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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Villancicos para unas navidades alternativas

Como las Navidades en sí mismas, con sus códigos, tradiciones y guiños recurrentes, si hay algo que se repite todos los años por estas fechas son los artículos que recopilan villancicos para todos aquellos que odian los villancicos. Esto es, versiones alternativas de las cancioncillas populares navideñas firmadas por artistas de la música popular del momento a los que, a priori, no les pega nada cantarle al niño en la cuna, Santa Claus y demás topics habituales de estos días.

En realidad el invento de las navidades rockeras es casi tan viejo como el propio rock’n’roll y el pop. En 1957 los directivos de RCA ya vieron todo un filón en la fórmula y el tercer disco de Elvis Presley llevaba el descriptivo título de Elvis Christmas Album. El disco en cuestión combinaba canciones tradicionales como Silent Night o White Christmas con composiciones propias y cuatro temas gospel, y el éxito fue tal que se convirtió en su primer álbum en alcanzar cifras de disco de diamante.

Los directivos rápidamente tomaron buena nota de ello y en los años posteriores encontramos otros ejemplos de ese tipo de álbumes. Posiblemente el más curioso sea From Then to You (también conocido simplemente como Christmas Album). Es un recopilatorio firmado por The Beatles que vio la luz el 18 de diciembre de 1970, cuando tan sólo habían pasado unos meses de la disolución del grupo. El disco en realidad compilaba los mensajes navideños y algún improvisado villancico que el grupo había registrado ininterrumpidamente entre 1963 y 1963 y enviado a modo de presente en formato flexi-disc a los componentes de su club de fans.

Otros ejemplos de discos navideños ideados y ejecutados en la edad del oro del pop son el A Christmas Gift for You from Phil Spector (1963) en el que con la ayuda de artistas como The Ronettes, The Crystals o Darlen Love aplicaba su característico “muro de sonido” a villancicos clásicos. O el Beach Boys Christmas Album (1964), séptimo álbum de estudio de la banda liderada por Brian Wilson y The Ventures Christmas Album (1965) -lo mismo pero en versiones de surf instrumental-. También el que objetivamente cabe considerar como el mejor disco navideño facturado en esa etapa: A Motown Christmas, doble álbum con The Jackson 5, Diana Ross & The Supremes, The Temptations o Stevie Wonder, entre otros, llevándose esas canciones al terreno del soul y el funk.

En aquellos ya lejanos años sesenta y setenta habría resultado impensable imaginar al rebelde Bob Dylan afrontar un disco de estas características. El paso del tiempo, su rendición a la fe y -también hay que decirlo- el conocido carácter filantrópico de Robert Zimmerman obraron el milagro. En octubre de 2009 veía la luz Christmas in the Heart, quince villancicos tradicionales entre los que encontramos desde Little Drummer Boy a A’ Come All Ye Faithful (más conocida por el título de Adeste Fideles), todas ellas interpretadas en un estilo sencillo y cercano, cercano al folklore original y cuyos beneficios del disco estaban dedicados a organizaciones humanitarias de diferentes partes del mundo.

Igualmente publicado con coartada humanitaria –en su caso los fondos recaudados van destinados a la Fundación Global (RED), en beneficio de los afectados por el SIDA- Don’t Waste Your Wishes (2016) recopila todos los singles que la formación mormona The Killers ha venido publicando por estas fechas desde 2006, en su mayor parte canciones navideñas propias que incluyen colaboraciones de artistas como Elton John, Dawes, Jimmy Kimmel, Richard Dreyfuss o Neil Tennant. Unos años antes la dupla formada por la actriz Zooey Deschanel y el músico M. Ward también dedicó a una causa altruista -en su caso a la asociación para menores en dificultades 826 National- su particular colección de standards navideños bajo el título de A She & Him Christmas (2011)

Pero a partir de los años ochenta la idea de publicar álbumes con coartada navideña ha encontrado protagonistas inesperados que van más allá de las grandes estrellas del pop superventas del momento. Un buen ejemplo de ello sería un disco conjunto publicado en 1981 por el sello francés Ze Records: A Christmas Record. Originalmente vio la luz como un recopilatorio de tan sólo nueve canciones en el que destacaban la aportaciones de Suicide (Hey Lord), Alan Vega (No More Christmas Blues) y The Waitresses (con un de los mejores villancicos pop de siempre, Christmas Wrapping), aunque a lo largo de los años diferentes versiones del mismo disco fueron viendo la luz incorporando nuevos temas a cargo de figuras del after punk y el post disco como James White o Lio.

No menos curiosas son las incursiones en el género del cantante de Judas Priest Rob Halford en Winter Songs (2009); el crooner Chris Isaak rescatando el espíritu de Elvis en Christmas (2004); el EP Christmas with Weezer en el que a pesar de su terrorífica y -es de suponer- irónica portada los de Rivers Cuomo conducen We Wish You a Merry Christmas y O Come All Ye Faithful a la orilla del punk pop. O la colección de villancicos que a priori puede resultar más chocante de todo este lote: un álbum titulado A Christmas Songs y firmado por los hardcoretas Bad Religion. En realidad, aunque los villancicos puedan a priori situarse muy lejos de la soleada California que inmediatamente asociamos a la banda de Geg Graffin, Bad Religion desde siempre habían mostrado su afición por versionarlos en formato punk rock, especialmente en sus apariciones en los especiales navideños de la emisora de radio alternativa KROQ. Finalmente todo eso se concretó en un álbum que en apenas veinte minutos despacha clásicos del género como White Christmas o Little Drummer Boy con la velocidad y convicción que caracteriza a la banda de Los Ángeles.

Igualmente en el terreno del rock alternativo dos discos trascienden lo puramente anecdótico. Los mormones Low han hecho de la solemnidad y la pureza sus señas de identidad a lo largo de una carrera que alcanza ya los 25 años de actividad sin tacha. En cualquier caso me atrevería a decir que Christmas (1999) se publica en el momento más excelso de su trayectoria, encajado entre medias de dos álbumes sublimes como son Secret Name y Things We Lost In The Fire. El acercamiento de Alan Sparhawk y Mimi Parker a la música ceremonial navideña, que incluye cuatro temas propios y covers de Little Drummer Boy, Blue Christmas y Silent Night está mucho más cerca de la autoexploración de sus propias convicciones espirituales que del típico artefacto promocional para esta época del año.

Igualmente ligado a su propio imaginario sonoro y emocional, Sufjan Stevens publicó entre 2001 y 2006 una serie de EPs con villancicos propios y ajenos que finalmente se recopilaron en una caja en 2006 bajo el nombre de Songs for Christmas. 42 canciones con arreglos mínimos, espíritu lo-fi y la sensibilidad -como no podía ser de otra forma tratándose de Steven- a flor de piel.

Y cerrando esta recopilación de villancicos inesperados, tres discos recopilatorios facturados en nuestro país, ajenos a los artefactos navideños de copleras, triunfitos y demás productos manufacturados. El primero ha alcanzado con el paso de los años estatus de clásico: Navidades radioactivas (1982) recopila a una selección de grupos de la Movida asociados a Dro y que se mueven entre el punk y el art pop iconoclasta para que compongan sus particulares villancicos o adapten a su peculiar manera (variaciones en los textos incluidas) clásicos como Manzana sobre manzana o Noche de Paz, rebautizada para la ocasión como Noche de Paz, noche en Vietnam. Entre los participantes de esta divertidísima gamberrada encontramos a Derribos Arias, Siniestro Total, Aviador Dro, TNT o Seguridad Social.

Una década más tarde el sello independiente La Fábrica Magnética con el que Servando Carballar aspiraba a recuperar el espíritu iconoclasta de los inicios de Dro, publicó una suerte de segunda parte de aquel Navidades radioactivas al que bautizó Navidades furiosas (1993). El resultado no se acerca ni de lejos a la irreverencia de aquella primera entrega, pero cinco lustros más tarde el listado de grupos participantes es un magnífico resumen de aquella primera escena independiente: Los Planetas, El Inquilino Comunistas, Beef, Cancer Moon, Surfin’ Bichos,…

Está por ver si pasado el tiempo ocurre lo mismo con un disco producido bajo el ala de la firma de bebidas Jägermeister y que vio la luz en 2016. Merry Jäger Christmas buceó entre algunos de los más destacados grupos de la escena independiente de ese año y les propuso que adaptaran El tamborilero, Noche de Paz, Los peces en el río,.... El guante lo recogieron Los Bengala, Baywaves, Terrier, The Zephyr Bones, Sen Senra o King Cayman entre otros, para completar un disco de garage al borde de descontrol, ideal para animar la noche del 24 cuando una vez terminada la cena llegue la hora de sacar las botellas de alta gradación…