- Según cuentan, entre julio y diciembre de 2011 retiraron el 97% de las solicitudes
Google es el buscador más usado en el mundo. Acapara el 90% de las búsquedas totales en Internet y algunos de sus productos, como Gmail, superan los 1.000 millones de usuarios. La empresa -que ahora opera dentro del conglomerado Alphabet- fundada por Sergei Brinn y Larry Page en 1998 que dirige Sundar Pichai y cuyo porvenir se dividió entre ocho tiempos -o compañías- el pasado agosto, ha presentado su informe de transparencia. Los datos: Google recibió 76.899.797 peticiones para retirar links en febrero. Esos links pertenecían a 69.955 dominios, que entraban en conflicto con 6.446 propietarios de derechos de autor, representados por 3.083 empresas.
Todos esos números se traducen en algo más sencillo: Google recibe 100.000 peticiones cada hora para que retire enlaces a contenidos protegidos por copyright. La multinacional está sujeta a la DMCA -Digital Millenium Copyright Act-, la ley estadounidense que protege los derechos de autor y que, como Google, también es de 1998. Según cuentan, entre julio y diciembre de 2011 retiraron el 97% de las solicitudes, que sumaron unos cinco millones. Pero eso fue hace cinco años. En 2015, las peticiones sumaron 558 millones. En 2014 fueron 345 millones. Ahora, tan solo la semana pasada Google recibió 21 millones de peticiones para retirar links piratas. Y en el mismo período del año pasado, recibió 8.
Y es que las peticiones se han incrementado rápidamente. Lejos queda el 2008, cuando en Mountain Views recibían apenas unas decenas de quejas. Si durante este año la progresión continúa, la empresa de Brinn y Page batirá un récord. Pero ¿quién pide que se retiren los resultados de las búsquedas de Google? La mayoría son organizaciones que luchan por los derechos de autor o bufetes de abogados en representación de sus clientes.
Los “dominios especificados” son musicales
La lista de “notificadores” del último mes la encabeza Rivendell. Poco tiene que ver con la ciudad de los elfos de El señor de los anillos. La organización ha interpuesto una petición contra casi 19 millones de URLs indexadas por Google, en representación de otras empresas como Metropolitan, scpp, Toei Animation o Canal+, entre otros. En segundo lugar se sitúa Degban, un gabinete especializado en los derechos de autor “protegiendo a sus clientes con herramientas y sistemas propios”, según aparece en su web. Completa el podio la BPI -British Recorded Music Industry- representando a Sony Music, Universal y EMI.
Fueron un total de 3.083 organizaciones las que notificaron a Google alguna violación de los derechos de autor en las URLs indexadas por el buscador. En la lista de “dominios especificados” confeccionada por Google hay casi 70.000. Sorprende comprobar el hecho de que los usuarios aún se siguen descargando música, a pesar de estos tiempos que corren de Spotify, Deezer, Tidal, Apple Music, etc.
Más de la mitad de los 20 primeros dominios ofrecen links para la descarga de canciones y/o su escucha en línea. La web que encabeza la lista cuenta con 4.639.504 URLs cuya retirada ha sido exigida por los “notificadores”, más del 50% de su contenido. En 2014, los “notificadores” señalaron a la música como la industria en la que menos se respetaban los derechos de autor. El porno y el cine seguían sus pasos en segundo y tercer lugar.
Retirando peticiones “más rápido que cualquier otro buscador”
La pregunta es si Google puede satisfacer todas las peticiones que recibe. Cuando lo hace, el link desaparece, pero la página web continúa abierta ya que la multinacional no tiene capacidad para cerrar dominios. En una presentación ante el organismo que vela por los derechos de autor en EEUU, Google sostuvo que el continuo aumento de las peticiones no influía en su velocidad de derribo de las URLs: “Procesamos más noticias de derribo y más rápido que cualquier otro buscador”, recogía la web TorrentFreak.
Para la empresa de Mountain Views, contar con 558 millones de peticiones en 2015, 345 millones en 2014 o batir récords este año es un síntoma de que la DMCA se cumple. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el 100% de los datos que presenta la compañía no son ciertos. Entre las peticiones de retirada también se cuelan algunas que no infringen los derechos de autor u otras que no están relacionadas con ellos. Por ejemplo, en septiembre del año pasado, Google recibió una avalancha de peticiones que no eran otra cosa que spam: anuncios de bolsas de mano, productos de Microsoft falsos, gafas de sol e, incluso, alargadores de pene.
Algunas organizaciones como la MPAA -Motion Picture Association of America- o la RIAA -Recording Industry Association of America- no comulgan con la versión de Google y argumentan que cualquier violación de los derechos de autor debería estar prohibida, con su consiguiente no indexación en el buscador. Además, la CCIA -Computer & Communications Industry Association-, una asociación de abogados que defiende los derechos de autor, publicó una investigación donde se afirmaba que, si bien la mayoría de denuncias por incumplir la DMCA eran legítimas, había un gran número de ellas que tan solo conducían a censurar otras páginas webs. El trabajo animaba a los gobiernos a poner en marcha medidas para evitar que “algunas personas abusen del proceso de desmontaje”, ya que eso solo perjudicaba a la libertad de expresión.
El informe de transparencia llega después de que el pasado lunes Google anunciara en un comunicado que había modificado su regulación para garantizar el derecho al olvido de los usuarios. En mayo del año pasado, la empresa estadounidense había retirado el 40% de las solicitudes, aunque el Tribunal Europeo advirtió que algunos de los contenidos borrados podían verse desde otros lugares. Los últimos argumentos de Google, en los que se amparaba en su afán por ofrecer información de forma transparente y donde planteaba no borrar los links provenientes del dominio .com por contar con un tráfico mínimo, no les han bastado ante la UE, que les ha obligado a cambiar su regulación.