Es el evento que más gente congrega en las calles madrileñas junto al Orgullo Gay. Con cifras que bailan entre el millón y el millón y medio de asistentes, la Cabalgata de Reyes se ha convertido en diana fácil para la oposición y una presión extra para el que la organiza. Mientras, niños, adultos y abuelos con el paraguas abierto recorren el centro de la capital para pedir los últimos deseos de la carta y hacer acopio de caramelos hasta la próxima glaciación.
Para el Gobierno municipal de Ahora Madrid, este día supone mucho más que el colofón de las vacaciones navideñas. Todos los ojos están puestos sobre el Palacio de Cibeles, donde todavía resuenan las palabras que hicieron protagonista a la Cabalgata madrileña del año pasado. En ese “no te lo perdonaré jamás, Manuela Carmena”, entraban todo tipo de motivaciones, pero generó la suficiente controversia para que hoy se siga cada detalle de esta segunda organización.
El Ayuntamiento pide que no se politice de nuevo el evento infantil, aunque también admite que “quien tenga ganas de generar polémica, lo hará de todas formas”. Getsemaní de San Marcos, directora de Programas y Actividades culturales de Madrid, busca recuperar la ilusión por un espectáculo en el que colaboran numerosos profesionales.
De momento, el Consistorio no ha querido desvelar ciertos aspectos para no arruinar la sorpresa (sobre todo evitando temas espinosos, como la vestimenta de los Reyes Magos), pero ya sabemos lo suficiente para ir calentando motores.
¿Vuelta a la estética tradicional?
El desencadenante del viralizado tuit de la exdiputada del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, fueron los coloridos trajes de los tres Reyes en 2016. Los diseños del ilustrador Jorge Dutor “hacían referencia a un imaginario infantil que a los niños les gusta mucho”, según aclaraba entonces la delegada de Cultura del Ayuntamiento, Celia Mayer.
Tras la polvareda, parece que Carmena irá este año en una línea más tradicional, algo que para Luis Cueto, su mano derecha en el Ayuntamiento, no es una rectificación, según aseguraba en una entrevista a eldiario.es. “Es una forma de tener más sensibilidad a las diferentes posturas. Debemos evitar enfrentamientos en una fiesta tan bonita y tan de los niños. Eso no significa tampoco que tengamos que hacer una fiesta rancia que se fosilice en el siglo XIX. Entre una cosa y otra, espero que acertemos en el término medio”.
Este posible viraje, según Getsemaní San Marcos, no significa que se vaya “a volver a la estética original”. La directora de Programas cree que la tradición y la vanguardia conviven de manera cotidiana en nuestra sociedad y que “no hay que escandalizarse”.
Afirma que están abiertos a todos los valores, pensando no solo en el respeto a las tradiciones cristianas (“que están ahí, no se puede negar”), sino también en otras cosas. En su opinión, esta no es una tendencia de 2016 o 2017, ya que ocurre cada vez que coexisten los belenes con Papá Noel o los árboles de Navidad. San Marcos no da más detalles acerca de la vestimenta, pero está tranquila porque “el imaginario de los Reyes Magos incluye un abanico muy amplio”.
Oda a la curiosidad (en lengua de signos)
Si el leit motiv del año pasado eran los viajes, en este 2017 le toca el turno a la curiosidad. ¿Por qué? En el Ayuntamiento no han querido cerrarse puertas y esta temática abarca la naturaleza, la literatura o la astronomía. La reina de este año será la carroza Laboratorio botánico (cortesía del Jardín Botánico) donde convivirán plantas exóticas, alambiques y recipientes humeantes. Junto a ella, desfilarán otras once carrozas, un pelotón de 300 bicicletas del programa STARS (dedicado al desplazamiento sostenible en colegios) y siete espectáculos de compañías de arte.
La verdadera novedad es la incorporación de un intérprete y dos personas sordas que irán narrando la fábula en lengua de signos. “La propuesta partió de la organización 'Comunicados en lengua de signos' y nos pareció genial. Una de estas personas acompañará al rey Melchor y otras dos irán en carrozas distintas”, cuenta San Marcos.
Aunque tres de los siete desfiles serán a caballo, desde el Ayuntamiento puntualizan que no habrá más animales. Tampoco marcharán las famosas ocas de Miguelín, que ya se retiraron el año pasado tras una petición de PACMA a raíz de este vídeo, donde el partido animalista consideró que el maltrato a las aves era evidente. No son los únicos, ya que cada vez más ayuntamientos están optando por eliminar la presencia de animales en las cabalgatas.
Además, los Reyes Magos repetirán carrozas, en una apuesta del equipo de Manuela Carmena por racionalizar los recursos.
La polémica de los asientos reservados
Otra decisión del año pasado aplaudida a nivel genera fue que Manuela Carmena destinara los conocidos palcos VIP a personas discapacitadas y familias con riesgo de exclusión social. Durante los gobiernos de Gallardón y Botella, estos asientos estaban reservados a dedo para altos cargos y famoseo.
En las últimas semanas, algunos medios han señalado que Ahora Madrid estaba poniendo a la venta zonas reservadas por valor de 30.000 euros, lo que Getsemaní San Marcos considera una “manipulación interesada” de la información. Explica que antes “la zona VIP en las gradas de Cibeles se ocupaba con invitaciones que el Ayuntamiento daba de manera gratuita a sus compromisos protocolarios”, gradas que ahora se reparten entre colectivos desfavorecidos.
La responsable aclara que sí hay asientos reservados que compran las empresas, algo que forma parte del paquete de patrocinio “que ha existido toda la vida”. “Colaboran construyendo árboles navideños, carrozas y adquiriendo gradas por un precio. Esta cuantía se añade al presupuesto y revierte directamente a la actividad de la Cabalgata”, aclara San Marcos.
El presupuesto final que se baraja este año es de 912.000 euros, 80.000 más que en 2016 (“porque hay nuevos patrocinadores”), y de los que el Ayuntamiento pone 640.000 euros.
Contratos y voluntarios
En la Cabalgata participarán aproximadamente 2.000 personas entre compañías artísticas y el programa Voluntarios por Madrid. “Queríamos elevar un poco el tono artístico y dramatúrgico de lo que sucede en el desfile”, cuenta Getsemaní. Los bailarines, actores y miembros de la comunidad de coreógrafos que ocuparán las carrozas han sido contratados por la empresa Madrid Destino.
También se ha abierto la convocatoria a través de la página web del Ayuntamiento a cualquiera que tenga interés en formar parte de la Cabalgata. De forma altruista, eso sí. La intención es concebir el desfile de Reyes como una “gran celebración ciudadana, cada uno con su imaginario y tradiciones”. En busca de esa diversidad, el Consistorio quiso que se apuntara todo el que quisiera, además de los que siempre participan a través de Voluntarios por Madrid.
Dirección artística sin concurso
La organización de las Cabalgatas corre a cargo de Madrid Destino como empresa municipal adscrita al área de cultura. Es este organismo el que se encarga de contratar a los directores artísticos que diseñan la puesta en escena, el desfile y las carrozas. Este año, la responsabilidad ha caído en manos de Ignacio Santos, acompañado de José Morán y Ana Sanabria, triunvirato que también fue el responsable de la organización de San Isidro.
Este modelo de adjudicación ha sido duramente criticado por partidos como el PP y el PSOE por no sacar los puestos a concurso público. Desde la dirección de Programación cultural defienden que apuestan por una “fórmula mixta” en la que convivan “nuevos perfiles”, en vez de los asesores permanentes que tenía el gobierno municipal del PP. Así han funcionado en los últimos Veranos de la Villa, Semana Santa y las Noches del Ramadán.
Lo que sí apostilla Getsemaní San Marcos es que la dirección general supervisa en todo momento a estas personas, que no gozan de autonomía como ocurre en los centros culturales.