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Creadores audiovisuales que han dejado la SGAE: “Nos estaban tomando el pelo”

Natxo López se afilió a la SGAE cuando trabajaba como guionista en la serie Siete vidas a comienzos de los 2000. En un principio, su intención era formar parte de DAMA (Derechos de Autor de Medios Audiovisuales), la entidad de gestión de derechos especializada en este área que se había creado en 1999 como una escisión de la propia SGAE. Sin embargo, como afirma a eldiario.es este guionista que también ha trabajado en otras series como Ahí abajo o la película Jefe, por la cual está nominado al Mejor Guion Adaptado en esta próxima gala de los Goya, “en la SGAE empezaron a utilizar prácticas poco elegantes y me dijeron que si quería cobrar los derechos de Siete vidas tenía que ser con ellos, así que me quedé unos años”.

Cuando arreció el escándalo de la operación SAGA en 2011, durante la cual fue detenido Teddy Bautista y comenzaron a salir casos de presunto desvío de fondos de la entidad a empresas de miembros de la junta directiva de aquellos momentos, López también pensó en cambiarse a DAMA, pero como otros compañeros del gremio audiovisual,  creyó “que todavía se podía hacer algo desde dentro para cambiar la SGAE, porque es una entidad importante”.

La gota que colmó el vaso llegó hace unos meses, cuando la entidad entró en una deriva en la que no se aprobó la gestión del entonces presidente José Miguel Fernández-Sastrón en la asamblea de junio de 2018 y que culminó con un apercibimiento por parte del Ministerio de Cultura y una posible intervención.

“Me di cuenta de que la SGAE nos estaba tomando el pelo”, afirma López, quien también reconoce que le influyeron cuestiones “que son hasta de índole criminal, como que los de la Rueda [de las televisiones] nos estaban robando nuestros derechos”. “Cogían el dinero que debía ser para los de audiovisuales y se lo acababan repartiendo unos cuantos tíos que están en la Rueda. Y esto ha ido a más”, asegura el guionista.

Con “los de la Rueda”, López se refiere al presunto fraude de una serie de socios que han ingresado cuantiosas cantidades gracias a la recaudación por música emitida de madrugada en la televisión. El caso todavía se encuentra judicializado en la Audiencia Nacional.

Los enfrentamientos entre los creadores de audiovisuales y los músicos no son de última hora. En la propia junta directiva actual de la SGAE hay divergencias entre los que proceden del gremio de la imagen y los de la musical. Y, de hecho, DAMA se creó porque una serie de creadores como Manolo Matji y Lola Salvador “entendieron que sus derechos no estaban bien representados en SGAE, ya que tenía más importancia la música”, comenta Víctor Romano, director general de DAMA.

“En la SGAE se decidió que de las tarifas de la televisión, un 82% iba para la música y solo un 18% para los autores audiovisuales. Eso fue lo que lo provocó la escisión”, añade.

En el informe de recaudaciones mundiales de 2017 elaborado por CISAC, la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores, es notable la diferencia que existe entre las recaudaciones por obras audiovisuales y por música. En el caso de España se recaudaron 34 millones en obras audiovisuales mientras que en música fueron 175 millones de euros.

La práctica totalidad en música está gestionada por la SGAE mientras que en el audiovisual se reparte entre SGAE y otras entidades como DAMA. Esta última el año pasado gestionó 18 millones de euros.  La música es un plato muy goloso y para estos creadores no hay alternativas de gestión de derechos.

Aumentos de socios “entre el 12% y 13%”

Desde 1999 la afiliación de socios a la entidad de derechos audiovisuales fue creciendo y en la actualidad se acerca a los 1.200, si bien lejos todavía de los más de 100.000 que hay en la SGAE aunque de ellos, tan solo menos de 20.000 tienen derecho a voto.

No obstante, en los últimos tiempos desde DAMA, que preside el cineasta Borja Cobeaga, aseguran haber observado que hay un crecimiento de socios “en torno al 12% y 13%”. Así lo afirma Romano y lo explica en gran parte por los escándalos de la SGAE: “Y por nuestro modelo de gestión”.

Desde esta entidad de gestión aseguran que se reparten los beneficios“de manera más ágil, la información es más transparente, más igualitaria en la decisión de los votos, es más cercana”. En las asambleas y elecciones no existe voto ponderado como en la SGAE y también han implementado el voto electrónico.

Otra cuestión tiene que ver con la trazabilidad, es decir, cómo se reparte lo que se recauda. “Yo sí sé por qué me pagan lo que me pagan, pero en la SGAE hacen unos cálculos complejos y es muy difícil entender por qué pagan lo que pagan. Nadie entiende los mecanismos”, sostiene López.

El sistema en DAMA, según explica Romano, “es una tarifa de uso efectivo de un euro por minuto. Una vez que la obra se emite ya estás haciendo el reparto y cobrando”. Por otra parte, en esta entidad los socios son todos personas físicas –directores de cine y guionistas-, no hay personas jurídicas (como las multinacionales) representadas.

“Me consta que hay compañeros que están en proceso de cambio de la SGAE a DAMA. Si estás en SGAE vives en una situación convulsa, y optas por la otra opción. Hay gente que no lo ve claro, por razones de dinero, porque no le gusta el ambiente que se respira”, afirma por su parte el guionista Roberto Bonzada.

SGAE: No hay trasvase de socios a otras entidades

Desde la SGAE por su parte señalan que no ha habido un trasvase significativo de socios de una entidad a otra. La SGAE no lo ha notado y afirman sentirse bastante tranquilos ante esta cuestión.

No obstante, no es tan fácil cambiarse de entidad. No mientras no quede aprobada la Ley de Reforma de Propiedad Intelectual, todavía en trámite parlamentario, que agilizará los pasos. En la actualidad es necesario dar a la SGAE un preaviso de tres meses, pero pueden surgir dificultades. “Por ejemplo, qué pasa si me quiero ir a DAMA pero la otra entidad me había dado un anticipo que todavía no había acabado de recaudar, o si me voy a DAMA, pero los derechos de diciembre todavía no están repartidos”, explica Romano.

De esta cuestión también sabe López: “La SGAE utiliza sus técnicas para retener a la gente. Te hacen unos préstamos a fondo perdido que vas devolviendo con los derechos que generas. Si alguien necesita dinero esto es muy jugoso, porque no te puedes ir hasta que devuelvas el préstamo”. En su caso, dice, no les dio la oportunidad para que le retuvieran. Lo gestionamos a través de DAMA. Ellos llevan nuestras hojas de renuncia el último día viable –a inicios de septiembre- para que no les diera tiempo a presionarnos. Luego la baja no se hace efectiva hasta inicios de año“, señala López.

Con los últimos escándalos de la SGAE, a entidades como DAMA sí que les preocupa “la imagen que se está dando de los derechos de la gestión colectiva. Nos preocupa que todo esto afecte. Y más en el momento actual, ya que cada vez hay un uso más intensivo de las series y de las películas”, ratifica Víctor Romano.

Por eso, entienden que la Reforma de la Ley Propiedad Intelectual  será un paso positivo “para el control y mayor transparencia”. Socios como Natxo López, cuyas obras dramáticas sí que las sigue gestionando la SGAE –el repertorio de teatro lo lleva esta entidad- incluso ven que “la intervención no vendría mal para hacer una buena limpia y sobre todo acabar con la rueda, que no se acabará mientras siga existiendo este sistema de voto. Es la pescadilla que se muerde la cola”.