren pueden hacerlo en la actividad musical y el propio profesor me lo ofreció cuando llegué. Luego le dieron el toque y vinieron las evasivas sin hablar claro. No me lo permitieron

¿Ha solicitado poder grabar música en la prisión? ¿Sabe de otros presos que hayan grabado canciones? Si se le ha denegado, ¿qué justificación le dieron?

Lo solicité porque todos los presos que quieren pueden hacerlo en la actividad musical y el propio profesor me lo ofreció cuando llegué. Luego le dieron el toque y vinieron las evasivas sin hablar claro. Venían con la excusa de que primero tenía que hacer clases de guitarra en la actividad musical, cuando a otros presos les graban enseguida. Para desmontarles el pretexto, acudí unos meses a las clases de guitarra y solfeo, pero tampoco me lo permitieron. Ante mis quejas, corroboré que las órdenes venían de arriba. No me han dado un argumento, pero es evidente que es un castigo por no doblegarme. También, para desenmascarar la prohibición, les dije que grabaría canciones sin el contenido por el que he sido encarcelado, dejando claro que la censura es repugnante porque la Generalitat se llena la boca de libertad de expresión. Pero no me dejaron ni grabar una canción para mi compañera o para mi madre. La prueba más palpable de que es por joder y punto.

Esto incumple su código penitenciario que dice que no se puede discriminar a un preso por razones ideológicas. Pero, vamos, incumplen numerosos puntos en incontables asuntos quienes luego nos repiten hasta la saciedad que cumplamos la ley que ni ellos respetan.

¿Puede describirme su actitud dentro de la cárcel en términos de cooperación o enfrentamiento a las diferentes disciplinas internas? ¿Cree que su actitud es un agravante para que no se le permita grabar? ¿Y que no dejarle grabar es, por lo tanto, un castigo a su actitud? ¿O cree que precisamente por su condición de persona presa por sus opiniones políticas es imprescindible que no grabe ninguna canción que pueda ser escuchada fuera de la prisión?

El hecho de no realizar el programa de tratamiento, que es un lavado de cerebro fascista en el que pretenden que realice cursos de corrección de actitudes y pensamientos al lado de muchos que han cometido atrocidades, es para ellos un mal comportamiento porque el objetivo de la condena es mi sometimiento. La Generalitat es tan opresora que equipara la defensa de derechos y libertades a las violaciones, pues los cursos se hacen al lado de violadores, maltratadores, pederastas, etc. Lógicamente no los realizaría bajo ningún concepto porque no he de corregir mi rebeldía, pero estas condiciones aún ponen más de relieve cómo actúan. No puede ser que si esto sucede con Franco se le llame fascismo y si se impone en nombre del progresismo sea baladí, cuando aún adquiere mayor gravedad y repugnancia.

Tampoco les gusta un pelo que dentro de la lucha que llevo a cabo denuncie las condiciones inhumanas de la cárcel ―especialmente en Catalunya, la de Ponent, que literalmente se cae a cachos y tiene plagas de chinches, cucarachas y ratas, como incluso han denunciado sindicatos de carceleros―, la farsa-negocio que es esta o las políticas en general del Govern. Esto aumenta su inquina y si no me han jodido aún más es porque saben que no me quedaré de brazos cruzados y que fuera hay mucha solidaridad.

Si me hubiera rendido no solo accedería a beneficios penitenciarios. También me hubieran permitido grabar canciones inofensivas para ellos.

¿Podría grabar canciones en Ponent si estas no salieran de la cárcel o ni siquiera se le ofrece esta opción?

No, no se me permite.

¿Qué estamento impide que grabe música?

Instituciones Penitenciarias, el Departament de Justícia. Pero lógicamente, en colaboración con los tribunales que me condenaron. En definitiva, con el resto del régimen. No actúan por separado en cuestiones de este calado. El colaboracionismo de la Generalitat en multitud de casos represivos es un no parar.

En Estados Unidos, el convicto Keith LaMar ha podido grabar un disco desde el corredor de la muerte con el pianista de jazz Albert Marquès. ¿Cómo se explica que usted, con una condena mucho menor que responde a un delito mucho menos grave, no pueda grabar música desde la cárcel?

Este ejemplo lo resume todo. Estoy encarcelado por una lucha revolucionaria y eso los Estados capitalistas en general es lo que más combaten. Aún mucho más, un régimen como el español, en el que no hubo ruptura con el fascismo ni depuración alguna. No hay otro caso como el mío en Europa y en tantos otros lugares.

¿El régimen penitenciario es más estricto en España que en Estados Unidos o simplemente es más estricto con usted?

No conozco con precisión el régimen penitenciario estadounidense, aunque me consta que también es muy duro e igualmente se ceba con los luchadores. Pero incluso en las entrañas de la bestia imperialista hay más libertad de expresión que aquí. Lo que a mí me sucede puede ser una novedad en cuanto a que en la farsa ‘democrática’ se encarcele a un artista, pero no es ninguna novedad en cuanto a que se castigue especialmente a los presos políticos. Muchos encarcelados durante décadas han sufrido y sufren golpes mucho más duros, como los [prisioneros] que no son liberados pese a tener enfermedades graves.

¿Qué sensación te produce no poder explicar con su propia voz lo que siente en estos momentos y tener que delegar ese papel en otro rapero, el estadounidense Samuel Omare para el tema con Albert Marquès?

La música para mí siempre ha sido un desahogo, además de un medio para transmitir y denunciar. Claro que echo de menos poder vomitar las entrañas grabando; y más, en una situación como esta. Pero no solo por este contexto, sino por el genocidio que sufre el pueblo palestino y por tantas otras atrocidades más. No delego en otro rapero porque no graba una letra mía. Es más una muestra de solidaridad suya y de Albert, una defensa de la libertad de expresión.

Mucha gente, cuando escuche la canción, y aún agradeciendo el esfuerzo y la cooperación del rapero neoyorquino Samuel Omare, se preguntará, ¿ningún rapero español podría ser la voz de Pablo Hasél en esta canción?

Ha habido solidaridad por parte de algunos raperos, pero muy poca a efectos prácticos. Como el resto del mundo del arte y de la cultura, es un panorama muy individualista, cobarde y mercenario. No comprenden o no quieren comprender cuánto nos jugamos en la defensa de la libertad de expresión u otros derechos y libertades. Algunos lo saben, pero se ponen vendas de billetes. Sí se podría haber contado con alguno para la canción como sí se ha podido contar para otras cosas, pero la idea que comparto con Albert es que se refleje la importancia de la solidaridad internacionalista.

¿Se le permite publicar libros de poemas como Poemas para atravesar las rejas (2022) o el más reciente Erosionant murs (2023) pero no grabar canciones? ¿Resulta menos peligroso un poemario que una pista de audio?

No pueden prohibirme escribir, aunque realmente el contenido sí está prohibido, porque imponen condenas para intentar condicionar lo que escribimos. Han demostrado en numerosas ocasiones que literalmente es ilegal denunciar según qué hechos objetivos u opinar según qué cosas sobre los poderosos. Otra cosa es que no puedan condenar a todo el mundo. Para eso están los castigos ejemplarizantes, los cabezas de turco.

La voz, y más en estos tiempos, puede llegar mucho más lejos que algo escrito. Por eso puedo realizar entrevistas escritas, pero no grabadas con audio. Acaba de llegarme una sanción de 15 días quitándome una hora y media de patio por las tardes por haber realizado una entrevista por teléfono para la radio.

Lo más doloroso es la distancia forzada con mis seres queridos más cercanos, la falta de una mínima libertad para cosas tan básicas como comer algo decente o pasear al aire libre y los problemas de salud que me han generado

Estamos hablando solo de música. ¿Es el musical el aspecto en el que más le duele no poder desarrollar su vida como lo haría en el exterior?

No, lo más doloroso es la distancia forzada con mis seres queridos más cercanos, la falta de una mínima libertad para cosas tan básicas como comer algo decente o pasear al aire libre y los problemas de salud que me han generado.

¿Hay otros aspectos de su vida en prisión en los que considera que se están vulnerando sus derechos?

No recibo todo el tratamiento que necesitaría para la enfermedad que me diagnosticaron aquí, la [Enfermedad] de Crohn. Es estomacal y no tengo acceso a la dieta adecuada. Si me realizaron las pruebas en condiciones fue gracias a la lucha exterior, pues los Mossos vulneraban el derecho a la intimidad y la enfermedad se agravó por la tardanza. Las condiciones tan indignas de esta prisión ―valga la redundancia― también vulneran los pocos derechos que tenemos como presos. Uno de las más graves es la ausencia de timbres en las celdas para avisar de madrugada si hay una urgencia, como en teoría tiene que haber.

A punto de cumplir tres años en prisión, ¿cuál es su misión en Ponent?

Continuar aportando a la lucha y aprovechar el tiempo para mejorar.