“El concepto fue de Eduardo, el nombre de Tele y la música de Jesús”, decía el descubridor y mánager de Triana, Javier García Pelayo. Era verano del 74 cuando Juan José Palacios “Tele” unió sus baquetas a la voz de Jesús de la Rosa y las cuerdas de Eduardo Rodríguez Rodway, de la banda Tabaca. De esta tríada capitolina del rock andaluz nació el germen de todo un movimiento que mezclaba las bases que llegaban desde archipiélago británico con ritmos flamencos. Tabaca fue la semilla de Triana, pero esta última abrió las puertas a grupos como Guadalquivir, Medina Azahara, Imán Califato Independiente y Alameda.
Los sevillanos consiguieron comprimir las 24 horas en un single doble con Luminosa mañana y Recuerdos de una noche. Y aunque su disco debut solo vendió 19 copias en la primera remesa, El Patio se ha mantenido vigente 40 años hasta llegar incluso a una tercera generación de oyentes. A pesar de que tuvo un comienzo modesto, este álbum sería la banda sonora oficial del grupo, si bien su tercer Sombra y luz se hizo con el disco de oro en 1979.
Pero la tragedia azotó de forma prematura a Triana con la muerte del vocalista De la Rosa en un accidente de coche. En 1983 el buque insignia perdió a uno de sus principales soportes, como lamentó el batería del grupo. “Nos deja totalmente huérfanos de hermano y huérfanos de ideas, huérfanos de música. Un golpe un poco cruel”. Pero Tele no se resignó y, tras reponerse de la tragedia, editó dos discos más junto a Rodway, que abandonó definitivamente la banda en 1987 tras el lanzamiento de Noche y Día.
Todos los seguidores asumieron que Triana había desaparecido después de esta escisión. Por eso nadie esperaba que la batería primigenia siguiese sonando en los noventa bajo el mismo nombre, pero junto a unas caras totalmente desconocidas en los micrófonos. Este nuevo Triana versionaba los antiguos clásicos e incluso grabó nuevos temas, pero no lograron la aceptación de los primeros integrantes. Y menos cuando una imprevisible enfermedad terminó con la vida de Tele en 2002.
“Hicimos un pacto: Si faltaba alguno, Triana desaparecería”, afirmó tajante Rodway, el único superviviente, ante su estupefacción porque los “falsos Triana” siguiesen tocando y lanzando discos con el aval de la viuda de Tele.
El estallido de la farsa
Aunque judicialmente está todo en orden, porque Tele fue quien imprimió sus raíces barrieras en el nombre de la banda y su viuda es la legítima heredera, a Eduardo Rodríguez Rodway le encoleriza esta farsa. “¿Por qué no dejáis tranquila a Triana?”. Según el guitarrista, los nuevos miembros son unos “mangurrinos” que se aprovechan de la mítica marca para sacar unos cuantos billetes en los conciertos.
Por su parte, los aludidos presumen de tranquilidad porque “Tele siempre dijo que la música de Triana nunca morirá”. Además de Eduardo, los fans incondicionales de aquel trío de ases sevillanos les tildan de impostores y reniegan de su presencia. “A los ortodoxos les diríamos que somos representantes de Triana y pase lo que pase Jesús, Tele y Edu siempre estarán ahí. Nosotros somos sus herederos, con mucha honra”, dijo Juan, nuevo vocalista, en una entrevista.
La lucha de Rodway se ha propagado por los medios desde 2008, cuando los otros Triana lanzaron su disco Un camino por andar. Ahora, Eduardo Rodríguez ha emitido también un comunicado sumado a una petición en Change.org para boicotear los conciertos y hacer un llamamiento a la juventud. “Ya está bien ”coño“, con tantas segundas partes”.
“Yo, Eduardo Rodríguez Rodway, único miembro vivo del grupo Triana y fundador del mismo, ante el engaño, estafa y el aprovechamiento cultural y moral por mercaderes del todo vale, músicos mercenarios, cantante caricato, maletas de viudas, representante mercachifle que manchan, utilizan, y equivocan el buen nombre del grupo a nuestros fans y al público en general.
Denuncio, para que todos se enteren, que yo llevo retirado hace 25 años y no he vuelto a actuar. Jesús de la Rosa muerto, Juan José Palacio (Tele) muerto, no existe Triana y lo digo para que no vayan a los conciertos que anuncian porque os están engañando estos mangurrinos.
¿Dónde queda la dignidad? ¿El respeto por la obra hecha? ¿Por los ausentes? ¿Por mí?
Vampiros de toda la energía que hemos derramado en el pasado. ¿Quién es un representante ladino? Para manipular todo y confundir, desde aquí me siento engañado y triste. Ya está bien “coño” con tantas segundas partes“.