Este blog se ocupará de las series más influyentes del momento, recomendará otras que pasan más desapercibidas y rastreará esas curiosidades que solo ocurren detrás de las cámaras.
Esta serie… ¿Cuándo mejora?
La paciencia no es algo que se cotiza al alza en el universo de las series. Los estrenos se multiplican y los días siguen teniendo solo 24 horas. Hay ficciones que deslumbran desde su capítulo piloto, bastantes que terminan decepcionando porque no consiguen llegar al nivel que mostraron en sus arranques y otras que le piden al espectador un tiempo de cocción que muchos no parecen dispuestos a concederles. Una sensación de urgencia que muchas veces se extiende a las cadenas, que los datos de audiencia en la mano (algo perfectamente lógico) terminan dictando sentencias de muerte contra historias que habían dado muestran pero que todavía no habían explotado todo su potencial.
Es difícil ponerse de acuerdo en cuantos episodios de margen se le puede dar a una serie antes de abandonarla. ¿Tras un capítulo piloto que no ha cumplido nuestras expectativas? ¿Dos para no quedarse solo con la primera impresión? ¿Tras esperar cuatro capítulos a que nos diera algún motivo para seguir con ella? Establecer una regla inquebrantable es complicado porque ni todas las series aspiran a lo mismo, ni consiguen dar con la tecla adecuada en sus primeras entregas. Algunas consiguen retener a una parte de la audiencia por lo último que les hubiera gustado, el hate-watching o seguir religiosamente una serie solo para criticarla (que se lo pregunten a The Newsroom), pero a la larga no resulta rentable.
Si algo nos horroriza desde el principio es mejor dejarlo pero a veces no hay que descartar a esas series que no nos enamoraron desde el inicio. Muchos seriéfilos seguro que reconocen, aunque les cueste, que series tan buenas como The Wire, Breaking Bad o Battlestar Galactica se les atragantaron un poco al principio. El primer capítulo de la serie de David Simon no es un piloto al uso (como suele pasar con las series de HBO), Breaking Bad empieza a volar alto a partir de la segunda temporada y el ritmo con el que empieza Battlestar Galactica no le hace justicia al gran drama político y social que demostró ser solo un poco más adelante. También es fácil comprender por qué muchos espectadores no le dieron una oportunidad a Doctor Who (Syfy) tras ver los primeros capítulos de la etapa de Christopher Eccleston.
A otras series les pasa factura el formato procedimental que les imponen para captar a un segmento de audiencia más amplio. Le pasó a Justified (en VOD en Movistar TV) en su primera temporada, la segunda está a otro nivel con aparición de los Bennett y el ambiente envenado de Harlan; a Fringe, que tiene un gran giro en los últimos capítulos de su primera temporada, o incluso la malograda Awake, que perdió a gran parte de su audiencia y la paciencia de su cadena en EE UU en sus primeros cinco capítulos. Otras pagan el precio de las comparaciones como Suits (Calle 13), que no aspira a ser The Good Wife (Fox) pero demuestra ser un gran entretenimiento sobre todo a partir de la segunda temporada.
Todas ellas son series que se merecen una segunda oportunidad y seguro que cada uno tendrá su lista particular. En los comentarios nos podéis contar que series os costaron al principio pero os terminaron encantando.
La paciencia no es algo que se cotiza al alza en el universo de las series. Los estrenos se multiplican y los días siguen teniendo solo 24 horas. Hay ficciones que deslumbran desde su capítulo piloto, bastantes que terminan decepcionando porque no consiguen llegar al nivel que mostraron en sus arranques y otras que le piden al espectador un tiempo de cocción que muchos no parecen dispuestos a concederles. Una sensación de urgencia que muchas veces se extiende a las cadenas, que los datos de audiencia en la mano (algo perfectamente lógico) terminan dictando sentencias de muerte contra historias que habían dado muestran pero que todavía no habían explotado todo su potencial.
Es difícil ponerse de acuerdo en cuantos episodios de margen se le puede dar a una serie antes de abandonarla. ¿Tras un capítulo piloto que no ha cumplido nuestras expectativas? ¿Dos para no quedarse solo con la primera impresión? ¿Tras esperar cuatro capítulos a que nos diera algún motivo para seguir con ella? Establecer una regla inquebrantable es complicado porque ni todas las series aspiran a lo mismo, ni consiguen dar con la tecla adecuada en sus primeras entregas. Algunas consiguen retener a una parte de la audiencia por lo último que les hubiera gustado, el hate-watching o seguir religiosamente una serie solo para criticarla (que se lo pregunten a The Newsroom), pero a la larga no resulta rentable.