La artista castellonense Paula Bonet acaba de publicar un libro-objeto, “Roedores. Cuerpo de embarazada sin embrión”, su obra más personal e íntima, con la que quiere alumbrar y romper tabúes sobre la gestación y el aborto espontáneo, una realidad que conoce bien porque la ha vivido en dos ocasiones.
En un encuentro con periodistas, Bonet ha explicado que, aunque a día de hoy esta problemática sea de lo que menos le apetece hablar, cree que es necesario “poner el debate sobre la mesa, las preguntas que surgen en estas situaciones, huyendo del melodrama y del victimismo”.
Editada por Literatura Random House, la obra está compuesta por una pieza artística que creó para la hija que esperaba, con dibujos de diferentes especies de roedores, y un diario de ese año traumático en el que, en dos ocasiones, a los tres meses de embarazo abortó espontáneamente.
“Muchas mujeres -constata en el texto- sufren abortos espontáneos con dolores terribles, algunas pierden muchísima sangre. Yo no tuve dolores ni hemorragias. Mi ratoncita estaba allí quieta, como una osa silenciosa en hibernación”.
Feminista desde siempre, ha comentado que las mujeres “parece que tenemos que vivir evitando las tinieblas” y sin “poder vivir el duelo”.
“He intentado -ha subrayado- que el texto del libro fuera pulido, crudo, despojado de ornamentos, que se explicara más en los huecos que en las palabras, y, que a la vez, fuera universal”.
Paula Bonet cree que hay pocos libros parecidos y no obvia que “es muy difícil hablar de la propia experiencia sin hablar del silencio propio”.
El título de “Roedores” para el “acordeón” de dibujos que iba destinada a la hija que esperaba, ha indicado que surgió porque cuando supo que estaba embarazada llamaba a la criatura que tenía en su interior como “ratón”, aunque pronto pasó a denominarla “ratona”.
A diferencia de otros casos “aterradores” que ha podido conocer, una vez hizo público a través de las redes sociales su experiencia, ella lo vivió “sin escándalo”, después de sendas revisiones médicas, que terminaron en un legrado.
Bonet ha explicado que “tenía un ser que se iba sin apenas hacer ruido, un poco como se espera que seamos las mujeres, complacientes, sonrientes”.
Por otra parte, no ha escondido que lo primero que se impone cuando un médico comenta que lo que se está gestando no evolucionará es la culpa. “A pesar de mantener el temple en mi caso -ha apuntado- el primer sentimiento es que tienes una tara, que has fallado”.
A su juicio, “por más que quieras ir en contra de eso, esta noticia te aplasta, te anula, aunque la segunda vez lo viví mejor porque ya había pasado una primera experiencia y ya me atreví a nombrar lo ocurrido y pude hacer el duelo”.
Ha reivindicado, asimismo, que se pueda hablar de lo femenino “porque si no se nombra lo que pasa, no existe” y ha criticado que en la sociedad actual se viva de espaldas al dolor. “Se nos bombardea con mensajes optimistas todo el rato, pero tenemos que aprender del dolor y a vivirlo”, ha precisado.