Ha sido in extremis, pero finalmente ayer la Unión de Actores, CCOO, y UGT, por la parte social, y las asociaciones de empresarios teatrales de Madrid, APTEM y ARTEMAD, Comunidad de Madrid e INAEM firmaron el convenio que regulará la profesión teatral en la comunidad madrileña durante los próximos cuatro años. Al acuerdo, que afectará a entre 7.000 y 8.000 profesionales del teatro, se ha llegado después de 26 reuniones y tras una negociación que comenzó el año pasado. El anterior convenio se mantenía vigente desde 2005.
Según explica Iñaki Guevara, secretario general de la Unión de Actores, se trata de “un convenio de resistencia porque hemos sido conscientes de la crisis y teníamos que ceder a determinadas cosas”. Entre ellas se ha accedido a la congelación salarial –se mantienen las tablas de 2011, que indican que la retribución diaria está en 72,94 euros para los actores de reparto, 97,63 para los secundarios, 151,11 euros para el protagonista y 39,49 euros para los ensayos en todas las categorías-, lo que repercute finalmente en una bajada en torno al 3% por el IPC alcanzado en estos tres años.
También bajan los salarios del teatro musical, por sus diferencias con respecto al teatro de texto; y finalmente las giras serán más cortas. De los 21 días se pasará a 7 días. “Lo hemos facilitado un poco entendiendo las dificultades del teatro con los recortes y el IVA cultural”, añade Guevara.
No obstante, se muestran satisfechos con una decisión alcanzada: la creación de un Delegado con las mismas atribuciones que un delegado sindical –la profesión no tiene sindicatos- “que nos permitirá hacer asambleas con los trabajadores, darles información o mirar si los contratos están bien o mal”, informa Guevara. Además, también se ha introducido una cláusula por la cual en el caso de que baje el IVA cultural –una decisión que tiene que tomar el Gobierno- los salarios aumentarán un 5%.
Para los empresarios este es “el mejor convenio que se podía hacer en estos momentos. Por eso se ha firmado y eso es lo que nos tiene que quedar”, admite a este diario, Jesús Cimarro, presidente de la Asociación de Productores y Teatros de Madrid (APTEM), que no ha querido entrar a valorar las negociaciones realizadas durante el último año, en las que ha habido una dura pugna, ya que según la Unión de Actores, “los empresarios habían pedido bajar los salarios un 35% y que los actores fueran a taquilla con el salario mínimo interprofesional”, desvela Guevara.
Por otra parte, el acuerdo se ha efectuado a última hora también por la propia Ley de Reforma Laboral. Como indica Guevara, “según la ley, teníamos que llegar a un acuerdo en un año. Y el año se cumplió hace dos días. Hemos firmado porque nos podíamos haber quedado sin convenio. Teníamos una espada de Damocles. Antes el convenio lo ibas negociando y si no llegabas a un acuerdo se mantenía en vigencia el anterior. Pero esto ocurre ahora en todos los convenios colectivos. Te ponen unos límites muy difíciles”.
El IVA: una venganza
El IVA: una venganza
El nuevo convenio refleja las dificultades por las que está atravesando el sector del teatro, y en las que coinciden tanto actores como empresarios. Por un lado, el IVA cultural, que para Guevara “no ha sido una medida económica sino una venganza. Tenemos la burguesía menos ilustrada de toda Europa y lo de la cultura siempre les da como miedo”. Él, de hecho, no cree que este Gobierno lo baje, por lo que “queremos reunirnos con el resto de partidos para presentarles las necesidades del sector”.
Cimarro también critica el impuesto sobre la cultura, ya que “lo que ha producido es que a las empresas, las compañías de teatro, todas las reservas que tenían se les han agotado. Si un espectáculo no genera ingresos es imposible que se invierta en una producción nueva. Esto es como cualquier otro sector productivo de la economía. Si no hay recursos es imposible que se puedan producir obras de teatro”.
A esta cuestión se suman los recortes en teatros. En los últimos Presupuestos Generales del Estado se han destinado 53,15 millones de euros, un 8,3% menos que en el ejercicio anterior. Esta merma supone, según Cimarro, que “se contraten menos espectáculos por parte de las administraciones locales. Además, hemos pasado de las grandes y medianas producciones a las pequeñas producciones de dos y tres personajes. Es muy raro ver en el mercado, sobre todo desde la iniciativa privada, producciones de seis actores en adelante”. Y si hay menos producciones, tanto desde el ámbito privado como de los teatros públicos, también acaba repercutiendo en el salario de los trabajadores.
Reivindicaciones al Gobierno
Reivindicaciones al Gobierno
Desde la Unión de Actores también se reivindican otras mejoras que deben ser atendidas por los organismos gubernamentales, ya sea desde el Ministerio de Cultura o Hacienda. Una de ellas tiene que ver con las cotizaciones y el paro. “Nosotros somos trabajadores temporales en esencia y necesitamos periodos fiscales como tienen en Francia porque un actor no puede tener una serie maravillosa un año y después estar sobreviviendo con bolos de teatro. Y queremos que se contemple el paro de otra forma. El paro está contemplado para trabajadores con una actividad continua y no intermitente”, manifiesta Guevara. Para él, debería crearse una normativa como la del cine “porque no tenemos desgravaciones fiscales” y, además, provocar un cambio en el discurso sobre “cómo tienen que gestionarse los teatros públicos, centros culturales y municipales”.
De momento, se ha firmado un convenio que tendrá una duración de casi cuatro años, revisable con cláusulas como la del IVA cultural. Todo ello si la profesión teatral, para entonces, aún se mantiene.