La litigiosidad de los proyectos del Santiago Calatrava es de sobra conocida y no solo en terreno nacional. Los titulares mundiales le han calificado como uno de los arquitectos más polémicos del panorama internacional y le tratan sin la clemencia de la justicia española. Corriere del Veneto calificó su trayectoria como una “imbarazzante serie di errori” (embarazosa serie de errores), en relación al puente en el Gran Canal de Venecia, y el New York Times le dedicó un editorial poco amable titulado “A star architect leaves some clients fuming” (Un arquitecto estrella deja a algunos clientes echando humo).
Uno de estos clientes descontentos a los que se refería el rotativo estadounidense era la promotora Jovellanos XXI, encargada de la construcción del Palacio de Congresos de Oviedo. Cansada de las negligencias del técnico, la promotora recurrió a la Audiencia Provincial de la capital asturiana para abrir un nuevo episodio de controversia arquitectónica. La sentencia resultante condenaba a Calatrava a indemnizar con más de 10 millones de euros a la empresa privada y, a su vez, obligaba a Jovellanos XXI a pagar más de 7 millones al arquitecto por los honorarios que le debían.
Finalmente, el Tribunal Supremo ha restado ambas cantidades y ha resuelto que Calatrava debe reembolsar 2,96 millones de euros por los defectos en la construcción y unos sobrecostes que se le atribuyen al acusado.
La sentencia le considera responsable de los daños porque era el encargado de la dirección de la obra y de su ejecución y, como tal, era “responsable de poner las personas necesarias y con suficiente cualificación a pie de obra con el fin de ejecutar el proyecto y validar el mismo”.
En segundo lugar, afirma que “la contratación de un arquitecto de evidente renombre internacional para la construcción de una obra singular o emblemática en Oviedo, priorizando esta circunstancia sobre otras posiblemente más económicas”, debe ser correlativa con la debida exigencia de responsabilidades en caso de incumplimiento. Así, concluye que si el arquitecto realizó con competencia casi exclusiva tales funciones es evidente que la promotora puede exigirle todos los daños derivados de su “negligencia” en la ejecución en virtud del contrato existente entre ambas partes.
Un proyecto maldito
Las obras de Oviedo estuvieron sembradas de controversia desde el primer momento. La localización entre varios bloques de edificios, pactada entre Jovellanos XXI y el gobierno local del PP, puso en jaque a los vecinos ovetenses. Además, se sumaron varias averías, el derrumbe de un graderío y el rechazo de algunos por un diseño típicamente calatravista. Todas estas razones llevaron al consistorio de Oviedo a reclamar la gestión y concesión del Palacio de Congresos alegando que el contrato de concesión de la empresa privada incluía “infracciones gravísimas”.
El desencadenante, sin embargo, fue la imposibilidad de fijar una cubierta móvil en el complejo y que era condición sine qua non en el acuerdo de la construcción. La sentencia reconoce que la visera era el elemento diferencial del Palacio de Congresos y una de las señas de identidad del mismo. En este sentido, destaca que hubo una “falta de previsión en el diseño, fabricación y ejecución de la estructura de la cubierta, lo que llevó a que no pudiera cumplir su función de móvil con la necesaria seguridad y frecuencia”, y eso “incluso antes de producirse la fisura”.
Calatrava aceptó “una solución constructiva que evidentemente ha fracasado y que ha generado un daño a la promotora perfectamente evaluable”, subraya el alto tribunal.
El fallo de hoy se produce un día más tarde de que el Juzgado Contencioso-Administrativo número 3 de Oviedo obligara al Ayuntamiento de la capital asturiana a pagar más de 25 millones de euros a la sociedad Jovellanos XXI en concepto de liquidación del contrato del palacio de Congresos. El consistorio quedó entonces exento de abonar gran parte de los 90 millones de euros que le reclamaba la promotora después de que el gobierno municipal de Oviedo resolviera unilateralmente el contrato en 2014.
LAS OTRAS BATALLAS
Comunidad Valenciana
Comunidad ValencianaEl arquitecto de cabecera del PP valenciano nunca ha ocultado el orgullo por sus obras en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, pero no siempre ha salido bien parado. Calatrava asumió los gastos del revestimiento cerámico que cubre el Palau de les Arts, después de convertirse en su peor pesadilla por las inundaciones y el desprendimiento de la cubierta de la ópera. Aunque La Generalitat amenazó con demandarle, finalmente desestimó el caso y Calatrava entregó el edificio en octubre de 2015.
Castellón
El arquitecto proyectó aquí el que iba a ser el edificio más alto de la ciudad, el Centro de Convenciones, pero la construcción se suspendió en 2012 por la crisis. Calatrava cobró 2,7 millones, fue imputado por supuestas irregularidades en los contratos, pero el caso se sobreseyó.
Álava
ÁlavaEn el 2013, el arquitecto fue demandado por las Bodegas Domecq. Había construido una cava a la que no tardaron en salirse goteras, humedades y desprendimientos parciales de la cubierta. El edificio, con unos transgresores tejados ondulantes de aluminio, motivó una demanda que ascendió a dos millones de euros y una petición al tribunal número cuatro de Primera Instancia de Vitoria de que no fuera Calatrava quien asumiese los costes, al estar la bodega harta de sus soluciones.
Bilbao
BilbaoPolémico fue también el puente peatonal Zubi Zuri sobre el Nervión en Bilbao, que el Ayuntamiento tuvo que cubrir con una alfombra antideslizante por los resbalones que sufrían los viandantes, pero en este caso fue el arquitecto valenciano quien acudió a los tribunales por unas obras complementarias sobre su estructura y recibió una indemnización de 30.000 euros.
Venecia
VeneciaLos sobrecostes de sus creaciones, estructuras abiertas y majestuosas, se han convertido en un motivo recurrente para acudir a los tribunales, como los que conllevaron la construcción del puente de la Constitución de Venecia. En Italia, Calatrava se enfrentó a dos demandas. La primera por parte del Ayuntamiento a raíz de 38 denuncias por resbalones y la falta de acceso a minusválidos. La segunda, de la que fue absuelto en marzo de 2015, la presentó el Tribunal de Cuentas, que pidió más de un millón de euros por “un objetivo y desconsiderado aumento de los costes respecto a los gastos presupuestados”.
Holanda
HolandaArpa, Cítara y Laúd no son instrumentos. Es el nombre de cada uno de los puentes que Santiago Calatrava construyó en el canal de Hoofdvaar que, un año después de su inaguración, ya estaban oxidados. Hent Kuipers, un concejal holandés, remitió una carta al alcalde de Haarlemmermeer -un pequeño pueblo en los alrededores de Amsterdam- para que presentase una demanda contra el arquitecto. La reparación costó cerca de 50 millones de euros.
Suecia
SueciaEn Mälmo, el coste de su imponente Turning Torso, el edifico residencial más alto de Suecia, hizo dimitir a varios cargos del Ayuntamiento de la ciudad. Si bien supuso un borrón internacional más, la originalidad del edificio le hizo conseguir premios como el Emporis Scyscraper Award 2005 al mejor rascacielos del mundo, el 10 year Award del Consejo de Edificios de Gran Altura y Hábitat Urbano y el MIPIM de Cannes al mejor edificio residencial del mundo.