El cineasta madrileño Juan Pablo Martín Rosete estrena este viernes su segundo largometraje, “Remember Me”, un “cuento de hadas” en el que sus protagonistas, dos octogenarios, roban al tiempo y al alzheimer el derecho a vivir una historia de amor que pudo ser y no fue.
“Muchas veces nos cargamos mentalmente con barreras y estaría bien imitar a los yoguis o a los budistas y ser capaces de liberar los pensamientos y, metafóricamente, aunque es una enfermedad terrible, ver cómo el alzheimer hace lo que hace: te borra y es como un nuevo comienzo”, reflexiona el director en una entrevista con Efe.
Con la máxima de que hay personas que pasan por tu vida y te dejan una huella imborrable, Martin Rosete juega con el olvido y las segundas oportunidades, pero con el reto añadido de hacer comedia “siempre -dice- desde el respeto a quienes tienen la enfermedad y los familiares que lo sufren”.
Coproducida con Francia y EEUU, “Remember Me” está rodada en inglés con un reparto espectacular que recupera al prolífico octogenario Bruce Dern, dos veces nominado al Óscar, sobre un guion de Rafa Russo, amigo de Martín Rosete.
“Me encantaba que no fuera ñoña, sino canalla, con carcajadas y momentos tiernos, algo en lo que Bruce colaboró mucho -explica el director-, porque llevó al personaje al extremo creando un contraste en los mejores momentos, como cuando está con Shane (Brian Cox)”.
“Es muy graciosa la dinámica que tienen los dos, son amigos de hace tiempo y no habían trabajado juntos nunca, nos pareció una pareja explosiva”, se ríe Martín Rosete, quien desvela cómo los dos veteranos “se picaban y se lanzaban puyas en la hora de la comida. Eso también ayudó a la peli”, reconoce.
La cinta sigue a Claude, un anciano periodista cultural, viudo, que prácticamente sólo se relaciona con su vecino, justo cuando descubre que en una residencia cercana vive la que fuera su primer amor, Lili (Caroline Silhol), una actriz que ahora sufre Alzheimer.
Tozudo como es, decide hacerse pasar por enfermo él también para estar cerca de ella y tratar de conseguir un milagro. “Me he visto muchos documentales sobre la enfermedad y hay enfermos que, en momentos efímeros, se reconectan con quienes eran”, explica el director de “Money” (2016).
“Bruce representa la libertad, la locura, el atreverse a hacer cosas que nadie haría por el qué dirán, y Shane es lo contrario: no se atreve a las cosas por no salir de su zona de confort”, explica Martín Rosete.
Cuenta el director que Dern, de 84 años, “está muy cascado, pero le encanta trabajar”.
“La primera vez que hablé con él me dijo que se había tirado 50 años para aprender la profesión y ahora que era bueno no pensaba dejarlo. Me dijo que moriría en un set y yo recé porque no fuera en el mío”, se ríe.
Dern se fue un par de días antes del rodaje para participar en “Érase una vez en.... América”, la nueva película de Quentin Tarantino, con el que ha rodado en varias ocasiones. “También nos contó, entre sus mil anécdotas -ha trabajado en más de 170 producciones desde su debut en 1960- que fue el primero en matar a John Wayne en un western”. Fue en “Los cowboys” (1972).
Martín Rosete, afamado cortometrajista que obtuvo cerca de un centenar de premios por “Voice over” (2013), vive desde hace 12 años en EEUU, de hecho, acaba de conseguir la doble nacionalidad.
Se define como un hombre vergonzoso y tímido al que apasiona contar historias “que se entiendan en todo el mundo, porque creo que los sentimientos son universales”.
La cinta, en parte, inspirada en “Despertares” (1990), el drama en el que Robert de Niro despertaba de una encefalitis letárgica, se convertirá próximamente en obra de teatro.