Calatrava, una carrera brillante empañada por los litigios

Pilar Salas (EFE)

Madrid —

Santiago Calatrava es uno de los arquitectos españoles de más proyección internacional y está considerado uno de los mejores ingenieros de puentes del mundo, pero su brillante carrera se ha visto empañada por al menos una decena de procedimientos judiciales dentro y fuera de España.

Al caso de L'Àgora de Valencia, que la concesionaria Avanqua se niega ahora a recepcionar hasta que se reparen goteras y desperfectos y se rematen unas obras que requieren una inversión adicional de unos diez millones de euros, se suman otras construcciones polémicas, algunas de las cuales han desembocado en demandas, juicios y muchas críticas.

Cerca de L'Àgora está la Palau de les Arts, inaugurado en 2005, que costó 382,5 millones de euros, de los que el arquitecto cobró 94, y que ha sido su principal pesadilla en Valencia tras sufrir inundaciones y el desprendimiento de parte del revestimiento cerámico de la cubierta, actualmente en reparación. La Generalitat amenazó con demandarle, aunque no lo hizo.

Para Castellón proyectó el que iba a ser el edificio más alto de la ciudad, el Centro de Convenciones, pero la construcción se suspendió en 2012 por la crisis. Calatrava cobró 2,7 millones, fue imputado por supuestas irregularidades en los contratos, pero el caso se sobreseyó.

Sí fue condenado por la Audiencia Provincial de Oviedo en 2014 a pagar una indemnización de 2,96 millones de euros a la promotora Jovellanos XXI por fallos en la ejecución del Palacio de Congresos de la ciudad.

Otra demanda le vino desde Bodegas Domecq, propietaria de la bodega Ysios de Laguardia, en la Rioja alavesa, para la que diseñó un majestuoso edificio de tejados ondulantes de aluminio que, tras su inauguración en 2001, ha sufrido goteras y desprendimientos parciales en la cubierta.

Polémico fue también el puente peatonal Zubi Zuri sobre el Nervión en Bilbao, que el Ayuntamiento tuvo que cubrir con una alfombra antideslizante por los resbalones que sufrían los viandantes, pero en este caso fue el arquitecto valenciano quien acudió a los tribunales por unas obras complementarias sobre su estructura y recibió una indemnización de 30.000 euros.

No menos críticas, por el sobrecoste de las obras y lo caro de su mantenimiento, generó el obelisco que constituyó su primer proyecto para Madrid, una estructura de 120 metros de altura recubierta de pan de oro e inaugurada en 2009 en la Plaza de Castilla.

Tiene un sistema hidráulico que le otorga un movimiento ondulatorio, pero por razones económicas no se activa desde 2011. Un fiasco para el valenciano, cuyo sello personal es la arquitectura en movimiento.

Los sobrecostes de sus creaciones, estructuras abiertas y majestuosas, se han convertido en un motivo recurrente para acudir a los tribunales, como los que conllevaron la construcción del puente de la Constitución de Venecia (Italia), aunque finalmente fue absuelto de este caso el pasado marzo.

También fuera de España fue llevado a la Corte Suprema de Justicia de Jerusalén en febrero de 2004 por la construcción de su gigantesco puente colgante de entrada a la ciudad, ya que los vecinos protestaban por el paso de un tren de cercanías.

En Holanda un concejal exigió en 2013 a su Ayuntamiento que tomara medidas contra el Premio Príncipe de Asturias de las Artes por el diseño de tres puentes que se oxidaron al año de su inauguración y ocasionaron gastos de unos 50 millones de euros.

En Mälmo (Suecia), el coste de su imponente Turning Torso, el edifico residencial más alto de Suecia, hizo dimitir a varios cargos del Ayuntamiento de la ciudad, si bien la originalidad del edificio le hizo conseguir premios como el Emporis Scyscraper Award 2005 al mejor rascacielos del mundo, el 10 year Award del Consejo de Edificios de Gran Altura y Hábitat Urbano y el MIPIM de Cannes al mejor edificio residencial del mundo.

Son algunos de los borrones en una prolífica trayectoria, plagada de galardones y construcciones como el puente del Príncipe Heredero de Berlín, el primero levantado entre Este y Oeste; la estación de tren de Stadelhofen de Zurich, el puente del Alamillo en Sevilla creado por la Expo92, el auditorio de Tenerife, la estación de ferrocarril de Lieja (Bélgica) y el Puente de la Mujer de Buenos Aires, entre otros muchos proyectos.