“¿Por qué es la televisión más sexy que nunca?”, rezaba la portada de agosto de W Magazine, una conocida revista de variedades estadounidense. La idea en sí misma, representada con una fotografía de la actriz Charlize Theron, es digna de analizar, pero el mayor de los problemas estaba escrito en letra pequeña.
Entre los elegidos se encontraban actores y actrices como Alexander Skarsgaad, Riz Ahmed, Nicole Kidman y Millie Bobby Brown. Que la actriz de Stranger Things, de tan solo trece años, apareciese destacada como la más sexy de la pequeña pantalla generó controversia en verano.
Pero ahora, en plena campaña de regreso de la serie de Netflix, la polémica ha cruzado el Atlántico hasta nuestro país.
Hace dos días, las redes empezaron a echar humo acusando a estas publicaciones de “promover la pederastia” a través de la sexualización de niños estrella como Brown. Algunos internautas, además, han aprovechado para señalar que no es un problema que se circunscriba a Estados Unidos.
La portada de octubre de la revista Mujer Hoy, del grupo Vocento, también eliminaba cualquier rasgo de inocencia a la joven actriz. El reportaje fotográfico fue objeto de duras críticas por usar las mismas poses, vestuario, maquillaje y filtros en una niña de trece años que en cualquiera de sus modelos mayores de edad.
El manido eslogan de que la realidad supera a la ficción toma un nuevo cariz en este caso. Estos niños representan papeles acordes a su edad en la pantalla, mientras que el mundo real se esfuerza por arrebatarles su candidez antes de tiempo.
No es algo nuevo ni que solo ocurra con Millie Bobby Brown, ya que en su día Emma Watson también protagonizó una polémica parecida y especialmente notable en comparación con sus compañeros de reparto en Harry Potter. “A los 14, comencé a ser sexualizada por ciertos sectores de la prensa”, reconoció la actriz británica en un discurso de la ONU.
Ahora, Watson es uno de los rostros más famosos del feminismo en el cine y en Hollywood, y utiliza su altavoz para hacer consciente a la sociedad del daño que esto le puede hacer a los niños desde su edad más temprana.