Que la danza tenga la relevancia del fútbol y que haya un teatro dedicado a ella. Eso “pide” el director del Ballet Nacional de España (BNE), Antonio Najarro, para celebrar los 40 años de la compañía: “estamos contentos porque los cumplimos con una visión culta y serena”, asegura en una entrevista con Efe.
El 16 de octubre de 1978 comenzaba su andadura el BNE, con Antonio Gades como director y 36 bailarines. Hoy, después de su paso por él de Antonio Ruiz Soler; María de Ávila; José Antonio; Aurora Pons, Nana Lorca y Victoria Eugenia; Aída Gómez y Elvira Andrés, la compañía tiene 40 bailarines y ha alcanzado la excelencia que pretendían en su creación.
“El bailarín del BNE es el mejor del mundo, porque está preparado para todo: es capaz de bailar clásico, tocar las castañuelas, taconear o hacer teatro. Me han criticado mucho por la importancia que le doy al físico, pero a mí me gusta ver un cuerpo de baile compacto, homogéneo”, defiende.
En 40 años, dice, la técnica “ha cambiado muchísimo” pero también “la forma de expresarse”: “antes bailaban muy, muy rápido, ahora está todo más pulido, más pausado y en la forma de expresarse ya no hay esa pantomima exagerada que se hacía; ahora es todo más profundo”, describe.
Sin embargo, el cuerpo de baile continúa anclado en una etapa “antigua” en lo que se refiere a su remuneración: “cobran 1.200 euros, y eso es porque tienen un convenio totalmente obsoleto. No cobran todo lo que deberían. Lo llevo pidiendo desde que me incorporé a la compañía, en 2011, y no lo consigo pero es verdad que hay muy buena disposición del INAEM -del que dependen-”.
El BNE comparte desde hace años con la Compañía Nacional de Danza (CND) una sede de salas de ensayo en Matadero, en el Paseo de la Chopera, y actúan o en el Teatro de la Zarzuela o el Teatro Real.
Lo que “más rabia” le da es “la gran afluencia de mensajes de demanda de actuaciones y de temporadas mas largas” que no pueden atender precisamente por falta de teatro propio.
“Necesitamos un teatro propio, donde podamos programar temporadas de varios meses, como el comer. Estamos mendigando teatros y resulta que se venden todas las entradas. Se que algo se está moviendo, y que está incluido en el plan 20/20 de Cultura pero aún no hay nada”, describe.
El BNE baila flamenco, escuela bolera, danza estilizada y folclore “y nada es ni rancio ni casposo; el espectador ve jotas, muñeiras y sardanas pero ve también lo que hizo Franco Dragone -”Circo del Sol“- o coreógrafos jóvenes que dan un toque muy actual”, detalla.
Han colaborado con modistas como Teresa Helbig, con músicos como Fernando Egozcue o coreógrafos como Antonio Ruz: “el BNE está muy atento a todas las tendencias”, subraya.
Su sueño es que “de una vez por todas, la danza española se considere un tesoro; que tenga la misma presencia, afición y calidad que el fútbol y que TVE le de un espacio fijo”.
En definitiva, resume, que “la gente joven tenga la oportunidad de quedarse enganchada a ella”.
Entre las actividades previstas para celebrar su 40 aniversario -al año que viene lo hará la CND- le tiene especialmente ilusionado y es la publicación de un libro de fotografías, de 30x30, en el que se hace un repaso a todas las direcciones que ha tenido el BNE y del que se editaran unos 500 ejemplares.
“Hay fotos súper antiguas, de los momentos de ensayo, de las giras. Es un libro histórico y de una gran belleza”, presume.
En diciembre llevarán a la Zarzuela una gala conmemorativa que incluirá “Ritmos”, de Alberto Lorca; “Eritaña”, de Antonio Ruiz Soler; “Solo”, de Victoria Eugenia“; un extracto del ”Homenaje a Pilar González“ y una ”sorpresa de nueva creación“ que permitirá al público ”sentir muy cerca a esos bailarines que son de todos“.