Un sello de Almudena Grandes será una buena excusa para volver a mandar cartas

El inesperado fallecimiento de la escritora Almudena Grandes el pasado 27 de noviembre ha desencadenado una riada de recuerdos y homenajes que en algunos casos, como en Madrid, han puesto en evidencia tensiones ideológicas. La rotunda despedida que le hicieron sus lectores y los gestos que a día de hoy se siguen sucediendo —como el minuto de silencio en el estadio del Atlético de Madrid—, hablan por encima de las fricciones.

Correos se suma al reconocimiento con un sello dedicado a la novelista, una de las más leídas de su generación. Esta edición filatélica se incluye dentro de la serie denominada Escritoras y que verá la luz coincidiendo con la próxima Feria del Libro de Madrid, en mayo de 2022. El sello de Almudena Grandes, que servirá para coleccionar, enviar cartas de amor o de despedida, postales desde los confines de los viajes o paquetes con manuscritos para ser leídos en editoriales —por poner ejemplos— será el primero, el que inaugure la serie, cuya finalidad es “destacar la labor de autoras excepcionales”, según dice Correos y ya hace en otra series como Mujeres en la Ciencia y Mujeres en el Deporte, que incluyen sellos dedicados a la matemática aragonesa Maria Andresa Casamayor de la Coma (2020), a la deportista Blanca Fernández Ochoa (2020), a las mujeres que consiguieron las primeras medallas olímpicas por equipos femeninos españoles (2021) y a la bioquímica española Margarita Salas (2021).

“Almudena Grandes tenía la curiosidad de la historiadora y la potencia de la novelista”, ha dicho el servicio postal español en un comunicado. “No inventó la novela histórica pero sí una manera de hacer novela histórica singular, marcada por su propia formación como historiadora, que la empujaba a acreditar cada detalle real sin que nada de esto empañase su pulso narrativo”, han añadido.

En Toledo, la Biblioteca del Polígono llevará el nombre de Almudena Grandes. El Gremio de Librerías de Madrid ha creado un premio con su nombre. En el barrio madrileño de Chamberí, se colocaron flores amarillas a iniciativa de los colegios. Rota, donde tenía una casa de veraneo, también la despidió con honores. Hay quien planta árboles por ella y a las puertas del Congreso de los Diputados, su presidenta leyó unas palabras suyas: “Esos domingos de invierno en los que el cielo más bello del mundo elige amanecer en Madrid”. Los libros siguen alzándose en su nombre.